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-Pov.Narradora-

El miedo las atormentaba mientras estaban atadas espalda a espalda en la sala de estar. Mientras a sus altededores un grupo de esqueletos de mala cara observaban la situación, ajenos a lo que su jefe quería hacer.

El sonido de un artefacto metálico se acercaba arrastrando. Se podía ver chispas desprender de ellos con cada raspon que le daba al suelo.

La habitación nuevamente se había quedado en silencio mientras los nuevos presentes quedaban estáticos, mirando la situación.

El único ojo rubí que mantenía una mirada maniática los observaba. En su mano, la cabeza de una cabra albina yacía cubierta de sangre. Parecía recientemente haber sido arrancada de su dueño.

No había descripción para la figura antropomórfica que había frente a ellos. Era un oso, de sexo femenito y figura esbelta, de tal manera que dejaba muy en claro los estereotipos de 'cuerpo perfecto'. Era alta, cabello corto y vestía con ropa parcialmente comoda junto a unas botas militares de color marrón; y su pelaje un marrón chocolatoso claro.

-Qué peste hay en éste lugar...-susurró con una voz tranquila, profunda, sensual y elegante.

Recorría con su ojo la habitación, posando se en las humanas, dilatando sus pupilas y acercándose a pasos firmes mientras movía sus caderas con el torso levemente inclinado hacía delante; soltando la cabeza de cabra al instante e ignorando a los individuos a su alrededor.

Un cambio muy abrupto en el lugar. La extrañes de todos era presente en sus ojos al mirar al oso examinar a las humanas, como si de animales exóticos tratasen.

-... ¿Es un deleite seguir vivo, verdad? -cuestionó, mirando a _____ directamente a los ojos.

- ¿eh? ¿A qué se refiere?-susurró. Pero la contraria no respondió, simplemente se sentó en semi-indio frente a ella, apoyando su mano sobre su pierna derecha.

El sonido del olfateo no tardó en llegar, viendo un gusto de desagrado en el rostro de la osa.

-ugh... Huele a muerto..-dijo mientras tomaba la cabeza de la cabra y con sus afiladas uñas arrancaba sus apagados ojos.

"Ew... Que asco!" pensó _____ con repugnancia.

Era una escena vomitiva de ver. Escuchar el cráneo ser masticado estremecia a algunos y ella, sin una pizca de empatía, disfrutaba del ambiente.

-Y decir que estoy rodeada de asesinos...- rió bajo, mostrando sus afilados colmillos manchados de sangre.

-qué mierda eres? -susurró la madre de la joven.

-Una humana... Lo dudas?-respondio de la misma manera, tomando los extremos de su rostro.

Ambas estaban shockeadas, veían como se arrancaba su propio rostro, desapareciendo sus orejas y dejando a simple vista a una humana común y corriente, la cuál mantenía en manos una máscara de porcelana con la figura de un oso.

-... Jaja... Creo que se desvió la narración con mi ingrata aparición. -dijo, mirando al techo.

Yui Jazz. Resonó por la cabeza de _____, la cuál volvió a mirar la mientras todo se ponía borroso y de la nada, negro.

Al abrir sus ojos, divisó su habitación. Había sido un simple sueño, uno muy real a su parecer.

Pero rápidamente sus pensamientos se deshicieron al ver una marca de mano ensangrentada a los pies de su cama. Parpadeó un par de veces en busca de que solo sea una ilusión... La mano desapareció.

"Qué... Qué fué éso?"

Su pecho nuevamente comenzaba a comprimirse del miedo, mientras se levantaba de su cama y como reflejo salía de su habitación rumbo a la cocina donde se encontraba su madre preparando el desayuno. La mujer volteó a verla con una pequeña sonrisa y la saludó:

-Buen día, _____... Has dormido bien, te noto alterada-dijo su madre con preocupación mientras quitaba la sonrisa de sus labios.

-S-si mamá... Estoy exelente, solo fué un mal sueño-mintió para si misma, comenzando a dudar de lo que veía a sus alrededores.

"En qué me metí?"

Se preguntó internamente mientras tomaba asiento en uno de los taburetes de la mesa que había en medio de la cocina.

Frente a ella, una taza de café moca recién preparado inundaba su nariz con su delicioso aroma y unas galletas de arroz con dulce de acompañamiento. No hacía poco su madre se había inscripto en clases de preparación de café para matar el tiempo que tenía de sobra.

Su mirada se concentraba en la espuma mientras revolvía con la cucharita el café, esperando a que se enfríe un poco. Y aún dubitativa comenzaba a beberlo, sientiendo la amargura de su propia pesadilla al beberlo.

Desconectándose nuevamente de sus alrededores y con la vista fija en el líquido, sentía como su su rostro se desfigurara. Algo malo sentía que le ocurría...

Bebió el café con rapidez, quemando su gargante en el proceso y dejando una mueca de dolor en sus labios; y apretando con fuerza los ojos al tragar, solo queriendo olvidar la ilusión que había visto.

-ah... Ya me voy a mi habitación-soltó repentinamente mientras dejaba la taza en el lavaplatos y subía con rapidez las escaleras mientras tenía la intensa y confusa mirada de su mamá a sus espaldas.

Cerró la puerta a sus espaldas, dejándose caer hasta quedar sentada con su espalda apoyada en la misma y observaba la habitación. Sentía como su propia realidad se distorsionaba sin importar el momento que fuese.

Un suave y seco sollozo salió de sus labios, se sentía exhausta en tan poco tiempo. Hace poco que el CD había quedado en sus manos.... Todo se volvió un infierno.

Se abrazaba a si misma, ocultando su rostro entre sus piernas mientras lloraba sin consuelo y en silencio, sintiéndose completamente sola en su mundo e ignorando cualquier presencia a su alrededor, solo queriendo desahogarse de tanto estres y alteración que la situación le generaba.

-Aún no logras asociar lo que ocurre?-dijo una voz conocida frente a ella.

Era Yui, sentada en su cama mientras la miraba atentamente.

-... No sabría decirte si esto un milagro, ya que no soy la protagonista principal y me importa en lo más mínimo lo que uno sienta-silenció, desviando su mirada en diagonal al piso- pero puedo asegurarte que nada a acabado aquí, ésto apenas y es el comienzo.

Su mirada intensa como mil yardas fué posada de repente en la joven, como si de una muñeca embrujada tratase.

Parpadeó un par de veces... Había desaparecido, quedando sola en su habitación. Sin duda, es mucha información para procesar y éso la ansiaba más, teniendo en mano su inhalador ante cualquier accidente.

"Dios mío.. En que me he metido"

Tras Una Pantalla//Au's sans x lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora