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12 Enero

Mónaco 2024

El sonido de la alarma fue lo que terminó por despertarme, nuevamente me encontraba en mi ciudad amada por lo que todo parecía pintar a que sería un día espléndido y hubiera sido de esa manera de no ser por el mensaje que leí justo al momento de desbloquear mi móvil.

"Señor Leclerc, le recordamos su participación el día de hoy para el programa de emparejamiento, su cita está programada para la 11 horas, agradecemos su atención y participación".

Un pequeño suspiro de derrota brotó de mis labios, no le encantaba la idea de participar en el programa pero al ser obligatorio no le quedaba de otra, lo sabía, su tiempo límite había llegado y él no tenía un omega. Y no es que no quisiera, pero su amor no era correspondido, por mucho que lo intentó, aquellos ojitos cafés que tanto amaba nunca lograron verlo como algo más que un simple amigo.

Con pereza me levanté de mi cama, caminando hacia el baño mientras me iba deshaciendo de la ropa en el camino, pensando en cómo se encontraría su amado.

Había aprendido a manejarlo pero los primeros meses fueron un completo infierno, era como si Sergio hubiera desaparecido del planeta, nadie tenía información de él, ni siquiera su familia, se había puesto como loco intentando encontrarlo pero todo fue completamente en vano.

Una vez ya dentro de la ducha abrió el grifo, sintiendo el agua fría golpear contra su piel, comenzando con su rutina de baño.

Recuerda no haber podido concentrarse bien en las siguientes carreras tras el anuncio del divorcio de su mayor, quería hablarle, preguntarle si necesitaba algo, estar con él y consolarlo. No fue hasta que Carlos le dijo que se encontraba bien pero que necesitaba un tiempo fuera de esto, que pudo sentirse más tranquilo y concentrarse en lo que restaba del campeonato.

Salí de la ducha tras un par de minutos, mientras tomaba la toalla y me dirigía al armario, buscando que sería lo que me pondría el día de hoy, al final opte por algo cómodo y simple.

Sin prisa hice mi día con normalidad, y cuando finalmente llegó la hora de partir tome las llaves del automóvil y comencé a manejar, siguiendo lo que la app decía. Todo duró menos de una hora, cuando estuve sentado frente a un supervisor, el cuál se encargaría de explicar todo de lo que se trataría.

—Muy buenos días, señor Leclerc—mire al hombre frente suyo, correspondiendo al saludo.—Primero que nada, quiero agradecerle por su cooperación con el programa, le explicaré de qué se trata y si tiene alguna duda por favor házmela saber.

Un leve asentimiento fue lo único que bastó para que el hombre comenzará a hablar.

—El programa de emparejamiento es para todos aquellos solteros que aún no han encontrado pareja sin importar su casta.—Explico mientras me extendía un folder.—Como sabe nosotros recopilamos información desde un año antes de la edad límite, por lo que nos basamos en lo que contestó, de esa manera podemos encontrarle una pareja con la que usted pueda tener una conexión.—abrió el folder frente a mí, quedándome sorprendido durante unos minutos.—Nuestro sistema ha decidido que su emparejamiento sería un 90% exitoso con el señor Pérez.

La información frente mía era nada más y nada menos que de aquel pecoso que me tenía en la palma de su mano. Miré con detenimiento su foto, se veía igual de precioso que como lo recordaba.

—En la información del señor Pérez le anexamos sus gustos, pasatiempos y cosas que pueden ser relevantes para que su emparejamiento sea exitoso, le pedimos que lo lea de manera consciente.

A wounded heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora