Pete sintió un salto en sus pasos mientras caminaba hacia el sótano con ambas manos metidas en los bolsillos. Una sonrisa asomó a sus labios ya que había sido una espera larga y difícil. Al pasar la mayor parte de su tiempo cuidando a Vegas en el hospital, no tuvo oportunidad de torturar a cierta persona. Pero esta noche fue la noche en que finalmente podrá matar a Ken. Lo planeó durante días y finalmente lo tenía todo preparado.
La puerta del sótano se abrió con un chirrido y escuchó un gemido bajo, sus labios se torcieron en una sonrisa.
"¿Sigues vivo después de dos semanas?" Pete arqueó una ceja; la lámpara más cercana iluminaba bien a Ken.
La cabeza de Ken colgaba derrotada y sus muñecas estaban sujetas con grilletes sujetos al techo mediante largas cadenas. La posición parecía como si estuviera a punto de ser crucificado. La vista divirtió a Pete y no podía creer que él fuera la persona a la que se le ocurrió una idea tan tortuosa.
"Esta perra todavía está viva", murmuró Ken con voz ronca.
"Sí, lo esta". Pete sonrió dolorosamente, tratando de ser fuerte y no dejar que los pensamientos de Vegas acostado en la cama como un vegetal lo distrajeran de hacer esto. Se acercó a Ken y examinó sus muñecas, complacido por las quemaduras que vio allí.
"Que te jodan." Llegó una voz débil de Ken y Pete casi se echó a reír.
"¿Difícilmente es algo que quieras decirle a tu torturador, idiota?". Pete se rió entre dientes, cogió una bolsa que estaba a un lado y abrió la cremallera para buscar dentro.
Sacó una taza y la sostuvo entre el hombre y él para que Ken pudiera observar atentamente. Sus ojos se preguntaron para qué estaba a punto de usar Pete una taza. Pete se acercó a la mesa y apagó la tetera con el contenido ya hervido al máximo.
Al regresar, agarró la cara de Ken con una mano y apretó sus mejillas con fuerza, se inclinó para que sus frentes casi se tocaran, sus ojos ardían con un fuego intenso.
"Voy a hacerte daño, hijo de puta." Gruñó haciendo que Ken se estremeciera, "y voy a disfrutar cada puto segundo".
Empezó lento, esto no era para nada serio, era sólo un comienzo.
"Como no has comido nada en días, pensé que debería darte una pequeña comida. Considéralo un regalo, ¿eh?" Vertió el contenido caliente en la taza y obligó a Ken a abrir la mandíbula."Maldita perra..." Las palabras de Ken fueron sofocadas cuando el contenido súper caliente se derramó por su garganta, resistiéndose dolorosamente pero se vio obligado a tragarlo.
Los ojos de Pete estaban fríos. No era el habitual regocijo de él, era una persona completamente diferente y despiadada. Una mirada a él y lo confundirías con un psicópata a largo plazo. Todo lo que tenía en su corazón ahora era hacer sufrir a los perpetradores de la condición actual de su hombre, deseando estar muertos.
Al verter el contenido en su garganta, Ken dejó escapar un gemido de intenso dolor, quemando cada rincón de su cuerpo. Lo que le estaba pasando era la muerte y no podía soportarlo.
"Detente.."
"¿Detente?" Pete se rió disimuladamente, "¿Por qué no despiertas a mi hombre de la cama para que pueda recuperar mi felicidad?" El gruñido fue fuerte y se obligó a beber una segunda taza del líquido caliente.
Observó cómo los ojos de Ken pasaban del odio al dolor, al terror sin restricciones. "Te dije que iba a hacerte daño. Ni siquiera he empezado todavía.
Dejando la taza sobre el suelo, sacó un malvado cuchillo, sosteniéndolo hacia la luz y dejando que su reflejo brillara en el rostro de Ken. "Podría destriparte aquí mismo, ¿sabes?", dijo Pete en voz baja, como si fuera un secreto entre amigos, "pero no lo haré, todavía no".
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Dark Desires
Fanfiction"Juguemos" anuncio Vegas, su voz mezclada con sadismo y diversion. "¿Cual es el truco?" la confución nublo el rostro de Pete mientras esperaba que el juego no lo arruinara. "Si ganas podras salir con tu deuda y yo desaparecere de tu vida, pero si ga...