Capítulo 2

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Hace semanas Alex vino a mi casa, hasta ahora sólo nos hemos visto una que otra vez por la calle pero él no se ha vuelto acercar hacia mí. Cada vez que nos vemos trato de observarle disimuladamente porque no quiero que crea que ya puede estar bien conmigo cuando aún ni siquiera sé qué pensar sobre el.

He querido escribirle y pedirle que me dé más información o que me hable un poco más sobre Mike o de quién quiera que sea Mike, si es que así se llama pero me he mantenido a raya. Tengo demasiadas dudas en mi cabeza y emociones encontradas, pensamientos que creí tener hace mucho tiempo muy en el fondo de mi cabeza pero todos estos días han ido resurgiendo.

La presencia de mi hija en mi vida luego de aquel traumático suceso ha aplacado mucho los demonios en mi interior pero cuando todo está en silencio es imposible mantenerme cuerda totalmente y todas aquellas imágenes que creí haber olvidado vuelven amontonarse en mis pensamientos.

Éstos últimos días he reducido las llamadas habituales con mis padres ya que en algún momento determinado podrían rastrearnos con ellas. Sé que al hacerlo desde una cabina telefónica un poco alejada de mi hogar sería casi imposible pero aún así queda la posibilidad de qué esas personas que Alek mencionó que son o están relacionadas a Mike puedan rastrearnos me aterran. y si bien no creo que Mike podría hacernos daño ya que en todo este tiempo que hemos compartido ha tenido mil y una oportunidades de hacerlo, ya no se qué esperar luego de mi conversación con Alek.

Caminamos por la calle tomadas de la mano. guiándola hacia la guardería donde ella está quedándose para yo ir a trabajar a un pequeño local de mesera en el cual he conseguido trabajo cuatro días a la semana. Si bien alguien ha estado enviando sobres con dinero por debajo de mi puerta, no lo he querido utilizar porque sé que ese alguien claramente es Alek, en aquellos sobres siempre ha dejado una rosa azul, recordando la vez que le mencioné cual era mi color favorito y el como siempre anhelé que me regalaran rosas azules, este gesto ha tocado mi corazón y se que lo hace por mi perdón, pero aún así he continuado con mi trabajo, el cual ha rendido frutos y me servirá para continuar con mi tan adorada independencia, además de relacionarme con las personas del pueblo que ahora es mi nuevo hogar.

Dejo a mi hija en la guardería para luego encaminarme al trabajo y ya en este, me visto con mi uniforme y delantal requerido en mi horario laboral y me apresuro a tomar los pedidos de cada persona que los requiere, cuando a eso de media mañana me encuentro con aquellos ojos, está sentado en una de las mesas más alejados del local, levanta su mano desde lo lejos haciéndome la señal de qué requiere de mi presencia y cómo aquí es un cliente y yo una empleada, debo ir a atenderle a menos que quiera que me despidan.

— buenos días, bienvenido a Faraway ¿puedo tomar su orden?— le pregunto como si fuese cualquier cliente habitual, éste me mira con una sonrisa en el rostro y pone un dedo debajo de su barbilla, acción que le caracteriza cuando algo de divierte o gusta.

— sí, puede tomar mi orden— dice ahora pero con una sonrisa abierta que hace que se le marque un hoyuelos en su mejilla dándole un aspecto un tanto juvenil y relajado lo cual me lleva a preguntarme en ¿qué habrá pasado con su trabajo? ya que está aquí y no le veo ganas o intenciones de irse pronto.— hola, si, estoy hablándole— salgo de mi trance mental al escucharme hablar nuevamente  y me dispongo a tomar su orden, al divagar en mis pensamientos no escuché lo que me decía.

— ¿puede repetirme otra vez lo que desea y por favor si es para llevar o comer aquí?— toda la formalidad me parece ridícula tomando en cuenta el hecho de qué ya he tenido hasta su miembro dentro de mi, aún así, sigo la corriente ya que estoy en mi trabajo y no quisiera que me despidan en mis primeras semanas por un tonto jueguito.

— sí, quisiera una hamburguesa doble con papas, sin pepinillos y una soda dietética. Servicio en la casa—dice y automáticamente siento todo mi cuerpo calentarse al entender su indirecta.

Nuestro amigo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora