VIII. Eso y más.

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¿Qué estoy haciendo?, debí volverme loca, si, eso creo, estoy loca. ¿Por qué estoy aquí?
Miro hacia el edificio a lado mío, mis manos sudaban un poco por lo nerviosa que estaba, en todo caso, tiene sentido, inconscientemente había llegado aquí. Conducía sin un lugar en específico y mi mente, jugándome una mala broma, recordó el camino hacia aquí, el edificio de Chaeyoung.

— Esto es una mala idea – comencé hablar conmigo misma. Si, definitivamente estoy volviéndome loca – solo me iré y haré como si esto no hubiera ocurrido.

Estaba por encender el auto muy decidida, hasta que unos golpes en la ventana llamaron mi atención, consternada giro mi cabeza encontrándome con esos ojos grandes y llamativos. Demonios.

— Mina, que sorpresa – dijo al momento que baje mi ventanilla, sabía que estaba fascinada por la situación, tenía una sonrisa burlona en su rostro. Por mi parte, quería estampar mi cabeza en el volante con todas mis fuerzas por lo muy tonta que seguro me veía.

— Hola, Chaeng – de nuevo aquel apodo escapando de mi boca – que causalidad – soltó una pequeña risa ante mi descaro. Me atrapó.

— ¿Casualidad? — inclinó su cabeza un poco hacia la derecha como un perrito, Dios, ¿por qué es tan adorable? — se sincera, ¿tan pronto me extrañaste?

— ¡No! – me apresuré a decir –, dijimos que nos veríamos luego, ¿recuerdas?

— Si, "te veré luego", no sabía que era un "te veo mañana" – de verdad debo verme tan estupida ahora, puedo sentir mis mejillas tan calientes de la vergüenza.

— Es que, olvidé pedir tu número – invente un excusa – y pensé "como nos veremos después, si no tengo su número para ponernos de acuerdo" – mi voz salía un poco temblorosa, si había algo en lo que era mala, es en mentir. Pero si lo veía desde otro ángulo, había un poco de verdad.

— Se lo hubieras pedido a Nayeon – esa  sonrisa burlona no dejaba su lindo rostro – digo, para ahorrarte la molestia de venir hasta acá, apuesto a que tienes mejores cosas que hacer.

No tenía nada planeado para hoy, pero, como si fuera lo contrario, cuando las chicas me invitaron a sus planes, me negué inconscientemente como si tuviera un día muy ocupado y cuando menos lo esperé estaba en mi auto enfrente del edifico de Chaeyoung. Si, definitivamente debería internarme por lo demente que estoy actuando.

— En todo caso, sería una pena que solo vinieras a eso – continuó hablando al notar mi silencio – ¿te gustaría pasar?, estaba por cocinar un poco – mostró con entusiasmo las bolsas en sus manos, al parecer llevaba algunos ingredientes.

— Me encantaría – respondí tratando de hacer a un lado el nerviosismo que recorría cada parte de mi cuerpo.

Asintió apartándose de la puerta esperando a que bajara del auto, cosa que hice al momento de asegurarme y tenía todo preparado. En silencio le seguí hasta el edificio, ninguna decía algo, pero eso no hacía incómoda la situación, por mi parte estaba consumida en mis pensamientos cuestionándome el cómo había llegado a esto, ¿por qué estaba actuando tan inconsciente?, nunca había actuado de esta forma antes.

— Tengo que advertirte – comenzó hablar Chaeyoung cortando el silencio – tengo un completo desorden.

— Prometo no juzgarte – respondí ante su mirada penetrante, la música del elevador era el único acompañamiento en nuestro pequeño viaje – lamento llegar de sorpresa.

— Por favor, Mina – el ascensor se detuvo demostrando que habíamos llegado – sigue llegando de sorpresa.

Sin esperar ni respuesta salió del pequeño lugar, un tanto impactada por sus palabras me quedo estática en mi lugar hasta que las puertas del ascensor se comenzaron a cerrar. Con torpeza, salgo rápidamente tratando de reincorporarme y seguirle.

𝕴𝖓𝖙𝖊𝖗𝖈𝖆𝖒𝖇𝖎𝖔 [𝕸𝖎𝕮𝖍𝖆𝖊𝖓𝖌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora