¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— BETH, mi madre dice que debes estar abajo en cinco.— Habló Jane, la hija de la Hada madrina.
Beth estaba en su cuarto arreglándose para la llegada de los chicos nuevos junto a Jane, quien la ayudaba a elegir su ropa, al menos hasta que el celular de Jane empezó a sonar, era su día madre ya que sabía que Beth era su única amiga y que estaría con ella.
— Lo sé.— Respondió la mencionada. — ¿Me veo bien? — Preguntó dándose vuelta.
Beth vestía un vestido rosa pastel que le llegaba hasta las rodillas, con un chale Ayón blanco y unos tacones bajos, con su pelo suelto.
— Literalmente podrías ponerte una bolsa de basura encima y seguirías viéndote bien.— Respondió Jane.
— Gracias.— Dijo Beth con una sonrisa. Se dirigía hacia la puerta de su habitación, pero las palabras de Jane la detuvieron.
— ¿En serio crees que mezclar a los chicos de la isla con nosotros es una buena idea?— Preguntó Jane.
— Si.— Respondió Beth con simpleza. — Ben lo cree y yo apoyó a mi hermano.
— ¿No te da un poco de miedo lo que puedan llegar a hacer? — Volvió a preguntar Jane, se veía preocupada.
— ¿De qué hablas? — Preguntó Beth confusa.
— Son los hijos de los villanos más temidos, Beth. Nosotros heredamos la bondad de nuestros padres, ellos la maldad.— Respondió Jane temida de sus propias palabras.
— Vienen acá a cambiar eso, Jane. Tenemos que ayudarlos.— Explicó Beth motivada.
— ¿Tú los ayudarás?— Preguntó Jane.
— Si es necesario, si, lo haré.— Respondió Beth con seguridad. — Ahora debo bajar o tú madre empezará a entrar en pánico.
— Buena suerte.— Se despidió la castaña de su amiga.
— Gracias.— Dijo Beth antes de salir.
❥ ❀ ♛
La banda de la secundaria tocaba con mucha emoción una melodía para recibir a los chicos de isla que venían en la limusina. El hada madrina, Ben, Beth y Audrey estaban en la entrada de la preparatoria esperando formalmente su llegada.
La música sonaba mientras el auto se estacionaba frente a los demás. Todo se detuvo en el momento en que la puerta se abrió y dos chicos con ropa peculiar salían del transporte. Parecían pelearse por ¿un pedazo de tela?
— Chicos, chicos. Tenemos público.— Habló una de las chicas que bajo de la limusina, tenía el cabello morado.
— Solo limpiabamos.— Se excusó un chica con pelo largo y bien formado mientras ayudaba al otro chico a levantarse.
