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24 de Diciembre 2021
Puerto Vallarta, México

Estar en casa nunca había sido más relajante, estar en tu país junto a la persona que amas tampoco tenía comparación y es que estar disfrutando de su tiempo libre con su esposo era lo único que necesitaba para sentirse más relajado tras una dura temporada.

Debía admitir que aquella última carrera había sido increíble, el poder ayudar a su esposo a ganar el campeonato era una experiencia que amo, sobre todo al escucharlo por la radio.

"Checo is a legend"

Su corazón había dado un vuelco al enterarse, estaba más que feliz de aquello y la celebración que vino justo después, vaya, realmente Max le había demostrado lo feliz y agradecido que estaba con él de una manera encantadora.

Los días junto al rubio siempre lo hacían sentirse de aquella manera, feliz, animado, amoroso pero sobre todo lo hacían sentir vivo de una manera en la que nunca antes se sintió y es que lo supo desde el primer momento en que lo vió en la parrilla.

Max Verstappen era su destinado, aquel chico flacucho apenas legal era su alfa y aunque al principio le desagrado la idea de tener un crío por pareja, después termino siendo completamente cautivado por este.

¿Quién diría que aquel maniático en pista podía ser todo un romántico?

La gente seguro que se sorprendería de ver lo atentó y meloso que era su esposo con él todo el tiempo, o bueno, siempre que su tan querido suegro no estuviera presente.

Y ese era el único problema en su relación, Jos Verstappen y su tan mala manía que tenía por querer arruinarlo.

No sabía el porque pero su suegro lo odiaba, se lo había dejado en claro en muchas ocasiones, no era nada nuevo escuchar al viejillo decirle que estaba arruinando la vida de su hijo.

Pero en el momento que entro a Red Bull fue cuando verdaderamente se volvió un complemento fastidio, inventando todo tipo de cosas solo para que Max y él pelearan.

Deseaba que en un futuro no muy lejano su suegro finalmente lo aceptará como parte de la familia...

29 de Mayo 2022

Mónaco

Había sido un fin de semana caótico para todo el equipo, pero todo empeoró con la clasificación, dónde Max se vio afectado tras haberme chocado con la barrera, estuvo gruñendo todo el día debido a ello, ni siquiera me hablaba.

Todo empeoró con el domingo, y cuando gané la carrera me sentí extasiado.

¡Había ganado en Mónaco!

Pero todo se fue al caño en cuestión de minutos, cuando una vez en mi sala, cambindome listo para salir a celebrar con mis amigos, llegó Max.

Su aroma lo delataba, era agrío, nada que ver con aquel olor que tanto amaba, su forma de caminar igual, mostrándose demasiado intimidante.

Aún así no baje la cabeza y le di una pequeña sonrisa, soltando feromonas para intentar calmarlo.

-Cielo, que bueno que llegas, estaba a punto de salir a buscarte, los chicos quieren salir a celebrar...

Me quedé callado cuando su puño golpeó la pared, haciéndome estremecer, sobre todo al ver que el contrario se acercaba a mi por lo que retrocedí.

-¿¡Piensas celebrar tras lo que hiciste, Omega!?

Me quedé congelado por unos segundos, no había utilizado su voz de mando, pero se había sentido igual de aterradora, por lo que simplemente negué.

-¡No puedo creer lo que hiciste!

A wounded heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora