Uno.

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— Vamos Yeri sígueme, por favor...— Rogaba el pequeño de ojos azules mientras se dirigían al parque que quedaba cerca de la casa de Edward. Yeri sonrió de forma maliciosa, decidió jugarle una broma al rubio.

— ¡Si me atrapas jugaremos al tobogán que a ti te gusta!— Yeri le mostró el dedo meñique.— Es una promesa güerito.

Él asintió contento, sabía que Yeri cumpliría su promesa. Bueno, quizás esta vez no.

Yeri comenzó a correr por la calle, pero, para su gran error no miró el semáforo.

—¡Yeri! ¡No!— Fue lo último que pudo escuchar para después perder la conciencia.

— De nuevo el mismo sueño.— Yeri despertó exaltada en su cama. Ya había amanecido, miró el reloj de su habitación.— ¡¿11:40?! ¡DIOS, VOY TARDE A LA UNI! — La clase empezaba  a las 12:30 PM.

Yeri salió rápidamente de su cama corriendo hacia la ducha. Se duchó rápidamente, era el primer día  de su segundo semestre en la universidad. Si bien era pesado, sentía que su vida estaba mejorando en todo aspecto. Su vida estaba rodeada de fama y responsabilidades. Era demasiado difícil para ella a veces lidiar con todo. El amor nunca la había tratado bien. Ella misma pensaba que se debía a que no estaba preparada para ello o quizás el príncipe azul que ella esperaba aún no la encontraba. La verdad, la pelirroja se había enamorado una sola vez de verdad. Ese amor tan dulce que te hace sentir paz y mariposas en la panza mientras le miras.

Decidió ponerse unos jeans azules con un top de jean azul y unos tacones negros. Sabía que su aspecto era importante ya que era muy popular en la universidad y fuera también, donde fuera que iba le pedían fotos. No pudo desayunar ya que iba tarde. Tomó las llaves de su auto y salió en rumbo a su clase.

Llegó a las 12:45. 15 minutos tarde no iban tan mal, a veces incluso llegaba una hora más tarde. Mientras corría como podía por los pasillos para encontrar su salón recibió una llamada de su madre, decidió contestarla mientras corría. Para su mala suerte chocó con un chico que iba en sentido opuesto a ella. Ella no le dio importancia.

— Ay, ¡disculpa! —Yeri colgó la llamada y miró al chico que la observó con cara de pocos amigos. Pero aún así era guapo; El chico tenía una piel pálida como la leche, unos tatuajes que le quedaban geniales en el cuello, unos ojos azules maravillosos que parecían llevarte al fin del mundo. Estaba estupefacta, su mente y corazón viajaron al pasado, en el cual, el sol brillaba al igual que su corazón infantil — Tan guapo y tan amargado. — Rió delante de él mientras el chico solo giró sus orbes azules y siguió caminando quien sabe dónde.— ¡Pobre perro! — Siguió su camino con mucha más calma, pero algo incómoda, esos ojos solo los había visto una vez en su vida y en otro país. Al llegar a la clase se sentó al fondo sola ya que su reputación en la universidad tampoco era tan buena.

Yeri era para todos la típica plástica que anda en bocas de todos. Tenía fama de andar con todos, incluso se había corrido el rumor de que había estado con varios de su universidad lo cual ella misma negó. Al salir de su clase, se dirigió a la cafetería para reflexionar un poco. No podía dejar de pensar en los ojos del chico.

— ¿Me puedo sentar contigo?— Una chica de más o menos su tamaño, cabellos castaños se le acercó. Yeri alegremente asintió.— ¿Siempre estás tan sola? Me llamo Amairani.— Sonrió mientras se acomodaba al lado de la pelirroja.

— Que chido que te me hayas acercado Ama.— Yeri daba sorbos a su agua que había comprado.— Me llamo Yeri.

Ambas parecían llevarse excelente. Sus risas se escuchaban en toda la cafetería. Yeri estaba eufórica, nunca hablaba con nadie en la universidad.  Amairani le contaba que era su primer semestre, que se dedicaba a realizar streams en Twich. Yeri al no saber mucho del tema le comentaba que su hermano menor usaba esa plataforma casi siempre y que le parecía genial que se dedicara a tal.

— Yeri, tengo que irme ya que tengo clase ¿Me darías tu número para estar en contacto las dos?— A Yeri por supuesto le brillaban los ojos, se le hacía muy emocionante la idea de tener una nueva amiga en su vida. Ella de inmediato se lo dio y se agregaron a contactos. Se despidieron, por lo pronto, la pelirroja fue a su auto para salir de su establecimiento. Llegó a casa y de inmediato fue a su álbum de fotografías el cual estaba guardado en una caja de madera en forma de corazón. Dirigió su mirada a 3 fotografías con su primer gran amor o su "güerito" como le llamaba ella. Ese azul tan intenso solo le recordaba a él. Su estómago se revolvió al ver las fotografías.

Nunca más lo había vuelto a ver, ni nunca pudo volver a pasársela tan bien como se la pasaba con su güerito.

—¿Cómo es posible que haya olvidado tu nombre? Si no fuera así créeme que estaríamos juntos aún güerito...—Suspiró.— Algún día volverás, yo sé que sí. Ojalá no sea muy tarde ¿me escuchas?

Yeri guardó sus fotografías y se dirigió a la cocina a comer, su hermano estaba viendo streams. Que ruidoso era el streamer que miraba.
Miró de reojo el celular de su hermano. Se le cayó la comida de la boca.

— ¡ESE VATO ESTABA EN MI UNIVERSIDAD HOY!— Yeri le quitó el celular a su hermano.
—¡¿Cómo que estaba en tu uni?!— Gritó eufórico.— Justo te está criticando pendeja.

Su hermano estallaba de la risa.

— ¡Pobre perro! Ya verá con quién se mete.—  Yeri río mientras escuchaba al supuesto streamer. Era guapo, y en persona mucho más. No era su usual gusto en hombres, al menos no según los que había estado, pero era atractivo y demasiado a su parecer.

"Le responderé."

En eso, su celular comenzó a vibrar. Era Ama.

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ACLARACIONES:

Recuerden que esto en un fanfic, sabemos que el CryMua es puro mame. Esta historia espero que les guste. Agradecería si me comunicaran a través de comentarios si desean que este fanfic sea corto o más o menos largo.

Recuerden que es un fanfic y por lo tanto no deben tomar a pecho algún personaje.

Golden; CryMua. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora