♪ Un dolor tolerable ♪

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Ugh.

Soobin detestaba los locales abarrotados de gente hormonal, todos restregándose entre su sudor y con aquel desagradable olor a cigarro, alcohol u otras sustancias de dudosa procedencia, pero seguramente lícitas. No, no era un amargado ni un "santurrón" que se la pasaba encerrado en casa estudiando hasta quemarse las pestañas o viendo anime mientras detestaba al mundo exterior - aunque, en parte, sí es algo similar -.

Iba a fiestas muy de vez en cuando, bebía con amigos y la pasaba bien, a veces hasta se animaba a bailar un poco, pero no estaba de ánimos ahora ni había sido su elección el estar en ese bar. Se mantiene solo, rechazando coqueteos descarados de varios tipos y botando números telefónicos que le pasaban dando con todas las dobles intenciones, soportando la mala música -al menos para su gusto personal-, viendo con descontento la pésima decoración estereotipada y propia de un bar gay, bebiendo limonada, sin alcohol para no perder la noción, y siguiendo a un idiota sin cerebro.

Porque, recordemos, ¿Por qué estaba haciendo eso? Ah, por el cascarrabias de Choi Yeonjun, su tutor.

Es decir, seguramente el chico ni le va a agradecer, se quejará y le dará una patada en la espinilla diciendo que deje de inmiscuirse en su vida, que no eran amigos siquiera y blah, blah. Tampoco es como que fuera a contarle lo que estaba haciendo, le daría cierta pena. Y es que, ¿Quién hacía algo así por alguien que apenas y le dirige un saludo? ¿Por alguien que, desde el inicio, le dió a entender más que abiertamente que no le caía bien?

Otra vez estaba divagando en medio de su aburrimiento. Joder, le dolían las cienes y estaba por desquiciarse de tanto jugar en su celular con jueguitos que su vecino de doce años le pasó la tarde que lo cuidó como favor a sus padres.

––Tienes buen gusto, me gustan tus jeans.

Soobin enarca una ceja y guarda su teléfono con un bufido fastidiado, ya venía otro sujeto.

––¿Mis jeans o mi culo?

El recién llegadoa lanza una risotada, algo sorprendido por el desinteresado muchacho, pero complacido a su vez.

––Mi tipo son los directos y altos como la mierda. Soy Park Sunghoon.

––Soobin –– contesta más que nada por cortesía, el muchacho luce un poco de su edad, se pregunta si estaba con una identidad falsa como él, o si es un poco mayor. No es como los demás sujetos que invadieron su espacio, o al menos por ahora muestra un poco más de decencia y respeto por él. De hecho, por ello fue menos brusco al avisarle: –– Lo siento, no vine aquí a ligar.

––Ah, ¿Hetero? – suspira como si fuera una lástima el hecho, pero el chico sólo se encogió desdeñoso y continuó su trago, generándole más intriga –– ¿A qué viniste entonces? Porque beber limonada con esa linda cara de bebé con gases, estando solo y en la silla más aislada de la barra de un bar gay, no es-

––No es una buena manera de pasar mi domingo, ujum –– chasquea con un bajo gruñido.

Sung se sienta finalmente a su costado, tratando de leer con curiosidad al chico.

––¿Quieres experimentar o qué entonces?

Soobin estuvo por evadirlo y quizás buscar desviar la conversación, de no ser porque volvió a ubicar al imbécil de Gwi-Nam saliendo de los baños, desde hace un rato se le había perdido y no lo encontraba. Se limpiaba los labios y verifica ambos lados con paranoia disimulada, se acomoda su chaqueta y baja su gorra como lo ha hecho toda la noche, yendo al segundo piso.

Ha estado esperando a que el idiota hiciera cualquier movimiento arriesgado, llevaba rato sin obtener lo que necesita para fundamentar su argumento...

Fue como si un bombillo se encendiera en la cabeza del pelinegro cuando miró al expectante chico a su costado.

STUCK ON U [Soojun] - SOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora