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𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿
La mañana era fría, muy fría, y Kuro se encontraba divagando por la ciudad, había salido temprano ya que no quería hablar con Shinso, el pelinegro tenía un manojo de sentimientos que no entendía, 2 destinados y Shinso, ¿Que haría? sin duda sentía que el mundo venia abajo
Nunca fue una persona de parejas, mucho menos se interesaba en destinados. Caminaba sin prestar mucha atención en el camino, al doblar en una esquina chocó accidentalmente con un joven al que no pudo ver bien ya que ambos cayeron
***-L-lo s-siento, ¿estas b-bien?-dijo nervioso y avergonzado-
Su dulce voz fue musica para los oidos del beta pelinegro, quién quedó embobado por aquel joven
𝗞𝘂𝗿𝗼-Si, ¿tú estás bien?-dijo ayudandolo a levantarse-
Necesitaba saber más de el, algo dentro de el lo impulsaba a preguntarle
𝗞𝘂𝗿𝗼-¿Como te llamas?-pregunto tratando de sonar lo más desinteresado posible-
***-M-me llamo T-tamaki Amajiki-dijo apretando su abrigo- ¿y tu...c-como te llamas?
Definitivamente Kuro había quedado encantado por el joven Amajiki, había sentido algo que nunca había sentido
𝗞𝘂𝗿𝗼-mmm, me llamo Kuro, mi apellido quizás lo descubras algún día-dijo dandole una ligera sonrisa-
Luego de decir eso, Kuro siguió su camino, dejando al Omega detrás un poco confundido
Tamaki había quedado hecho un manojo de nervios, ¿Por qué se sentía así?, su omega interior le rogaba correr hacia el pelinegro de ojos rubíes
Sin duda algo había nacido, un sentimiento, y para bien o para mal, ambos sintieron lo mismo
[...]
El beta pelinegro se encontraba caminando cerca de la U.A, la idea de esperar a Shinso pasó por su cabeza y algo lo hizo quedarse
Se acercaba la hora de salida de los estudiantes, con cautela se colocó su capucha y unos lentes negros. Esperó pacientemente a que salga Shinso, pero algo llamo su atención, mejor dicho, alguien.
𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮 𝗞𝘂𝗿𝗼
Estaba esperando a Shinso y la gente comenzó a salir, pero una cabellera me llamó la atención, era verde y parecia muy esponjosa.
El dueño de esa cabellera tenía una gran similitud a un conejo, casi hasta me generaba ternura. Pareciera que sintió mirada que hasta me miró, y ahí se quedó, parado observandome
