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El sol brillaba en el cielo azul mientras Koo se encontraba sentado en una mesa de madera marrón fuera del campus universitario. Habían pasado tres días desde su encuentro con el enigmático pelirrojo, y su mente seguía plagada de pensamientos sobre él. A su alrededor, el bullicio de los estudiantes llenaba el aire, pero Koo estaba absorto en sus propios pensamientos.

A pocos metros de distancia, Mina, una alfa pelirrosa de ojos vivaces, mordisqueaba su emparedado con entusiasmo. Sus ojos brillaban con una chispa traviesa mientras comentaba: "Es tan lindo, aunque no me importa si es omega, me lo tiro igual".

Jimin, un beta de cabello oscuro y ojos amigables, estaba ocupado mimando a un pequeño gamma que dormía plácidamente en su regazo. Alzó la mirada hacia Mina y añadió: "No creo que te sea fácil. Dicen que es casi igual a un alfa y no se deja dominar. Además, su físico es casi idéntico a uno".

Los ojos curiosos de Mina y Jimin se posaron en Koo, quien parecía perdido en sus pensamientos. Con una sonrisa juguetona, ambos amigos se dirigieron a él al unísono: "Y tú, Kook, ¿qué piensas de Taehyung?" Las palabras quedaron suspendidas en el aire, esperando la respuesta del joven, mientras el mundo continuaba su frenético ritmo a su alrededor.

Jungkook se sintió como si un foco de atención se hubiera centrado en él cuando Jimin y Mina insistieron en obtener una respuesta más reveladora. "Es un omega interesante, nunca había conocido uno igual", admitió, buscando palabras que pudieran describir la extraña fascinación que Taehyung ejercía sobre él. Tomó un sorbo de su malteada, tratando de ocultar la incomodidad que sentía al hablar del tema.

Antes de que pudiera continuar, una pelota de algún juego cercano chocó contra su mesa, derribando su malteada y manchando su camisa con manchas azules y rojas. Hoseok, un compañero alfa de la biblioteca, se acercó rápidamente con una expresión de disculpa en su rostro y le ofreció su camisa para ayudarlo a limpiarse.

"Ten", dijo Taehyung, quitándose su propia camisa sin dudarlo y pasándosela a Jungkook. Sus dedos se rozaron durante un breve momento, enviando un escalofrío por la espina dorsal de Jungkook. "Gracias...", murmuró, su voz apenas audible, antes de levantarse apresuradamente y correr hacia los baños.

En el instante en que Jungkook se alejó, un grupo de omegas y betas se agolpó alrededor de Taehyung, Entre risas y comentarios emocionados, expresando su deseo de poseer algo de Taehyung.

Mientras tanto, Taehyung no pudo evitar mirar hacia la dirección en la que Jungkook se había ido, una mezcla de confusión y curiosidad.

Se preguntaba qué había causado esa reacción en el enigmático omega azabache, mientras las voces entusiastas de los otros estudiantes se desvanecían en segundo plano.


T

A

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K

O

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El reloj marcaba las 7 de la tarde, y Jungkook se encontraba meticulosamente limpiando cada rincón de la biblioteca, eliminando cualquier rastro de suciedad antes de cerrarla. Mientras se concentraba en sus tareas, la figura imponente de la directora Im hizo su entrada, con Taehyung a su lado, agarrado de la mano.

"Jungkook, desde ahora él te ayudará con los deberes de la universidad y se quedará dos semanas aquí como castigo", dijo la directora, su tono llevaba una pizca de molestia por alguna razón que Jungkook no lograba entender del todo.

El omega asintió con respeto, sin mostrar ninguna emoción en su rostro. "Está bien, señorita directora. Me aseguraré de tenerlo en la mira y ver que no haga nada que no deba", respondió con calma, haciendo una reverencia de 90 grados para mostrar su deferencia y compromiso con la tarea asignada. A pesar de la confusión que sentía por la llegada inesperada de Taehyung, Jungkook estaba decidido a cumplir con su deber y asegurarse de que todo saliera como se esperaba.

Con una mirada llena de confianza, ella se dirigió a Jungkook, sus ojos transmitían seguridad y complicidad. "Bien, confío en ti, Jungkook", sus palabras resonaron en la tranquila biblioteca, mientras una sonrisa amistosa jugueteaba en sus labios. Pero su expresión cambió drásticamente cuando se volvió hacia el joven Kim, el pelirrojo de semblante preocupado.

Su mirada se volvió seria y penetrante. "Usted, joven Kim, está absolutamente prohibido jugar en la cancha o participar en cualquier otro deporte hasta que cumpla su semana de castigo y complete las tareas extras que le he asignado. No quiero escuchar ninguna queja", enfatizó, su voz firme y decidida llenando el espacio entre ellos.

Finalmente, soltó la mano del joven con un gesto decidido, su autoridad palpable en el aire. Con pasos decididos, salió de la biblioteca, dejando a los dos omegas a solas. La puerta se cerró tras ella, dejando un silencio tenso y cargado de consecuencias en la habitación. El peso de su autoridad y la responsabilidad de enfrentar las decisiones tomadas llenaron la habitación, mientras los jóvenes se quedaban en un silencio incómodo, enfrentando las implicaciones de sus acciones.

Taehyung con Sus ojos, inquisitivos y llenos de interrogantes, seguían cada movimiento del omega mientras este recogía cuidadosamente sus pertenencias.

Las palabras del omega resonaron en el aire como un susurró. "Yo ya había terminado, así que ve a casa", dijo el omega con una sonrisa y sus ojos brillaban.

El pelirrojo se quedó allí, en medio de la biblioteca, sintiéndose como si estuviera atrapado en un rompecabezas sin resolver. Cada gesto del omega, cada palabra dicha y no dicha, lo dejaba intrigado y anhelante de más. El sonido de los pasos del omega se desvaneció gradualmente mientras abandonaba la biblioteca, dejando a Taehyung solo, inmerso en un mar de pensamientos tumultuosos y emociones confusas.

Between the Pages of Love TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora