❝ TaeHyung ama a los niños pequeños, son su felicidad más grande. Pero no ha tenido la oportunidad para tener sus propios hijos. Para reemplazar ese espacio vacío en él, decide abrir una guardería junto con su mejor amigo JiMin.
Ahí es donde conoce...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TaeHyung fue quien durmió a Woonnie esa noche. Lo llevó en brazos hasta una de las habitaciones de invitados, donde lo arropó y le leyó un cuento para hacerlo dormir con mayor facilidad. Cuando talló sus ojitos con ambas manos y dio un ligero bostezo, TaeHyung supo que el sueño lo haría caer en cualquier instante.
Cerró el libro y lo dejó a un lado. Se puso de pie, peinó su lindo y suave cabello castaño hacia atrás para dejar un beso en su frente. EunWoo se removió y abrió sus ojos con pereza.
— Papi, ya va a ser navidad — anuncio feliz.
— Así es, bebé. ¿Estás feliz por eso?
— Mucho.
— Me alegra, cielo. Ya es hora de dormir, cierra esos bellos ojitos y duerme, bebito — volvió a besar su frente — Te amo.
— Yo a ti, papi — se arropó mejor y TaeHyung salió de la habitación con una gran sonrisa.
Llevaba tiempo que Woonnie le llama de tal forma, y él tenía más tiempo esperando que llegara ese momento. Seguía emocionándole como la primera vez, nunca se cansaría de escuchar de ese pequeño ser la forma en que le decía. Y no porque se le hubiera pedido u obligado, sino porque así lo quiso el menor, porque lo aceptaba como alguien nuevo en su vida que es importante.
Bajó las escaleras, parecía que JungKook recalentaba el chocolate porque el olor inundaba toda la casa. Llegó a la cocina, ahí estaba JungKook removiendo algo dentro de una cacerola. TaeHyung puso su mejilla pegada a la espalda de JungKook, haciendo que el castaño se girara y lo rodeara con sus brazos.
— ¿Cómo te fue con Woonnie?
— Bien. Está emocionado porque ya casi es navidad y dice que le gusta mucho.
— Creo que hice un buen trabajo en inculcárselo.
Se separaron del abrazo. JungKook volvió a la estufa, apagándola, pues el chocolate ya estaba caliente a la temperatura perfecta.
JungKook servía en las tazas la bebida caliente, TaeHyung recordó haber olvidado algo especial. Volvió a la sala, y sí, no estaba algo. Fue dentro de la caja de ornamentos, recogió la estrella y fue con JungKook. Se acercó a él y se la dio.
— Olvidé poner la estrella. ¿La puedes poner por mí?
JungKook lo miró con curiosidad. No sabía si había sido simplemente casualidad o TaeHyung lo hizo a propósito.
Se acercó más a él con una gran sonrisa y sus ojos entrecerrados.
— No sé cuál de las dos cosas que estoy pensando sea la correcta, pero si mis instintos no me fallan... Hablaste con mi mamá sobre esto — le enseñó la estrella.
TaeHyung simplemente se encogió de hombros como respuesta final.
JungKook no se equivocaba con su idea, era cierto. El fin de semana TaeHyung habló con su madre, contándose cosas y experiencias de navidades pasadas, contaba tanto de ella como las de JungKook cuando era pequeño, TaeHyung igual compartía las suyas. En una de las experiencias, Hye le contó sobre la gran afición que el castaño tenía por siempre poner la estrella del árbol de navidad, cada año él debía hacerlo y así era. Hasta la fecha, cuando ayudaba a su mamá a poner el árbol, siempre le da la estrella para que la ponga en la punta, como si volviera a ser niño de nuevo.
