Probablemente no lo sepan, pero un día como hoy, hace casi tres años, comencé a escribir Colapso sin imaginar siquiera que llegaría a tocar tantas vidas. Fue un proyecto que nacía de mi corazón, sin saber si encontraría eco en alguien más. Hoy, al celebrar el tercer aniversario de esta historia, quiero agradecerles por todo el apoyo y cariño que me han brindado. Y, para conmemorar este momento tan especial, decidí regalarles algo diferente, algo que nace de lo más profundo de mi ser, con la esperanza de que lo reciban con la misma emoción con la que lo he creado. ¡Gracias por ser parte de este viaje!
-----------
Malik estaba visiblemente afectado. Sus ojos, hundidos y sombríos, me decían que llevaba guardando algo demasiado pesado durante mucho tiempo. Sentía un nudo en el estómago mientras intentaba comprender por qué había organizado esta reunión de manera tan urgente y críptica. Sabía que algo no estaba bien, lo sentía en el aire cargado que nos rodeaba.
—Malik, ¿qué está pasando? —pregunté, intentando mantener la calma, aunque mi voz delataba mi inquietud.
—Guarda las preguntas para cuando lleguen todos —respondío, sin atreverse a mirarme a los ojos.
El ambiente en la habitación era sofocante, como si las paredes mismas supieran algo que yo ignoraba. Me sentía atrapada en una telaraña invisible, esperando el momento en que todo se derrumbara.
—Maylea, por favor... No hagas una escena —agregó Malik con un tono que rozaba la súplica.
¿Una escena? ¿Era en serio? Abrí la boca para replicar, pero en ese instante una voz conocida me congeló.
—Disculpen la demora.
El tiempo pareció detenerse. Esa voz. Esa maldita voz. Mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras mi mente se negaba a aceptar lo que mis oídos acababan de registrar. No podía ser él.
Mis ojos buscaron desesperadamente a Malik, rogándole en silencio que me dijera que todo esto era una broma de mal gusto. Pero su mirada esquiva lo dijo todo. Sentí que el piso bajo mis pies se tambaleaba mientras giraba lentamente hacia el origen de esa voz.
Y ahí estaba él. Jack.
Se veía diferente, más maduro, más seguro de sí mismo. Su barba incipiente y el traje oscuro le daban un aire imponente, casi intimidante. Pero lo que más me golpeó fueron sus ojos, esos ojos que alguna vez me prometieron el mundo. Ahora me miraban con una mezcla de culpa y algo más, algo que no lograba descifrar.
—Jack... —mi voz fue apenas un susurro.
—Maylea... —respondió con esa calma devastadora que siempre había tenido.
Intenté controlar la avalancha de emociones que amenazaba con desbordarme, pero era imposible. Malik intentó romper la tensión palpable entre nosotros.
—Es bueno verlos de nuevo —dijo, aunque su tono era cualquier cosa menos convincente.
El director, que había permanecido en silencio hasta entonces, intervino con impaciencia.
—¿Cuál es el motivo de esta reunión?
Malik respiró hondo, como si estuviera a punto de lanzarse al vacío.
—Hay algo que debí decirles hace mucho tiempo...
—¿Y por qué ahora? —lo interrumpí, mi voz cortante como un cuchillo.
—Porque no puedo seguir viviendo con esto. No puedo dormir por las noches sabiendo lo que les oculté durante años.
Lo miré fijamente, intentando leer entre líneas. Si Jack estaba aquí, esto no era solo una confesión cualquiera. Había algo más, algo mucho más oscuro.
—Malik, dilo de una vez —Jack habló con esa tranquilidad que siempre me había desesperado, como si no sintiera el peso de lo que estaba por venir.
—Cuando ocurrió el accidente... pasó algo más —dijo Malik, su voz temblando ligeramente.
Sentí que todo mi cuerpo se tensaba.
—¿Algo más? —mi voz era apenas audible.
—No fue un accidente, Maylea. Todo fue planeado.
El silencio cayó sobre la habitación como un manto de plomo.
—¿Qué estás diciendo? —mi corazón latía tan rápido que pensé que se me saldría del pecho.
—Nuestro padre nunca quiso que estuvieras con Jack. Pensaba que lo tuyo con él no era amor, sino conveniencia. Así que decidió intervenir. Provocó el choque.
El mundo se derrumbó bajo mis pies.
—¡Mentira! —grité, aunque mi voz sonó más desesperada que segura.
Malik bajó la cabeza, incapaz de mirarme.
—Papá pensaba que Jack nunca te amaba de verdad, pero se dio cuenta de su error cuando vio que él iba al hospital todos los días, que se quedaba noches enteras contigo. Fue entonces cuando supo que Jack sabía que estabas embarazada...
Sentí que me faltaba el aire.
—Eso ya no importa —susurré, mi voz quebrándose—. Lo perdí en el accidente.
Malik levantó la mirada, sus ojos llenos de culpa.
—No, Maylea. No lo perdiste en el accidente.
El aire abandonó mis pulmones.
—¿Qué estás diciendo?
—Papá pagó para que te hicieran un aborto mientras estabas inconsciente.
—¡Qué! —grité, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a brotar sin control—. ¡Tú lo sabías! ¡Todo este tiempo!
Jack dio un paso hacia mí, pero levanté una mano para detenerlo.
—No te atrevas —le dije, mi voz afilada como un cuchillo. Luego miré a Malik, acusadora—. Pensé que eras el más humano de esta familia. Pero me equivoqué. No tienes corazón.
Malik sacó una carpeta y la colocó sobre la mesa frente a mí.
—No fue un aborto completo. El bebé nació prematuro y fue dado en adopción. Papá lo organizó todo.
Mis piernas tambalearon. Jack tomó la carpeta antes de que yo pudiera reaccionar y dijo con determinación:
—Si hay una mínima posibilidad de encontrarlo, lo haré. Contigo o sin ti.
El teléfono de Malik sonó en ese instante. Contestó, y su expresión cambió aún más.
—Papá ha muerto —dijo en voz baja.
Miré la carpeta en mis manos mientras una lágrima caía por mi mejilla.
—Entonces este será su juicio

ESTÁS LEYENDO
COLAPSO [Jack Ross]
FanficCansada de un hogar que la consume, Maylea decide huir en busca de una vida diferente, un lugar donde pueda ser ella misma. Pero lo que parecía una oportunidad para empezar de cero se convierte en un laberinto de emociones intensas: amistades inespe...