Kagome Higurashi
[Presente]Un golpe seco me interrumpe el sueño y me incorporo molesta, aún con los ojos cerrados. Los gemidos profundos traspasan la pared y siento la imperiosa necesidad de irles a gritar unas cuantas verdades en la puerta de su habitación.
Son unos malditos desconsiderados. Son la cinco de la mañana ¡No he dormido nada! Me levanto completamente de la cama. Maldigo a mi vecina en reiteradas ocasiones mientras tiendo la sábana y acomodo la almohada.
Otro golpe retumba en la pared seguido de un jadeo ronco. Paciencia, necesito mucha paciencia para poder lidiar con este tipo de gente. O sea, no hay nada malo en coger a la hora que te dé la puta gana pero ¿Despertar a los vecinos? Eso es imperdonable. No me interesa en lo más mínimo saber cómo follan a mi vecina. Después de lavarme la boca y el rostro, me cepillo el cabello y lo ato en un moño.
Como es imposible que logre dormir de nuevo me dispongo a ordenar el desastre que tengo en mi cuarto. Saco toda la ropa del closet y selecciono lo que ya no me es útil. La voy echando en una bolsa que después llevaré al pequeño orfanato del pueblo. Limpio el piso, muevo la cama, el sillón y el mueble del televisor. Saco la basura. Lavo el baño. Cambio las cortinas de la ventana y por último tomo la cesta de ropa sucia para irla a lavar.
Salgo del cuarto y al cerrar la puerta, la de mi vecina se abre. Mis labios se curvan en una sonrisa fingida. La pelirroja me mira con el rostro enrojecido por la vergüenza mientras que su novio, amante ¡qué sé yo! Me guiña un ojo y me barre con su mirada cargada de morbo.
Lo fulmino con la mirada y paso airosa por su lado. El muy descarado me rosa el culo con su mano. Me giro para insultarlo pero su novia lo abraza y le dice algo en el oído que lo hace asentir. Camino rápido hasta el final del pasillo. Bajo las escaleras hasta el primer piso y luego vuelvo a bajar otras escaleras hasta el sótano, donde está el área de lavado.
La dueña de esta pocilga es una auténtica perra. Midoriko se gasta todo el puto dinero que recibe de los alquileres en cirugías plásticas. La última fue hace tan solo una semana. Yo aún no la he visto pero las malas lenguas dicen que se realizó un aumento de pechos. Obviamente, soy una de las tantas que piensa que alguien le está patrocinando sus gustos esquizofrénicos.
Son veinte habitaciones, de las cuales solo doce están rentadas. El dinero mensual jamás será suficiente aún así, debería de invertir un poco en el mantenimiento de este sitio. El sistema eléctrico no sirve. Tengo que mover una y otra vez el enchufe para que la lavadora pueda encender. Me tardé al rededor de tres horas ¡Qué fastidio! Por esto y por muchas razones mas necesito seguir ahorrando dinero para largarme de este lugar.
Recojo del piso la cesta con la ropa ya lavada y salgo del sótano. En el pasillo hacia mi cuarto me encuentro con Kouga, quien está recargado en la pared. Sus manos están ocultas en los bolsillos de su jeans. Me mira en cuanto se percata de mi presencia. El que esté aquí no me causa buena espina. Su pareja sigue trabajando, en la floristería.
— ¿Por qué no me atendiste anoche? — reclama cogiéndome del brazo. Sus dedos se entierran en mi carne.
— Porque no se me dio la puta gana — contesto tosca. Muevo mi brazo con brusquedad y logro zafarme de su agarre.
Él bufa y me acorrala contra la pared. Kouga fue por un tiempo algo así como mi polvo favorito pero todo terminó, para mí, cuando conoció a su actual pareja. Hablé con él y corté cualquier tipo de lazo que nos unía. Claro está que él no se lo tomó de la mejor manera y hasta el día de hoy insiste en querer seguir follando conmigo.
— Estaba pagando por ti — sus dedos acarician mi mejilla, mi mentón y desciende hasta ahuecar uno de mis pechos. Acaricia mi pezón sobre la fina tela de la blusa que visto. Este se pone duro y se marca con facilidad ya que no uso sostén.
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Heaven © [Sesshome]
FanfictionPor cuestiones de negocios, la familia Taisho deciden mudarse a otra ciudad. Sesshomaru, el primogénito del matrimonio, es un adolescente de dieciséis años; educado, amable, tímido y jodidamente apuesto. La preparatoria lo recibe a medio curso por...