Densa oscuridad.

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Melissa Walters

Regla #11 Nunca le temas al miedo.

Las luces titilan en señal de alerta, no puedo enfocar mi vista a un solo lugar, el mundo me da vuelvas, los gritos sofocan mis oídos mientras camino tambaleante sosteniéndome de las paredes.

Las explosiones comienzan a retumbar en el área dejándome más inestable, tirándome al suelo.

—¡Melissa!-veo borrosa la silueta de alguien

Se acerca a mí y puedo notar sus manos pegajosas al tomar mi cuerpo.

—¡Que mierda hiciste!

No sé quién es, pero si a lo que se refiere.

—Lo correcto.

....

Mi terror comenzó a ser  tan intenso que paralizo mi  capacidad de pensar con claridad, de tomar decisiones, de realizar la acción de entrar a la sala. Me siento atrapada en un estado de congelación, sin poder escapar de la sensación de miedo que me consume.

Mi mirada entornada entre el hombre sentado en la asiento de mando y mi madre en la silla a su lado. Mi respiración se corta y mis manos comienzan a temblar sin poder detenerlas.

El golpe emocional en mis memorias comienza a azotar cada sonrisa de mi vida pasada, destrozándose con el lago de sangre que salía de la garganta de mi madre, con la bala que e incrustado en el cráneo de mi padre.

La mano de Adrino en mi hombro es una señal de mí obvia caída emocional del momento. Solo logro arrebatarlo de la entrada, salgo del umbral y me tiro de espaldas al vacío que en este caso sería una de la paredes.

El mundo a mi alrededor comenzó a caerse como un edificio en llamas, como la iglesia que había visto en mis sueño, el sueño que lo comenzó todo, que comenzó la perdición de esta vida, de una de mis vidas. Por alguna razón los recuerdos de mi vidas pasadas comienzan a bloquearse y a desaparecer con rapidez solo dejándome lo que me hacen conocer a las personas que tengo cerca.

—Melissa-escucho la voz de Adrino, sería pero con una compresión que me haría partir en llanto como una pequeña niña.

—Son ellos...-digo a la nada

—No son ellos, no lo son cariño-dice abrazándome en el suelo.

Nos quedamos unos segundos abrazados y se tira a mi lado, haciéndome sentir segura, que nada saldrá mal.

—No es el mismo Aslan Walters ni tampoco la misma Lilian Walters. Ellos fueron parte de diferentes líneas temporales, de hecho, aquí siquiera son pareja.

—Pero...-digo aún perdida

—Se que sonará fuerte lo que diré, pero juro que te explicaré todo más tarde ¿ok?

Giro mi cuello para observarlo y veo sus ojos llenos de dolor y gentileza, está apunto de derrumbarse al igual que yo, pero sé que él nunca me dejaría, sin importar en qué vida sea.

—¿Qué pasa?-pregunto calmando mi respiración

—Para ellos tú eres una de sus hijas, pero la única Melissa que logró sobrevivir-suelta levantándose

—¿Qué?-digo con los ojos muy abiertos

—Ninguna de sus hijas a sobrevivido a sus líneas... Eres la única Melissa Walters que ellos han visto en siglos-me ofrece su mano

The ForestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora