Capítulo 3 - Aproximación.

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El General Banks, con la mirada aguda, avanzó con determinación hacia el centro de la habitación a oscuras. A medida que se adentraba, las siluetas de los Black Phoenixes se perfilaban en la penumbra, listos para recibir las instrucciones que cambiarían el curso de la misión.

El Sargento Anuar, figura destacada entre los operativos, encendió una tenue luz que destelló, revelando una mesa estratégicamente ubicada. En ella, los planos detallados se desplegaron, mostrando la complejidad de la operación. Fotografías de Anatoli Milanov, cuentas bancarias meticulosamente investigadas, y detalles personales se encontraban dispuestos, creando un mosaico de información vital.

La habitación quedó impregnada con la gravedad de la tarea por delante. El resplandor de la luz reveló no solo datos, sino la tensión palpable entre los Black Phoenixes, conscientes de que la caza del terrorista estaba a punto de intensificarse.

El General Banks, con voz firme, dirigió la pregunta crucial al equipo reunido en la sala iluminada: "Caballeros, ¿qué tenemos?"

La Phoenix 1, con el expediente en mano, respondió con determinación: "La información de Anatoli Milanov sugiere que en los últimos dos años ha acumulado una cantidad significativa de dinero fresco. Hablamos de millones y millones directamente depositados en sus cuentas bancarias."

La noticia resonó en la habitación, marcando el tono para la operación que se avecinaba. Los Black Phoenixes intercambiaron miradas cargadas de seriedad.

El General Banks, con seriedad en sus ojos, preguntó: "¿Y cómo obtuvo ese dinero?"

Logan, con la mirada fija en el mapa africano, respondió con convicción: "Una palabra, General: Botswana. Uno de los países con más reservas de diamantes en la historia. El otro país con más minas de diamantes es Rusia, pero... no sería tan estúpido como para intentar conquistar Rusia siendo un pedo del viento como lo es ahora."

El eco de la estrategia se propagó en la sala, revelando una conexión intrigante entre el dinero de Milanov y las riquezas de Botswana. La misión ahora tomaba un matiz internacional.

El Phoenix 2 inquirió: "Entonces, Anatoli Milanov conquistó Botswana

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El Phoenix 2 inquirió: "Entonces, Anatoli Milanov conquistó Botswana. ¿Con qué equipo?"

Logan, con determinación, respondió: "Eso es lo que tenemos que averiguar. ¿Contrató mercenarios? ¿Reclutó rebeldes de gobiernos corruptos? ¿Utilizó su poder de convencimiento para lavarles el cerebro a fanáticos? ¡Eso tenemos que averiguar!" Sus ojos recorrieron cada miembro de los Black Phoenixes, enfatizando la importancia de la tarea.

El General Banks, con voz de mando, sentenció: "Caballeros, irán a Botswana. Necesitamos más información. Prepárense para el despliegue. ¡Rompan filas!"

La sala se llenó de un sentido de urgencia mientras los Black Phoenixes se preparaban para desentrañar los secretos que los llevarían a las raíces de la operación de Anatoli Milanov.

Logan regresó a su barraca militar y comenzó a llenar cargadores con cientos de balas. La venganza fluía por cada parte de su ser, cegándolo. Yang, el dragón negro que compartía su existencia, decidió enviarle una señal para comunicarse en la mente de Logan. La señal se manifestó como un agudo calor ardiente en su pecho, como una taquicardia para el aún joven malayo.

"¿Qué quieres, Yang?" preguntó Logan con molestia.

"Hace mucho tiempo que no sentía una ira similar, Logan", dijo Yang entre risas.

"¿Cuánto pasó, Yang? ¿Siete años?" Logan sonrió mientras seguía cargando balas en los cargadores.

"Siete años de paz, siete años de tranquilidad, ¡hasta que tu ira me despertó! Leí tu mente y me di cuenta de lo que había pasado... Lo siento mucho, Logan," dijo Yang dentro de la mente de Logan.

Las palabras de Logan resonaron en la habitación, cargadas de una furia profunda que parecía emanar de lo más oscuro de su ser. "¿Hablas de la muerte de mi padre, Yang? ¡Sí... yo también lo siento, pero lo siento por ese pobre imbécil al que le arrancaré el corazón y se lo enviaré a su familia si es que la tiene!"

Su furia era tangible, palpable en el aire. Los ojos azules de Logan, una vez llenos de serenidad, se encendieron en un rojo ardiente, una llama que parecía haberse avivado después de mucho tiempo.

"Logan, tú no eres así", insistió Yang, sus palabras resonando con una mezcla de preocupación y decepción. "En un momento de nuestras vidas, tú me enseñaste que la venganza no sirve para nada. Me enseñaste a estar del lado de la justicia. ¿Qué te pasa? ¿La cosa es diferente cuando es un miembro de tu familia la persona asesinada?"

A pesar de los intentos de Yang por hacerlo reflexionar, Logan permanecía inamovible en su determinación, una sombra de su antiguo yo. La sala vibraba con la intensidad del conflicto interno que se libraba en el corazón de Logan.

Logan, con los ojos ardiendo en ira, respondió con una determinación fría: "Yang, la justicia no trajo de vuelta a mi padre. Este poder oscuro debe ser enfrentado, y no me detendré hasta que pague por lo que hizo."

Yang, preocupado, intentó persuadirlo nuevamente: "Recuerdo cuando juntos luchábamos por la justicia, no por venganza. No dejes que la rabia nuble tu juicio, Logan. La venganza solo engendra más dolor."

Pero Logan, inmerso en su sed de revancha, esbozó una sonrisa sin alegría. "Yang, las enseñanzas del pasado ya no me sirven. Esta vez, la justicia vendrá de mi mano, aunque tenga que romper todas las reglas para obtenerla."

La oscura resolución llenó la habitación mientras los dos amigos se enfrentaban en lados opuestos de una decisión que cambiaría el curso de sus destinos.

Logan, con la precisión de un experto, finalizó de armar sus cartuchos de municiones, guardándolos cuidadosamente en los bolsillos de su chaleco táctico.

"Si te sirve de algo, Yang... Esta será la primera y única vez que me vengaré", admitió Logan en un momento de sinceridad, permitiendo que una breve pausa se instalara en la habitación.

"No importa si es la única vez. Acabarás con tus manos manchadas de sangre y te lo aseguro... no te sentirás mejor", respondió Yang, su tono denotando preocupación y resignación ante la elección de su amigo.

"Pero al menos... este imbécil no le arruinará la vida a más nadie", concluyó Logan, centrándose en su cama antes de dirigirse hacia ella y sumirse en el silencio del descanso, llevando consigo el peso de una venganza que estaba a punto de desatarse.

A la mañana siguiente, Logan se despertó y se vistió con su uniforme militar táctico. Se dirigió con su equipo hacia el avión, donde el General Banks los esperaba.

"Espero que hayan dormido bien, soldados. Hoy comienza el camino hacia Milanov. ¡Phoenixes 2, al frente del equipo! Tú dirigirás esta misión...", anunció el General Banks, despertando la sorpresa de Logan.

"General, con todo respeto, ¡creo que debería ser yo quien lidere la misión!", reclamó Logan con cierta prepotencia, provocando una tensión en el aire.

"Coldwell, ¡harás lo que se te ordene! Entiendo que tienes una conexión con el objetivo y no puedo permitir que alguien como tú esté al frente de la misión. Espero que lo hayas entendido", dictaminó el General Banks ante la atenta mirada de Logan.

Con un largo suspiro, Logan respondió: "Entendido, General. ¡Acabemos con esto!"

"Esa es la actitud, Coldwell... o debería llamarte BLACK D", bromeó el General, haciendo referencia al sobre-nombre militar que Logan había escogido. El peso de la misión y la sombra de la venganza se cernían sobre Logan mientras se preparaba para lo que estaba por venir.

Lazos de Venganza: Anuar vs MilanovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora