Capítulo 2

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"¿Deseo cumplido?"

Al día siguiente, Han experimenta la sensación de que alguien le está gritando casi en el rostro.

-Hey, ¿Estás dormido o que? Deberías despertar en este instante!!

Al notar que la voz que oía no pertenecía ni a Chris ni a los otros residentes de la casa, se sobresalta al descubrir que hay un extraño en su habitación que le está gritando.

Trató de gritar, pero el desconocido le tapó la boca, impidiéndole que emitiera un sonido.

-Yo experimenté miedo antes que tú, así que retiraré mi mano si no escucho que grites, ¿estamos de acuerdo?

Han asiente tímidamente, y en ese momento, la persona retira la mano de su boca.

Cuando han se loga fijar en su rostro, se asemejaba a un joven de su misma edad, con ojos oscuros y cabello castaño.

-¿Quién... eres tú...?

-Soy Minho, soy ese peluche por el que pediste convertir en humano en la legendaria estrella fugaz "Star Lost" ¿Comprendes?"

Al darse cuenta de la situación, Han mira su cama y nota que el peluche que le había regalado su bisabuela ya no estaba allí, lo que lo asusta aún más.

-¿Estás sordo o qué? Te he dicho que tu deseo se ha cumplido, así que es inútil buscar en la cama -gritó.

-¿Esto es una broma, verdad? La Star Lost es solo un mito y...

En ese momento, Minho se acercó de manera intimidante a Han, quien tembló de miedo y retiró lo que había dicho minutos antes.

-¿Te parece que esto es una broma?

De repente, Han oyó pasos y se asustó, ya que si alguien veía a lo que antes era su muñeco, podrían malinterpretarlo.

-Es Christopher, deberías esconderte...

Han se dio cuenta de que el sujeto que estaba frente a él se había transformado de nuevo en aquel lindo y tierno Minho, incapaz de hacer daño.

-¿Todo bien, joven Jisung?

-De maravilla, Chris. ¿Por qué lo dices?

Lanzó el muñeco en su cama como si nada hubiera pasado.

-Es que quería darte algo de mi parte por Navidad, y como te escuché hablando, pensé que era el momento adecuado.

Han se sorprendió al ver que Chris le entregaba un gran regalo de Navidad. Al abrirlo, encontró una mini cámara, sabiendo que lo que más amaba en el mundo era la fotografía, admirando cómo los profesionales capturaban esos hermosos paisajes.

Abrazando con emoción al mayordomo, llenándolo de alegría.

- Feliz Navidad, joven Jisung.

- Feliz Navidad, Christopher... Muchas gracias.

- Me alegra que te haya gustado.

El joven rechoncho saca la cámara de su caja.

- El desayuno estará listo en un rato, y tus padres se fueron hace un tiempo. Puedes bajar con confianza.

- Claro, solo dame unos minutos, ¿de acuerdo?

- Está bien, solo espero que esos minutos no se conviertan en horas como suele suceder, porque te conozco, ¿entendido?

Han asiente con felicidad, cierra la puerta y lo deja solo otra vez con Minho.

- Ojalá no pierdas el tiempo con esa cámara...

Han se asusta al ver que Minho volvió a su actitud anterior, enojándose por cómo se acomoda en la cama.

- ¿Por qué eres tan molesto?

- Y tú, ¿por qué eres tan aburrido?

Dice mientras bosteza y estira los brazos perezosamente.

- Eres bastante diferente de lo que aparentas...

- ¡Hasta que finalmente descubres la triste verdad!

Dramatiza toda la situación y hace reír a Han.

- Aunque tu humor no me haga gracia, al menos es mejor que cuando lloras o derramas lágrimas por tonterías.

- Al menos sé que tienes algo de humor además de aparentar algo que no eres en realidad.

- Cambiando de tema, ¿tu mamá canguro no te había dicho que bajaras para desayunar?

- En primer lugar, se llama Christopher, no es mi mamá canguro, y, en segundo lugar, tienes razón. Así que bajaré un momento, no hagas ningún escándalo.

- No soy tu ardillita, así que no te preocupes por mí. Luego te explicaré por qué te lo digo.

- Está bien, nos vemos en un momento.

Finaliza la conversación y baja a desayunar, haciendo que Minho vuelva a ser un peluche y vuelva a la normalidad.

Al terminar de desayunar, alguien toca el timbre, y uno de los sirvientes de la casa abre la puerta. Entra un hombre musculoso de lentes claros con ojos negros y cabello oscuro, que resulta ser su profesor y tutor de educación.

- Joven Jisung, el profesor Seo Changbin ha llegado. Tienes 15 minutos para prepararte y calentar un poco, ya que tienes gimnasia y baile hoy.

- Está bien, Yeji. Me prepararé lo más rápido que pueda.

- Ojalá lo hagas así. Sería una vergüenza que tus padres se enteren de que dejaste esperando a uno de los mejores profesores de Seúl.

- Yeji.

- No te entrometas, Christopher. Yo no soy como tú, siempre consintiendo al fenómeno de Han. Yo sí seré leal a mis jefes, así que si no te apresuras, les diré a tus padres.

Han, al escuchar esas palabras, sube a su habitación sin decir una palabra para vestirse y no avergonzar a su familia, como Yeji sugería.

- Si realmente eres leal a lo que dicen los jefes, no deberías involucrarte donde no te llaman.

Termina la conversación para continuar con sus deberes en la casa, dejando a Jisung adolorido por esas fuertes palabras.

Continuara...

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