Piezas de mi •KookTae•

2

JUNGKOOK

CUENTA ATRASADA.

Atrasado.

Fondos insuficientes.

Suspiré y miré la pantalla de mi portátil. Entre la culpa y la vergüenza había una abrumadora sensación de ahogo. Incluso cuando empecé mi negocio, nunca tuve problemas de dinero. No de esta manera.

Ahora llegaban facturas que no podía pagar, y los pedidos no se entregaban porque no podía pagar por adelantado, así que intercambiaba dinero entre cuentas, jugando al gato y al ratón con los deudores y los acreedores, tratando de mantener mi cabeza fuera del agua.

Escribí otro correo electrónico rápido pidiendo a mi agente de seguros que por favor buscara las reclamaciones de compensación laboral y de seguros. Sólo habían pasado unas semanas desde que presentamos el papeleo, pero nuestra carga de trabajo se había reducido a casi la mitad, sin embargo, las cuentas nunca habían dejado de llegar.

Nunca le había ocultado nada a Taehyung antes, pero él no podía saber nada de esto. Sólo aumentaría su estrés y sería perjudicial para su recuperación.

Cerré mi portátil y suspiré. Le había prometido a Taehyung algo de comida china para la cena, así que añadí eso a mi creciente deuda de la tarjeta de crédito y cerré la puerta de mi oficina.

Después de que Davo y Sparra se fueron, cerré el taller, puse el candado en la puerta principal y llevé la comida china para llevar por las escaleras. A pesar de la preocupación por el dinero, estaba emocionado por esta noche. Una noche en el sofá frente al televisor probablemente sonaba poco interesante para los demás, pero a mí me pareció perfecta.

Todas las pequeñas cosas que una vez di por sentado eran ahora como bolsillos de oro. Ver la televisión, acurrucarse en el sofá, tomarse de la mano...

Nunca más las daría por sentadas.

Casi todo me lo habían quitado, y ahora que sabía su verdadero valor, nunca volvería a descontar nada.

El salón estaba vacío, así que puse la comida china en el mostrador de la cocina y vi que la puerta del baño estaba abierta.

-Pedí la cena temprano -dije-. Así que no tengo que salir otra vez.

No hubo respuesta.

Caminé al baño y me asomé dentro, medio esperando que estuviera en el lavabo o meando o algo así.

No lo estaba.

Tratando de no entrar en pánico, fui a su dormitorio. Tal vez había ido a acostarse, pero su cama estaba vacía.

Esta vez grité más fuerte.

-¿Tae?

Fue entonces cuando me di cuenta de que la puerta de mi habitación estaba entreabierta. ¿Qué demonios?

Me asomé, casi con miedo de lo que podría encontrar, tenía el corazón en la garganta. Pero allí estaba, dormido en mi cama.

Oh, Tae.

Mi corazón estaba haciendo todo tipo de locuras, tratando de calmarse después de casi tener un ataque de pánico pero llenándose de amor y tristeza. ¿Por qué mi cama? ¿Necesitaba estar cerca de mí?

Me senté silenciosamente a su lado y puse mi mano en su brazo.

-Hola, Tae.

Él se despertó, somnoliento y confundido al principio, hasta que se fijó en mí. -Oh, hola.

-¿Estás bien?

-Sí, ¿por qué? -Se sentó y miró a su alrededor. Claramente le tomó unos largos segundos para recordar-. Oh.