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Five ﹙ You're mine ﹚
ANGELINA SABÍA DE PLANO QUE TANTO STU COMO BILLY podrían destruir su mundo en tan pocos segundos, pero simplemente no le daba importancia; estar con aquellos dos chicos era como tocar el cielo. No importaban las advertencias silenciosas en la mirada de sus amigas ni la sensación de peligro latente que se escondía tras las sonrisas de ambos. Ellos la envolvían, la atrapaban en su juego sin que pudiera o quisiera escapar.
Por eso no podía alejarse. Siempre que lo intentaba, había algo que la llamaba de vuelta: una sonrisa ladeada de Stu, el tono grave de Billy susurrándole al oído, la adrenalina de estar con ellos, de ser parte de su mundo. Ellos eran enigmáticos para ella. Tal vez era amor, o tal vez le habían hecho un amarre.
—¿Angie? —Aquella voz la sacó de su trance, arrastrándola de vuelta a la realidad—. ¿Vienes con nosotros?
Stu la miraba con aquellos ojos de súplica a los que no podía negarse. Su sonrisa era un arma, y él lo sabía. A su lado, Billy la observaba con la paciencia de un depredador.
Angelina asintió y bajó con rapidez del auto, sintiendo el peso de la mirada de ambos sobre ella. Con cada paso que daba, su corazón latía más rápido, pero no de miedo, sino de emoción. Sabía que no debía confiar en ellos. Sabía que había algo oscuro en la forma en la que la envolvían, pero aun así, allí estaba.
Los tres entraron a la tienda donde Randy trabajaba. Un timbre sonó al abrir la puerta, y el ambiente cambió de inmediato. Luces blancas, el zumbido de la refrigeración de las bebidas, estanterías llenas de películas en VHS. Randy estaba tranquilo acomodando películas, pero al verlos, su expresión se endureció.
— ¿Enserio harán una fiestecita? Genial —Su tono era sarcástico, pero sus tres amigos rodaron los ojos.
Billy sonrió con tranquilidad, como si no notara la hostilidad de Randy, pero Angelina vio el destello en su mirada. Stu, por su parte, se recargó en el mostrador con una sonrisa burlona.
—Relájate, Randy. Solo venimos por unas películas... y tal vez a hacer un poco de compañía —dijo Stu, guiñándole un ojo a Angelina.
Angelina se encaminó a la sección de películas de terror, sus dedos paseaban por casi todas las películas y, finalmente, encontró la que tanto buscaba. A lo lejos logró escuchar a Randy decir que todos eran culpables o sospechosos, alzando la voz un poco más de lo necesario.
Stu hacía señas de que el chico había fumado marihuana y por eso estaba tan dramático.
Billy, por otro lado, coqueteaba con muchas chicas, cosa que detuvo al ver a Angelina apretar la mandíbula y escuchar la charla de Randy.
Billy se encaminó hacia Randy, asustándolo al darse la vuelta y ser tomado de la camisa por el castaño.
Angelina rodó los ojos y se dispuso a buscar más películas, colocando sus manos en su cadera en forma de jarra para poder concentrarse más en su "duro" trabajo.
