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Nacimiento

1955. A solo 10 años de la segunda guerra mundial, en un pueblo a los afueras de Londres, las campanas de la iglesia llaman a santa misa del domingo, las novicias y el sacerdote acaba a sus rezos matutinos

—¡Señor Sacerdote Miguel!—Grita una mujer irrumpiendo en la iglesia—¡Un joven! ¡Un chico! ¡Amaneció desnudo en mi escuela!

Miguel acude a el llamado, es novedad apareció un muchacho de unos 14 años o eso se estima, en medio de uno de los salones de los niños mas pequeños de el quinder, en posición fetal, cubriéndose del frio, el sacerdote se inclina para verlo detenidamente, es un muchacho precioso, de piel pálida, cabello rubio, rizado y muy esponjoso, un rostro bastante juvenil de labios gruesos, aun así mantiene la armonía de sus rasgos masculinos.
Miguel toco sus labios, no era necesario la verdad, pero necesita sentirlos, es como si una fuerza lo atrajera a el chico

—Esta helado—Dice Miguel, no tiene pulso, esta Muerto—Hay que enterrarlo

—pobrecito—Dice una de las Monjas quien vino como acompañante—La dueña del lugar dijo que no permitiría que la policía se lo llevara, que ellos destrozarían su cuerpo, ella quiere que le hagamos una misa, es una pena incluso muerto es hermoso

—Hermana María ¿Cree que no debamos hacerlo? La policía sabrá que hacer

El muchacho se tensa, en los brazos del sacerdote, el joven entre abre sus labios se escapa un pequeño alarido, abre sus ojos, esos ojos de muñeca, negros y grande, no hay mas que el reflejo del sacerdote en ellos. el joven sonríe al ver hombre que lo sostiene en sus brazos, le gusta lo que ve

—¡Esta vivo!—Dice la monja—No eres medico

—Tu juro que no tenia pulso—Dice el padre con una expresión de preocupación

El muchacho se aferra con fuerza a el padre, lo rodea con sus brazos y cierra sus ojos dormido plácidamente en los gentiles brazos del Sacerdote

—Parece que le agradas—Dice la Monja—¿Qué deberías hacer? ¿Llevarlo al hospital?

—No parece tener nada roto ¿Cómo te llamas niño?—Pregunto, pero el mocoso no respondió—Dudo que sepa hablar. Lo mejor es reportarlo como alguien que desapareció su familia debe estar buscándolo

—¿Mientras?

Miguel bajo su mirada y vio al chico, no podría dejarlo ir con la policía, lo llevarían a un orfanato y el pobre sufriría de hambre y de tristeza ahí, de solo imaginárselo le da asco—Se quedara con nosotros mientras encuentra a su familia.

El chico se quedaría en uno de los aposentos de el monasterio, estaba decidido. De camino al monasterio el padre Miguel trató de sacarle palabra al muchacho algo sobre su familia donde estaba antes de despertar porque estaba desnudo y por qué apareció de repente en el pueblo, pero el chico ni siquiera pronunció palabras.
El Sacerdote llevo al chico a uno de los aposentos del monasterio se encargó de que estuviera cómodo una habitación lo suficientemente cómoda y grande para él, lo dejó sobre la cama, cubrió la desnudez de su cuerpo con las sábanas y se quedó viéndolo unos segundos esperando a que el chico despertara sin darse cuenta los minutos pasaron y sin notarlo, ya habían pasado dos horas y no había apartado la vista del precioso chico es como si no pudiera cansarse de verlo

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora