❝ TaeHyung ama a los niños pequeños, son su felicidad más grande. Pero no ha tenido la oportunidad para tener sus propios hijos. Para reemplazar ese espacio vacío en él, decide abrir una guardería junto con su mejor amigo JiMin.
Ahí es donde conoce...
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TaeHyung observaba desde fuera de la pista de patinaje a JungKook intentando enseñarle al pequeño Woonnie patinar sobre hielo. El pequeño no sabía cómo avanzar y movía mal sus piececitos, haciéndolo caer, o en su defecto no avanzar para nada. JungKook lo tenía agarrado de sus manitas que se veían más grandecitas por los guantes que JungKook le había puesto antes de salir de casa. Los movimientos del pequeño eran algo limitados debido a las capas de ropa de JungKook puso en él para evitar que se enfermase.
Woonnie avanzó un poco, sonrió y miró a su papá.
— Papi, ¿viste?
— Sí, cariño. Ahora hazlo de nuevo. Papá está aquí contigo, no te soltaré.
Woonnie intentó avanzar un poco más, sacaba su lengüita y agarraba con fuerza las manos de su papá. Deslizó un piececito a un lado, después el otro... ¡Avanzó de nuevo!
TaeHyung aplaudió desde donde estaba.
— ¡Muy bien, cielo! — gritó.
Woonnie se animó y volvió a intentarlo. Ya avanzaba mejor, JungKook lo soltaba poco a poco hasta que el menor pudo hacerlo bien sin necesitar tenerlo pegado a su lado.
— ¡Lo hice, papi! — murmuró y levantó su vista a JungKook — ¡Lo hice, papi! — alzó su vocecita volteando a donde TaeHyung, quien alzó sus pulgares con una gran sonrisa.
— Y estamos orgullosos y felices de esto, solecito — besó su mejilla.
JungKook estiró su mano y acompañó a Woonnie un buen rato patinando en el hielo, Hye dio entrada a la pista yendo con ellos.
— Ve con TaeHyung, amor. Yo estaré con Woonnie, ¿verdad que sí, mi vida? — Woonnie asintió.
— Está bien, mamá. Tengan su tiempo a solas ustedes — con cuidado se puso a la altura de su hijo — Cuida a tu abu — despeinó su cabellito.
— Cuida a papi Tae — JungKook asintió antes de irse y llegar a la orilla en donde TaeHyung lo esperaba del otro lado, aún con sus zapatos puestos.
JungKook salió de la pista de patinaje, sentándose en una banca a un lado de TaeHyung, que también ya estaba sentado.
— ¿Por qué no has cambiado tus zapatos por los patines, amor? — frotó sus manos entre ellas para darse calor. El frío aumentaba mientras más tarde se hacía.
TaeHyung mordió su labio inferior y volvió su vista al pequeño EunWoo que patinaba a un lado de su abuela.
— Es mejor que pasen tiempo ustedes tres juntos, yo los puedo ver desde aquí — miró de reojo a JungKook quien entrecerró sus ojos. No le creía.
— Ya dime la verdad — rio.
— ¿No te ríes? — juntó sus rodillas.
— No, tú no te reíste cuando te conté lo de Woonnie y el labial — se encogió de hombros.
