Tras extenuantes horas, llenas de una palpable desesperación, impresión, confusión e insomnio, todo junto y revuelto, finalmente, el momento había sucedido: la pequeña había venido al mundo, con un llanto muy notorio y agudo, signo de su buena salud; su madre, la joven peli-rosa más valiente de la aldea, acababa de cumplir uno de los sueños más grande de la pareja Uzumaki-Haruno: completar su familia teniendo a un pequeño retoño, el cual, en este caso, se trataba de una pequeñaja muy despierta, que, con los ojos muy abiertos, lo observaba todo, como si acaso pudiese llegar a entender algo de lo que pasaba a su alrededor, y el porqué aquellas personas que la abrazaban y le decían muchas cosas se encontraban llorando de la emoción. Porque lo llevaban deseando desde hacía demasiado tiempo, y, por fin, el milagro había sucedido: aquella noche fría nació la curiosa Kushina Uzumaki Haruno, nombrada así en honor a su fuerte abuela, porque ellos estaban seguros de que se haría una chica enérgica, con una s grandes capacidades y una extrovertida personalidad, al igual que todas las mujeres del clan Uzumaki.
No podían ser más felices, nada podía hacer que aquel momento, simplemente mágico, se extinguiese así como así, a fin de cuentas, su niñita estaba ahí, tomando del pecho de su madre, con los ojos entrecerrados y una calma contagiosa en su diminuta expresión, quedándose dormida en el protector abrazo de su progenitora; todo iba bien, hasta que aquella puerta fue abierta por quien menos deseaban volver a ver. En dicho momento, Kushina dormitaba, moviendo su boquita como si siguiese bebiendo la leche materna que Haruno le proporcionaba, con sus ojitos cerrados por completo, resaltando esas brillantes y llamativas pestañas rosas que poseía, heredadas de su madre; él entró como si nada, recibiendo unas intensas miradas llenas de repulsión.
-¿Qué mierda haces aquí?- Le espetó el rubio, colocándose delante de las mujeres de su vida, protegiéndola de forma instintiva-
-¿no puedo venir a visitar a unos viejos amigos?- Cuestionó el azabache, recibiendo más odio por parte del matrimonio-
-piérdete y vuélvete por donde has venido, aquí no pintas nada- le recriminó Sakura, mirándolo con seriedad, atrayendo con un ademán muy protector a su recién nacida; el gesto realizado por la de ojos verdes atrajo la atención del de mirada rojiza, que enseguida se quedó mirando al bebé que la joven tenía entre sus brazos-
-que pequeña es, seguramente terminará por ser muy frágil...- murmuró para sí, siendo escuchado por el padre, el cual apartó de un empujón el cometido del intruso de acercárseles-
-ya has oído a mi mujer, fuera, no permitiré que te les acerques, lo único que sabes es hacer daño a los demás, a mi niña no le pones ni un dedo encima- le dijo con furia-.
-No te atrevas a volver a acercarte, te lo advierto- gruñó la de cabello fantasía- ¡y vete ya!- Le gritó, frustrada por la situación por la que estaban pasando, sintiéndose ambos muy incómodos y fatigados de solo tener que soportarlo- ¡¡¡¡no pienso permitir tener que seguir angustiándome ni un minuto más, FUERA!!!!- Chilló, provocando que la bebé se removiera inquieta, pero, por suerte, sin llegar a despertarse, parecía ser que tenía un sueño profundo-.
El Uchiha les echó un último vistazo antes de salir por la puerta, sabiendo ya de antemano que ese era el trato que se esperaba por ambas partes, y que, no lo negaría, se lo merecía totalmente.
Cuando las aguas se calmasen volvería, a fin de cuentas, allí, en Konoha, tenía asuntos pendientes.
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Una Nueva Era (1era Temporada)
FanficFinalmente, tras lograr resolver los problemas que les impedían avanzar, Naruto y Sakura han logrado salir adelante, teniendo ahora una hija a la que quieren con todo el corazón, y a la que jamás dejan sola; rodeándose siempre de buenas personas, d...