-Director Colton, Buenos Días- una sonrisa socarrona se formó en los labios de la chica que levantó la vista del teléfono, mi sonrisa se ensanchó aún más, Thomas Colton, el "señor director" como lo llamaba burlonamente, se encontraba de pie frente a mi. La mandíbula marcada bajo una espesa barba de al menos semanas recortada a la perfección. Sus ojos color caramelos escondidos detrás del ceño fruncido que incluso me da gracia, la camiseta corta muestra sus brazos formados con los puños dentro de los bolsillos, porque no se confundan señoras y señores, Thomas Colton no es un cincuentón separado que vive de comida recalentada.
-¿Qué haces en el suelo como si fuera una pordiosera?- quitó los puños de sus bolsillos y cruzó los brazos frente a él.
-Esperando por mi turno para retirar el nuevo horario señor director- la última parte sale lento de mis labios, disfrutando burlonamente el sentido que estas tienen para mí.
-No es necesario que esté echada en el suelo como una burra señorita Moore- La fila entera que prestaba atención a nuestra interacción comenzó a reírse, con solo una mirada del director todos se habían callado otra vez. Rodé los ojos y me levanté del suelo quedando frente a frente con el recién nombrado.
-Datos divertidos señor director- guardé el teléfono en el bolsillo trasero del pantalón- los burros son más inteligentes que los perros- un quejido de asombro se escuchó entre la pequeña multitud que los escudriñaba, un concurso de miradas de llevó a cabo entre los dos, luego de unos segundos extremadamente largos dónde la tensión en el corredor se podía cortar con un papel Thomas Colton dio un paso atrás, guardo las manos otra vez en los bolsillos y continuo con su paseo por las instalaciones de la institución como si aquella discusión no hubiese sucedido.
Luego de esperar por media hora más frente a la puerta por fin tuve la oportunidad de entrar al recinto de la secretaria donde luego de unos minutos firmó mi ficha de asistencia y recibí el horario de clases de aquella semana. Su primera clase, anatomía.
Llegué al auditorio justo a tiempo cuando el profesor Raymond Brook, con su característico pelo cano y su maletín de piel de cocodrilo, que según nos había contado, había conseguido en un viaje de vacaciones en el caribe.
A su lado se encontraba la profesora Thornhill, una mujer de al menos 50 años, el modelo de una rubia por excelencia, son caderas pequeñas senos proporcionados y ojos verdes que resaltaban con su traje a juego. Además los acompañaba la tercera profesora, la señora Arnold una inflexible mujer de unos 68 años con anteojos de moldura negro y un carácter que era mejor no provocar.
Tomé asiento en los bancos del frente, por más que dijeran que aquel lugar era para los lame botas de los profesores, era la única manera en la que podía mantenerme lejos del teléfono y asegurarme el poder escuchar. Saqué unas galletas de avena con chips de chocolate. Mientras comía, el asiento a mi lado se hundió un poco y ni siquiera tuve que girar la cabeza para saber quién era.
-¿Galletas?- le acerca unas sacando los apuntes de la mochila. Teo estira la mano tomando las galletas.
-Gracias- escuchó el mordisqueo mientras encendía la netbook.-No te vi buscando tu horario- se metió la segunda galleta en la boca.
-Ya había salido de allí, me encontré con el desagradable de Colton- abrió un nuevo archivo para la clase de hoy.
-Oh eso hubiese sido un buen espectáculo, ya sabía yo que no me tenía que quedar 5 minutos más-
-Sí, me llamó pordiosera y burra, lo llamé perro y lo deje callado, creo que fue un empate- la sonrisa se me ensanchó ante el recuerdo. La clase comienza con la presentación de la los toas, este año, como es el útimo en la carrera pasarán a las clases prácticas.
-Oh mira quien llegó haciendo su entrada triunfal, tu mejor amiga- la voz de Teo susurra a su oído. Marian Fernández, mi pesadilla por decirlo de alguna manera, la chica no pensaba en odiarla, su rivalidad no estaba fundada en el odio a la popular, ni siquiera a la más "bonita" del curso, sino a la más metida, falsa y odiosa, aquella persona que quiere quedar bien con todo el mundo siempre positiva y sonriente, cosa que irritaba mucho mi personalidad como le sucedía a todos los Moore.
-Espero que se caiga mientras baja los escalones- volví la vista al frente prestando atención a la profesora Arnold.
-Este año, tendremos una tabla de calificaciones- señaló la pizarra negra donde se proyectaba lo que se podía ver en su computador una aplicación, aquella que debíamos descargar todos los años para mantener registro de nuestras notas, en la pantalla podemos ver nombres de cada uno de los estudiantes uno bajo el otro- Todas las clases les daremos un caso por resolver, algunos serán casos cortos, que podrán resolver en clases... otros tendrán un día para presentarse en clase, el primero que se presente será el ganador de una medalla dorada que le otorgará puntos extras en el examen de aptitud para el torneo, los casos son individuales y comenzarán a trabajar en ellos el día de hoy y recuerden... las mejores calificaciones serán las que podrán participar del torneo de las cuatro academias y se les otorgarán puntos que se sumen a su calificación final en el mismo - el murmuro de los estudiantes se mezcla con el sonido de la pizarra.
-Creo que este año tengo lo que se necesita para ese torneo- la voz de Marian Gonzales que solo se había sentado a unos cuantos asientos de Anna resuenan por la habitación, con una sonrisa orgullosa le comentaba a su compañero de banco, el cual parecía igual de mortificado, que sería quién ganará aquel torneo.
-Se te van a salir los ojos de tanto rodarlos- murmura Teo antes de que la clase entera sea callada por la profesora Arnold.
-Les entregaremos una ficha y una caja, a estas alturas a deberían saber a armar un esqueleto humano... sigan el procedimiento en la ficha, añana desde las ocho, el primero o la primera que llegue a la oficina y nos diga quien fue el asesino ganará una medalla dorada, solo hay dos por caso, así que ya sabrán con quien trabajan señoras y señores, buena suerte- la profesora comenzó a repartir los trabajos, mientras yo peleaba con Teo por otra galleta.
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Batrock Academia.
Teen FictionCuando Anna Moore comenzó su 5to y último año como estudiante de la carrera de detective en la Academia Batrock, no se imaginó todo aquello que iba a suceder; amor, traiciones, mentiras, asesinatos y engaños serán los aprobados con honores de este a...