X. Solo dilo.

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Maquillaje, la salvación en muchos aspectos un tanto dramáticos, como el mío, solo consideré poner suficiente en donde comenzaba hincharse por el golpe, y usar un cubrebocas con la patética excusa de estar enferma. Aunque pensándolo bien en este momento, ¿quién diablos utilizaría cubrebocas en su propia casa y viviendo sola?

Logré llegar antes que Mina a mi departamento, tal solo por unos segundos de diferencia, tenía que decirlo, hice que Nayeon manejara como loca en su auto para traerme mientras yo, con lujo de detalles le explicaba en qué momento mi relación con la pelinegra había llegado a ser más cercana. La verdad, ni yo lo sé, simplemente sucedió de un momento a otro.

— Hey – digo al abrir la puerta mientras trataba de ocultar los jadeos de mi respiración al subir corriendo las escaleras.

— ¿Estas bien?, ¿llegué en un mal momento? – preguntó al notar mi cubrebocas, niego ante su preocupación.

— Solo estoy un poco enferma de la garganta - finjo dolor en ella - espero y no te moleste que lo utilice, no quisiera enfermarte – me hago a un lado permitiéndole el pasar, comprendiendo asintió.

— Debería de disculparme, no sabía que estabas enferma y aquí estoy, molestándote con mis cosas – cierro la puerta para seguir su camino, mi sala.

— Nunca me serás una molestia, Mina – tomamos asiento sumergidas en la conversación. Era verdad, no me resultaba molesto el tener que correr de la universidad a mi departamento, cambiarme a un tiempo récord y mentir una enfermedad solo para verle – ¿tu estás bien? –, pregunté al notar su silencio.

— Nayeon y Jeong .. – tragué en seco al saber por dónde iría el tema de conversación – ¿tú sabes algo de eso?

— No – una respuesta tan mundana que dejaba mucho que desear, lo sabía, pero no me podía permitir el contar todo, no era mi asunto –, ¿qué hay con ellos?

— Hay un rumor, una chica dice que vio a Jeong tratando de forzar a Nayeon de besarle – ¿qué?, fue lo único en mi mente, ¿qué había visto que?

— ¿Forzándola?

— Había rastro de lágrimas en Nayeon, estaban juntos en un salón y muy cerca uno del otro, apenas ella entró, menciona y ambos salieron prácticamente corriendo – todo apuntaba a un gran y horrible malentendido.

— ¿Le preguntaste a Nayeon?

— Si, ella dice que no pasó nada – me miró seriamente –, incluso lo defendió frente a todos de Jeongyeon cuando le enfrentó.

— ¿Y le creíste? – aquella era la gran incógnita, lo que ella creía.

Se mantuvo en silencio debatiéndose internamente que lo próximo a decir, su mirada iba de la pared a mi, de mi a la pared, y así consecutivamente de manera lenta. Puse mi dedo en su delicada nariz llamando su atención.

— Pop – dije al presionarla causando que me mirara –, no pienses demasiado, te vas a saturar – le comento divertida mientras me ponía de pie –, ¿quieres un consejo?

Vi como su mano iba hacia aquella dirección que toque con anterioridad, y con ello, un posterior tacto en ese lugar. Sonrío viéndome.

— Por favor.

— Solo habla con Nayeon, espera a escuchar su versión o lo que tenga que decirte –, acomodé el cubrebocas que, me comenzaba a resultar un tanto incómodo – no guíes tu juicio por simple rumores, Minari.

— Tienes razón – soltó un pequeño suspiro - quizás solo estoy exagerando, pero créeme, tu hermano realmente es..... es algo.

— ¿Qué fue lo que te hizo, Mina? – pregunté de repente logrando que se mantuviera intacta en su lugar, quizás le había incomodado, me estaba adentrando en algo que no debía – perdón, quizás no debí preguntar.

𝕴𝖓𝖙𝖊𝖗𝖈𝖆𝖒𝖇𝖎𝖔 [𝕸𝖎𝕮𝖍𝖆𝖊𝖓𝖌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora