Odiar

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Acabó de recordar que está historia existe :v

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Ya habían pasado los años, Spreen seguía utilizando los lentes de sol que Conter le había regalado, amaba esos lentes de sol, ocultaba sus ojeras, no se veía triste todo el tiempo, era más fácil ocultar sus emociones, y muchas más cosas.

Se encontraba en su habitación, viéndose en el espejo. Tenía cicatrices por todo su cuerpo, sus ojeras eran muy notarias, su piel pálida y lo mejor es que tenía un buen cuerpo. Después de verse por un largo tiempo en el espejo, se sentó en la cama, estaba bastante cansado, no de mirarse en el espejo, estaba cansado de que el que se hace llamar su padre lo este obligando a alejarse de sus amigos, no le hace caso, obviamente.

En lo único que le hace caso es en ser el mejor de todos, seguía queriendo esa atención de sus padres, aun seguía queriendo que le digan un "te quiero", un "estoy orgullo de ti", era lo único que pedía. Sabía que Conter lo quería, pero quería que sus padres lo quieran.

Odiaba tanto ese sentimiento, ese sentimiento que te hace sentir inútil en todo lo que haces, ese sentimiento que te hace verte horrible en cada aspecto, ese sentimiento que quieras matarte, ese sentimiento que lo único que sabe es criticarte, ese sentimiento que hace que te compares con los demás. Ese sentimiento odiaba.

No dormía bien haciendo tareas o estudiando, se volvió parte de su rutina trasnocharse, pero ahora era solo para ser mejor, para ser más fuerte. Hace bastante tiempo que no se junta con sus amigos, solo se veían en la escuela, Spreen no le decía nada de porque no iba a esos entrenamientos.

Ahora entrenaba con su padre, entrenaban mayormente la magia y la magia negra. Ya podía controlar mucho mejor esas magias, saber magia le facilitaba hacer muchas cosas, pero no lo utilizaba mucho ya que no se sentía bien haciendo eso. También entrenaba y hacía ejercicio.

Nada de eso lo hacía sentir bien, quería estar acompañado de alguien, alguien que lo quiera, pero no podía entrenar con esa persona, se había distanciado de él gracias a una mini pelea que tuvieron hace algunos meses.

El híbrido oso miro el techo de su habitación, estaba aburrido, también odiaba ese sentimiento. Quería dormir bien, pero simplemente no podía, necesitaba hacer algo, por alguna extraña razón cada que no hacía nada se sentía inútil.

Algunas lagrimas salieron de sus ojos violetas, agarro una almohada y la apretó con fuerza, no le gustaba llorar, odiaba el sentimiento de querer llorar, odiaba llorar.

Estaba recordando a sus amigos, ahora se mantiene un poco distante, pero hablan de vez en cuando, ahora no podía ni mirar a Conter a los ojos gracias a una pelea que tuvieron, se arrepiente tanto de decirle eso a el híbrido conejo blanco.

Se odiaba a sí mismo, quería devolver el tiempo y haberse quedar callado y admitir lo que le decía Conter, pero sabía que era imposible, tenía que aprender de sus errores, pero también tiene que aprender de los errores de los demás, así no cometes ese error otra vez.

Sus pensamientos fueron interrumpidos gracias a que su padre lo estaba llamando, Spreen busco sus lentes de sol y se los puso, odiaba que su padre lo llame a altas horas de la noche, sabía que era lo que tenía que hacer.

Salió de su habitación, bajo las escaleras lentamente, no quería despertar al resto de la familia, ahora su padre estaba un poco más estricto que antes, no le importaba mucho, salió al patio de su casa y vio a su padre esperándolo mientras fumaba un tabaco —Buenas noches— saludo Spreen al ver a su padre, intento no hacer contacto visual con su padre.

—Ya sabes lo que tienes que hacer—dijo molesto apagando su tabaco y tirándolo al suelo, miro a Spreen e hizo una pequeña sonrisa, Spreen sintió una sensación extraña, una sensación nueva, una sensación que tal vez odie.

Simétrico... -SprenterWhere stories live. Discover now