Espejismo [YoonSeok]

🧹3. Secretos.

Nuevo día, nuevos retos. Hoseok no tenía clase con ningún curso aquella mañana, de modo aprovechó su tiempo para encargarse de la tarea asignada por el director Bang.

Reunió a los jugadores de los equipos de Gryffindor y Slytherin en el campo, sacándolos de sus respectivas clases. Al día siguiente sería el turno de los equipos de Hufflepuff y Ravenclaw. Los alumnos y alumnas ya estaban al tanto del incidente del profesor Choi, pero nadie había imaginado que el profesor Jung sería su sustituto.

— Buenos días, creo que no es necesario que me presente — dijo Hoseok al ver que los estudiantes le sonreían, pues a la mayoría les daba clase de defensa contra las artes oscuras con lo cual ya le conocían. — El profesor Choi Beomgyu estará de baja unos días, y hasta que regrese, por petición de nuestro estimado director, yo supervisaré los partidos de Quidditch.

Hecha la introducción, el maestro abrió el baúl que contenía los balones para el juego, los jóvenes alzaron el vuelo y el partido pronto dio comienzo.

Armado con un silbato, la escoba y su urraca Sally en el hombro, Seok flotaba alrededor del campo de juego observando los movimientos de los estudiantes. Los buscadores, que eran también los capitanes de equipo, no estaban a la vista; Jeon Jungkook y Kim Taehyung probablemente se encontrarían sobrevolando las nubes, persiguiendo a la Snitch dorada.

— Señorita Che, no se lance desde tan lejos... ¡Señor Moon! ¡No empuje a su compañero...! Señor Kwon, esto es un juego en equipo, pásele la bola a su compañera — Hoseok no daba abasto. Esperaba que el director no se hiciera muchas ilusiones, porque con el debido respeto, veía poco probable que estos chicos ganaran un torneo.

Hoseok sabía que el Quidditch podía ser un deporte violento a veces, pero no podía hacer la vista gorda cuando veía a algunos jugar sucio y tirarse de las escobas. Si alguien se hacía daño la responsabilidad recaería sobre él.

Se disponía a intervenir para regañar a los estudiantes más agresivos, pero ni bien había abierto la boca cuando otra voz resonó en vez de la suya. Hoseok cerró los ojos y respiró hondo antes de darse la vuelta, porque este hombre no venía en son de paz.

— ¡Jung! ¿¡Me puede explicar qué despropósito es este!? — Min Yoongi venía enojado, como era de suponer. — ¿Qué hacen aquí cuatro de mis alumnos en lugar de estar en clase de pociones?

— Lamento los inconvenientes, profesor Min, pero el director Bang me ha pedido que sustituya al señor Choi hasta que vuelva, y este es mi rato libre para hacerlo.

— ¿Y le parece más importante que los alumnos estén aquí jugando a la pelotita, en vez de aprender algo útil? — gruñó el mayor.

— El director quiere que se esfuercen entrenando para poder ganar el torneo de...

— Me importa un bledo el torneo, Jung. Ya van dos días consecutivos que me fastidia usted una clase y no lo pienso tolerar.

Yoongi fue categórico, y después decirle eso a Hoseok, se volteó con el ceño fruncido para ver a los jóvenes que jugaban al Quidditch. Los observó por espacio de un minuto y negó con la cabeza con desaprobación y desdén.