Ira

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—¡Soy el comandante de la segunda división de los Piratas de Barbablanca! ¡Portgas D. Ace! Pedazo de escoria—. Me respondió con desafío y fuego en su mirada.

—Ahora comprendo que estás mintiendo—. Roger se llenó de ira blanca hasta el punto de que no podía pensar más. Comenzó a golpear al niño sin importar sus sentimientos.

Utilizando la Jolly Roger de Barbablanca para deshonrar el nombre de un destacado pirata. Afirmando ser un comandante de su tripulación. Y por último lo que supera las anteriores, usando el nombre de aquella que tuvo que dejar atrás. Entendió que casi mataría al niño.

—Monstruo—. Ace susurró en voz baja mientras estaba en posición fetal tratando de protegerse.

Roger se detuvo. El mocoso lo llamó monstruo; el verdadero monstruo era él. Intentaba jugar con su mente usando ese nombre.

—¿Crees que solo porque eres un pirata puedes hacer lo que quieras? Deshonrar cualquier nombre que te plazca. Pues piénsalo de nuevo—. Expresó Roger. Otra fuerte patada en el estómago hizo que Ace vomitara sangre.

La confusión se apoderó de todos en el barco. Aunque sospechaban que el joven podría ser un impostor usando el nombre de Barbablanca, nunca habían visto a su Capitán tan enfadado. Todos, excepto Rayleigh, estaban familiarizados con la labor de Roger en el East Blue y entendían la importancia del nombre para él.

Fue cuando un cuerpo ligero se abalanzó hacia mí, recordé aquella joven que no soltó hasta el último al muchacho, la joven que no pude ver bien, ya que Crocus la llevó de urgencia al su consultorio por el hecho de que decía que estaba en un estado crítico. Ese pensamiento me distrajo por un momento de mi ira.

—Ann...—. El chico no lo dijo muy fuerte, de hecho apenas fue un murmullo, pero eso simplemente hizo que su ira hirviera más que antes, de un golpe y un agarre la aventó bruscamente hasta donde estaba observando su tripulación.

Pude ver algunas muecas de dolor que hicieron su tripulación ante el sonido sordo que hizo el cuerpo de la chica al golpear la cubierta, al cual ignore, al escuchar al muchacho nombrarla.

Ace si fuera niño y Ann si fuera niña. No podía dejar de pensar en la voz de su amada, decir los nombres con dulzura, nombres que estaban siendo manchados por estos impostores.

Aun con las esposas de piedra del mar, había poco que pudiera hacer, pero un fuego innegable ardía en sus ojos que ardieron con más fuerza al ver lo sucedido con la chica.

—Entendido, cálmate un poco, ¿quieres? Primero, quieres salvarlos y ahora lanzaste a la chica que dije que está en estado crítico y moliste a golpes al otro, decídete, hombre—. Dijo Crocus tratando de darle sentido a la situación mientras miraba a Rayleigh.

Pero fue ignorado por su capitán, ya que el mocoso tenía un deseo de muerte ya que no dejaba de provocar al hombre que está a punto de matarlo a golpes.

A todos nos sorprendió que la joven se levantara y detuviera su capitán usando Haki de armamento en una espada, mientras mantenía su mirada a su capitán, una mirada que se les hizo muy familiar a todos.

—¡¿Quién te crees que eres?! ¡Para lastimar a mi hermano! —. Gritó sin titubear, mirándolo a los ojos mientras los fulminaba con ira. —Estás demente si piensas que me quedaré quieta, mientas lo intentas matar a golpes—. Declaró mientras cambiaba la posición para atacar.

—Yo soy Gol D. Roger, capitán de los Piratas de Roger—. Respondió Roger con la misma intensidad, fue cuando la mirada de la chica bacilo, pero aún así no dejó su postura defenciba. —Y la escoria como ustedes no merece vivir y menos navegar por los mares—. Decreto Roger, sin duda en su mirada.

Unidos a través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora