Querer

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Spreen jugaba tranquilamente con su hermana mayor, se ponían vestidos y maquillaje de  Rubius. Mientras jugaban, Rubius y Vegetta estaban discutiendo, los niños escuchaban los gritos e intentaban ignorarlos, sus padres casi siempre discutían por algo, los niños escucharon pasos acercándose, corrieron a organizar y a limpiar el desastre que hicieron, no querían problemas, no se cambiaron el vestuario de princesa, no le vieron mucho problema en eso. Cuando la puerta se abrió, suspiraron, solo era Rubius, el no les haría nada malo.

...

Hola, mis niños ¿Qué están haciendo?—dijo Rubius viendo como sus hijos tenían su ropa, le pareció muy tierno.

Estamos jugando a las princesa... Spreen también es una princesa, míralo— Dijo Rubí emocionada para que su mama observe a Spreen, él por su parte estaba nervioso.

Hola... s- soy... eeel príncipe  Speen— dijo Spreen, trabándose en algunas partes de los nervios.

Spreeeenn, te dije que eras una princesa no un príncipe— dijo molesta Rubí haciendo unos pucheros y sentándose enojada.

Ok, chicos tienen que cambiarse antes de que llegue su papá, ya saben como es— les informo a los niños, no quería ver otra vez a Vegetta enojado por una estupidez otra vez. Se escucho como alguien se acercaba a la habitación, los chicos no le hicieron caso, se iban cambiar en un rato.

Vegetta entró a la habitación viendo a los niños vestidos de princesitas, se quedó mirando a Spreen con enojó, no le gustaba que los Spreen se vistiera así— Spreen... ya hablamos de esto, eres un niño fuerte que tiene que proteger a su familia, no estar jugando... esas cosas—hizo una pausa para acercarse a Spreen, ya estando frente a frente le agarro la oreja fuertemente— ¡CUANTAS VECES TE TENGO QUE DECIR QUE NO ESTES JUGANDO ESTAS ESTUPIDECES!— gritó enojado lastimando las pobres orejas de Spreen, él sabia que eran sensible, no le importaba en lo absoluto —PAA... M-ME DU- me due- DUELE...mu-... much- OOoo— gritó Spreen llorando, vio a donde estaba su  mama, viendo como ella no hacia nada— ¡QUE MIRAS... NO MIRES A TU MAMI.. NO TE VA A AYUDAR, SABES QUE ESTA MAL LO QUE HICISTE!— le volvió a gritar, Spreen lloro más fuerte, no quería esto, no iba volver a hacer eso nunca.

Soltó a Spreen de la oreja, soltó un suspiro caminando hacia la puerta, en la puerta se paro justo en la entrada — Ve a tu habitación, cámbiate y ven a la sala de entrenamientos, ya estas grandecito, puedes entrenar en vez de estar jugando esos juegos... rápido— ordenó Vegetta para luego irse dejando a los chicos solos con su madre.

Perdón Spreen, no quise... que papi te hiciera eso— soltó Rubí sintiéndose muy culpable por lo que le hicieron a Spreen, Rubius por su parte no miro a Spreen y se fue. Spreen se fue ignorando a su hermana, estaba enojado con ella, fue a su cuarto, se cambio de ropa a una de entrenamiento.

Fue a la sala de entrenamiento y entreno con su "papá" todo la tarde.

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El colegio, era uno de los lugares que a nadie le gustaba, a Spreen le gustaba, solo porque el hecho de que su padre no le podía decir que hacer allí. Spreen consiguió unos cuantos amigos, uno de estos se convirtió en su mejor amigo, era un lindo conejo, le daba consejos, también conoció a un niño más grande, era muy fuerte para su edad y sabía pelear.

Spreen amaba estar en la escuela jugando con sus amigos, a veces entrenaba con ellos, le parecía más divertido entrenar con ellos, su papá nunca lo dejaba divertirse, en la escuela si podía hacerlo...

...

Spreen, enserio no vas a poder reunirte con nosotros en el parque, va ser divertido— dijo un hibrido conejo molesto con Spreen porque no iba ir al parque, ya le había dicho más de 5 veces que no, pero el seguía insistiendo —Ok... le voy a preguntar a mis padres para ver, si no voy ya sabes porque es— respondió cansando de que el conejo le rogara, que ahora parecía que iba a llorar de la emoción por lo que dijo Spreen.

Simétrico... -SprenterWhere stories live. Discover now