Closer | GoYuu

Closer

Advertencias: omegaverse | cambio de edades: Yuuji 24, Satoru 32 | +18

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why you showed up in my life like this so sudden?

Esa noche, mientras observaba atentamente los cuatro vasos de ramen vacíos en el bote de basura, Yuuji se preguntó cómo su vida había terminado de esa manera.

Detestaba su trabajo, no tenía pareja ni amigos, sus vecinos eran horribles y el tiempo para sí mismo se reducía a largas horas perdidas en redes sociales, admirando con penoso anhelo la vida del resto de personas con las que alguna vez convivió y a quienes les iba, aparentemente, mejor que a él.

Mordió su labio con fuerza, seguro de que podría ponerse a llorar en cualquier momento. También se separó del bote de basura porque sus vecinos ya le juzgaban de rarito sin tener que verlo teniendo una crisis existencial al lado del contenedor en el estacionamiento del edifico.

No era tan malo, se obligó a pensar. Es decir, tenía un trabajo y un departamento.

¿Y qué si no tenía amigos? Aún tenía a Choso, su hermano, quien le llamaba cada semana para asegurarse de que seguía con vida.

¿Y pareja? Yuuji era un omega independiente, eso debería tener mucho más mérito que una relación donde normalmente no se le trataría mejor que a un bonito adorno.

En cuanto a sus vecinos, bueno, Itadori no necesitaba en su vida personas horribles que ni siquiera respondían sus saludos por la mañana y siempre le miraban feo porque era un omega varón de 24 años sin marcar.

Dejó salir un suspiro resignado, incluso sus intentos para animarse fracasaban, yéndose a ocupar un puesto junto a los vasos vacíos de ramen en la basura.

Retomó su camino al ascensor del edificio arrastrando los pies, en pasos cortos que se convirtieron en minutos enteros antes de poder marcar su piso.

El ascensor subió los primeros dos pisos antes de detenerse. Era extraño que alguien aparte de él estuviese a esas horas fuera y era aún más extraño que ese alguien fuese un hombre casi de su edad, que Yuuji no había visto antes en el edificio, pero que era sin duda el ser humano más perfecto con el que se había topado nunca.

Él le dedico una mirada extensa antes de subirse, que Yuuji pudo sentir a pesar de los anteojos oscuros, y prosiguió a parecer totalmente desinteresado.

Por su parte, le costó un poco no ser demasiado obvio.

El hombre era increíblemente alto, con rasgos definidos y atractivos, de espalda ancha y brazos fuertes; su piel era tan blanca que su ropa totalmente negra resaltaba con elegancia. Incluso su cabello era blanco y se movía rebelde con cada movimiento del mayor.

Yuuji suspiró al verlo, nervioso.

Su presencia se sentía por todo el elevador y su olor suave a mar (y algo más cítrico) picaba bajo su nariz con insistencia, haciéndolo sentir incómodo.

Siguió paseando su mirada por el hombre sin poder evitarlo, parando en sus hombros, espalda y brazos; fuertes, anchos, presionando la tela de la camisa. Pero no fue hasta que llegó a su manos que Yuuji tuvo que mirar hacia otro lado totalmente sonrojado.

Joder. Tal vez en realidad llevaba demasiado tiempo sin pareja y por eso parecía no tener el mínimo control sobre sí mismo. Su vista seguía desviándose al perfecto perfil de mandíbula definida.

Mordió su labio con fuerza, restregando las palmas de sus manos contra los feos pantalones de trabajo y apretó sus muslos uno con el otro, incómodo, porque podía sentir como comenzaba a mojarse.