Enlazados

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Frunció el entrecejo cuando sintió como la luz solar le daba directamente en el rostro, bostezó estirándose y abrió los ojos hacia la ventana completamente abierta con las cortinas ondulando por el viento

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Frunció el entrecejo cuando sintió como la luz solar le daba directamente en el rostro, bostezó estirándose y abrió los ojos hacia la ventana completamente abierta con las cortinas ondulando por el viento. Se giro observando el lado contrario de la cama encontrándolo vacío, tocó la almohada sintiéndola fría, sin embargo, Beomgyu la llevó hasta su nariz para aspirar el aroma de su alfa sobre ella: madera y lluvia, sin duda su fragancia favorita desde hace dos años.

Dejando nuevamente la almohada en su lugar, se sentó sobre el borde de la cama y se quejó cuando sintió un pequeño dolor en la espalda baja, no obstante, no pudo evitar la sonrisa al saber la razón de aquello. Se puso las pantuflas y salió de su habitación acomodándose el albornoz de seda sobre su cuerpo, mientras iba bajando por las escaleras su estómago gruñó y pensó en hacerse unos sándwiches de jamón, queso y tocino, acompañándolos con una taza de café con leche, tal vez también añadiría como postre un poco de helado de menta con chispas de chocolate, con ese último pensamiento bajó el último escalón para dirigirse a la cocina.

Lo primero que vio cuando llegó fue el mediano sobre de color blanco con letras plateadas, lo tomó con curiosidad para después abrirlo, un chillido de entusiasmo salió de sus labios y dio pequeños saltitos sobre las puntas de sus pies al leer el contenido, su emoción se vio interrumpida cuando una melodía de piano resonó a través de la casa, la reconoció de inmediato sabiendo quién podría estarla interpretando.

Olvidando su hambre caminó esta vez hacia la pequeña estancia que usaban como biblioteca y, por supuesto, donde se encontraba aquel instrumento siendo tocado. Se paró en el umbral de la puerta, encontrándose a Yeonjun sentando sobre el banquillo frente al piano, se maravillo por la forma en la que sus brazos y espalda se movían conforme la música avanzaba, un pequeño suspiro enamorado salió de sus labios y se acercó hasta el alfa sentándose a su lado, justo a su derecha.

—Stammi Vicino —pronunció cuando los dedos contrarios dejaron de tocar las teclas —, una hermosa canción, es mi favorita.

—También la mía —concordó el pelinaranja.
Beomgyu le vio con los ojos entre cerrados.
—Mentiroso, dijiste que era aburrida cuando te la enseñé —acusó. —¿Desde cuándo es tu favorita?

—Bueno —Yeonjun río, tomando la mano izquierda del más bajo y acariciando los nudillos —, lo es desde que la bailamos en nuestro primer vals como esposos —confesó, besando la argolla de matrimonio en el dedo anular de Beomgyu.

El castaño se sonrojó y le dio un beso en la mejilla.

—Junnie, eres muy lindo.

Yeonjun tomó con cuidado a su pareja de la cintura y lo colocó sobre su regazo, hundiendo la nariz en la glándula de su cuello, donde el aroma a rosas de su omega se encontraba más concentrado.

—Y tú eres precioso, Beommie —volvió a aspirar, esta vez detectando un nuevo sutil aroma combinando con el propio de su pareja. —Empiezas a oler diferente.

Like a sugar baby  - yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora