arenita playita 2

130 24 17
                                    

Ten estaba sentado en una silla alta bebiéndose un mojito mientras se reía con un malandrito que había llegado de no sé dónde pero estaba más tatuao que un presidiario.

— Berro pero que flaco tan bello vale, nojoda, er’ diablo maita tu que estás en el cielo junto a papá Dio hazme el milagrito de comerme ese culo otra vez — Johnny tenía las manos juntas mientras rezaba al techo porque seguro maita andaba más que dormida.

“No jodas careverga” Pudo escuchar en su oído.

— Eso maita, tan bella como siempre con esas palabras tan amorosas — Tiro un beso a su abuela tiesa y bajó la vista para darse cuenta que Yuta lo veía con expresión de “¿tu eres loco o inhalas polvo de tiza?” — ¿Qué es vale? Como si nunca te hubieras enamorao nojoda.

— Verga mi loco yo sí me he enamorado pero no he delirado así chico, que coño te estás tomando tú vale, presta pa ca esa botella, Seo.

Johnny alejó la mano donde tenía la botella de líquido dudoso que le había robado a alguien por ahí, ya se habían acabado el cacique (que tanto Ten había peleado pa que durara un peo en hamaca) y ahora parecían piedreros buscando licor hasta debajo de la mesa.

— Tira pa ya esa mano bicho, con mi merequetengue no te estés metiendo que ando es desatao — Yuta respiró profundo, quién lo mandaba a saber controlar el pico mejor que ese rabipelao que tenía por amigo.
Y hablando de amigo, ¿Y el soplabowe de Taeyong?



Jisung se movía de un lado a otro en la cama, decidiendo que era momento de abrir los ojos y negarse a dormir, todo lo que intentaba para descansar no servia.

Ya contó tres mil malparidas ovejas, desgreño a María Corina y le enseñó ortografía a Nicolás Maduro y aún así no se dormía.

— Pero verga Dios, ¿Qué quieres tu vale? Déjame dormir chico ya yo sé que la cagué ¿Qué más tengo que escarmentar? — Se quitó la sábana todo obstinao y se levantó de aquella cama que ya hasta picazón le daba.

Seguro tenía bichos en las sábanas y él echándole la culpa a Dios que no lo dejaba dormir, acho, lo escuchaba su madre y le pegaba con la biblia en la trompa.

Caminó del baño al cuarto, del cuarto a la cocina y otra vez pal baño. ¿Será que enserio le gustaba un hombre?

No vale, no, osea sí estuvo buena la vaina pero es porque nunca había tenido tanta adrenalina antes.

Pero no chico gustar de quién, ¿de un hombre? ¿él? Bicho er diablo primero chavista.

No, no, chavista no, hay peores cosas que la muerte y eso es ser del rojo rojito.

¿Pero entonces porqué no se le iba de la cabeza ese chino blanquito cabello negrito?

Postró su pesada retaguardia en la cama, tapando su rostro con sus manos mientras respiraba para relajar la ansiedad que crecía en su pecho gracias a la inexistente respuesta hacia aquellas preguntas que pululaban en su mente, estaba exhausto, triste y confundido.

No sabía si había cometido un error, si aquello le dolería de por vida o si pasaría rápido, nadie le decía lo que quería escuchar y sentía que cada minuto que pasaba un nudo iba creciendo en su garganta.

Unos pequeños recuerdos empezaron a escurrirse entre sus pensamientos, esos en los que el chico lo tomaba con sus suaves manos y le enseñaba lo excitante que era ser deseado por alguien más.

Un escalofrío recorrió su cuerpo, el mismo que le hizo levantarse y obligarse a no pensar nunquita más.

— Ya pues Jisung pareces mamita, más ladilloso que nadie pues — Empezó a pelear consigo mismo en voz baja (porque si su mami lo escucha, lo jode) para luego rendirse y volver a intentar dormir.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 27, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

MARDITO JOHNNY | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora