Capitulo 1.8 Theo

857 70 4
                                    

Menos mal que al día siguiente era sábado. No había colegio, lo que significaba que Theo podía quedarse en la cama sin tener que preocuparse por los sentimientos y esas cosas. Eso, si no hubiera oído el ruido de la batidora desde la cocina. Se quejó, porque ¿quién se levanta demasiado temprano un sábado? El Dr. Geyer dormía en su habitación, así que no era él, y el hombre siempre se aseguraba de no hacer demasiado ruido antes de irse.

Theo tiró las mantas y se levantó perezosamente, sentándose en el borde de la cama mientras acostumbraba los ojos a la luz que entraba por la ventana. Tomo una camisa y se la puso, quedándose con los pantalones negros antes de salir de su habitación y bajar las escaleras.

Cuando entró en la cocina vio a Jenna ya duchada y vestida y de pie frente a la encimera, sirviendo una mezcla amarillenta sobre un vaso. Ella levantó la vista y le sonrió,

-Perdona, cariño. ¿Te he despertado?-

-No, no. Ya estaba despierto-, dijo él mientras bostezaba y se sentaba en uno de los taburetes.

Jenna sacudió la cabeza con una risita suave y le pasó una mano por el pelo alborotado. Sí, sabe cómo le queda el pelo después de despertarse. Theo miró el batido amarillento que había sobre el mostrador y Jenna siguió su mirada; volvió a acariciarle el pelo,

-Es un batido para Liam. Hacía tiempo que no le preparaba uno, así que pensé que lo apreciaría-.

-Más le vale-. bromeó Theo. Jenna se rió.

Sonó la tostadora y aparecieron dos barras de pan tostado; Theo tomo una y se dirigió hacia la nevera para sacar la mantequilla. Mientras untaba la tostada con mantequilla, la mujer de ojos azules rodeó la encimera y tomo su bolso de la mesa del comedor.

-Escucha, tengo que ir a hacer unos recados. No tardaré mucho. Asegúrate de que Liam no se escape de su encierro, y eso incluye llevártelo contigo-.

Theo intentó no sonrojarse.

-Claro-.

Jenna sonrió y le besó la parte superior de la cabeza antes de marchar hacia donde estaban las llaves de su auto y tomarlas; se dirigió hacia la puerta y, tras saludar a Theo con la mano, salió de la casa.

Theo oyó el ruido del motor y el coche alejándose mientras daba un mordisco a la tostada. Terminó la primera tostada y, cuando iba a por la segunda, oyó pasos en lo alto de la escalera y la voz de Liam,

-¿Mamá?-

-Tuvo que irse temprano. Pero dejó un batido para ti en la cocina-.

Liam no respondió, pero Theo pudo oírlo bajar las escaleras. Siguió usando el cuchillo para untar la tostada con mantequilla hasta que sintió la presencia del beta entrando en la cocina.

Theo no está seguro de lo que le hizo dirigir su atención hacia el beta (quizá fue simplemente el hecho de que no podía apartar los ojos de él) pero definitivamente no esperaba encontrar a Liam entrando en la cocina envuelto en una larga y suave sábana de color verde azulado y, por lo que parecía, completamente desnudo debajo de la sábana.

Theo dejó caer el cuchillo de la mantequilla mientras miraba fijamente al beta. Liam sostenía las sábanas con la mano izquierda cerca del pecho, con el cuerpo completamente cubierto por la suave tela de color verde azulado que hacía que sus ojos resaltaran más de lo que ya lo hacían. Tenía el pelo revuelto y parecía esponjado.

A Liam no parecían molestarle los ojos de la quimera sobre él y sus latidos estaban completamente bajo control. Pero los de Theo no. Su corazón quería salirse de su pecho y aterrizar justo a los pies del beta.

Antología - Thiam [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora