3°: Cambios

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Al día siguiente, a las 4 de la mañana la chica de cabellos oscuros se levantaba de la cama, yendo directamente a bañarse, alistarse y desayunar. Los demás seguían durmiendo, entonces no quiso hacer ruido, se hizo un sándwich de atún para desayunar, un almuerzo de arroz con huevos y fue directamente a tomar el tren para ir a trabajar.

Se acostumbró a esa rutina, incluso viviendo ahora en Amalfi por obligación de Henrion, aún así su horario no fue interrumpido.

Henrion había dicho que no podía volver al trabajo, pero cambió de opinión al darse cuenta que podían sospechar de ellos si no iba.

Después de llegar a la ciudad, fue directamente a su trabajo siendo casi las 6 de la mañana. Tocó la puerta trasera, pero nadie abría. Volvió a tocar, pero no había respuesta. Volvió nuevamente a tocar y finalmente le abrieron la puerta, el jefe estaba dormido, ya que vivía en el restaurante.

— Buenos días, jefe — Saludó mientras se adentraba en el restaurante, pero fue sacada de un jalón.

— Te fuiste del restaurante sin avisar, además de que no contestaste mis llamadas — Vagatha recordó lo que pasó, con razón estaba molesto.

— Es que pasó un imprevisto, ni siquiera fui a casa ayer — Explicó sin dar muchas explicaciones, no sabía cuanta información podía decir sobre lo ocurrido sin ser amenazada.

— Si, por andar de fiesta seguramente — Ni siquiera la quería escuchar.

— No estoy con resaca ni huelo a alcohol, en la balacera de ayer fui llevada a otro lugar y- — No la dejaron terminar.

— ¡Venga ya! Me vas a decir que intentaste detener a un cliente que huía del restaurante, resultó ser parte de una pandilla familiar, te obligaron a casarte con él y ahora no vives en un departamento, sino en el lujoso Amalfi ¿Cierto? — Sin darse cuenta, gracias a las burlas e ironía logró adivinar.

— De hecho, sí... — Respondió algo sorprendida, no podía decir muchos detalles sobre que ahora era esposa de un Gambino, pero de igual forma el jefe bufó de incredulidad.

— ¿Quieres que me crea eso? Seguramente fuiste a verte con tu novio, fueron a coger en un hotel y durmieron ahí, estás despedida — Escuchar las últimas dos palabras fueron una bomba explotando en su cara, había trabajado mucho y la desechaban así sin más.

— P-Pero jefe, de verdad que no pude-

— Amorcito ~ — La voz de una mujer la interrumpió, llegando una mujer rubia de ojos verdes, con una figura con curvas muy definidas y con el uniforme de mesera del restaurante — Deberíamos irnos preparando para abrir el restaurante, ya se van acercando clientes.

— Espera... ¿Tú no eres la que frecuentaba la oficina privada de mi jefe? — Preguntó la salvadoreña bastante extrañada — ¿Porqué estás usando el uniforme de mesera? ¿Y porqué le dices amorcito a mi jefe? Se supone que él está casado con la señora Armani ¿Qué te pasa?

— Lo que me pasa es que me lo cogí, para que te enteres, flacucha de cañería — Si, era la amante del jefe.

— ¡A MÍ ME RESPETAS, AL MENOS YO SÍ TENGO DIGNIDAD PARA NO CHUPARLA POR UN PUESTO DE TRABAJO! ¡ZORRA HIJA DE PUTA ABRE PIERNAS! — Mientras que la rubia ya le estaba presumiendo su trasero mientras decía "Al menos yo podría hacerlo", el jefe rápidamente empujó a Vagatha, cerrándole la puerta.

Terminó escuchando a su jefe decir "Si insistes más, llamaremos a la migra", lo que la hizo irse porque obviamente no tenía la residencia permanente en Italia.

No podía creerlo, su propio jefe la había despedido para meter a su amante a trabajar para él, se fue furiosa del restaurante. Lo bueno es que sabía el número de teléfono de su esposa, ya que ella la invitaba a comer de vez en cuando, era una señora muy pacífica y amistosa con los empleados de su esposo, fue a un teléfono público.

Novia Falsa (Human Spidermoth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora