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Bautizo

Los asesinatos se extendieron, la policía no pudo erradicarlos, aquellos homicidios no han sido cometidos por un humano, por lo tanto no hay huellas, ni pruebas que lo incriminen

Las manos de la hermana María no dejan de temblar, aterrorizado mira fijamente el anciano, el cual el pueblo tildo de chiflado, un maestro en Demonología, en sus manos lee un viejo libro en latín

—No tengo idea—Dice el anciano, acomoda sus lentes—Segura que es un demonio

—Esta el chiflado del pueblo me trata de loca, se lo que vi—Insiste la hermana María—Que haya tenido una visión sobre esto es una señal de Dios para detenerlo

—Los demonios están en el infierno, para pasar la tierra necesitan un cuerpo, atreves de una posesión demoniaca, pero ese joven tiene un cuerpo, es suyo nació con el, no lo tomo, además pisa tierra santa a diario, dices que vive en el monasterio un demonio jamás habitaría uno

—Esa cosa manipula a mi hermano, lo ha conquistado con su belleza, debe haber una respuesta, van seis asesinatos en el plazo de unos meses ¿Va a decirme que fueron hechos por un homicida? No parecen hechos por una criatura, una que el ser humano no puede entender

—Te creo—Dice el anciano— pero no hay mucho que pueda hacer un viejo como yo, usted dice que el muchacho es un demonio, pero no tiene ninguna de sus características ¿a menos que?

—¿¡Que!?

—Podría ser un demonio inmensamente poderoso, una que pueda evitar la tierra, a quien no le afecte pisar tierra santa, es solo una suposición, los demonios no pueden hacer eso, ni el mismo satán

—¿Cuál seria la solución? Un exorcismo no servirá

—Investiga que quiere, que es lo que desea, porque mato a esas seis personas, es un ser muy selectivos debe haber una razón por la cual los haya escogido, alguien con ese rango y poder no debe comer cualquier cosa

La hermana María traga espeso—Ojala le cause indigestión

—Usted no estaría en su dieta, un demonio no comería a una Monja o alguna figura religioso, en pocos palabras si le causaría indigestión—El viejo busca entre las repisas de su gran colección, saca una vieja biblia en medio de esta hay una daga de oro—Paso de generación en generación, de mi abuelo a mi padre y de mi padre a mi, no tengo hijos así que—Toma las manos de la Monja le entrega la daga—Báñala en agua bendita y apuñalo en el corazón, podría funcionar

—Señor ¿Usted realmente me daría su posesión mas preciada?

—Es la única merecedora de ello, cuando sea vieja désela a alguien que sea merecedor de ella

—Entiendo—Colocó la daga en su pecho— muchas gracias.

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Es dulce desde su piel a sus largas pestañas rizadas, su piel es suave y lo hace sentir inmensamente feliz, como en una especie de paraíso, donde hay fresco aire de paz y quietud

Miguel desliza su dedo indicé por la espalda de su amante, las gotas de sudor cubren sus cuerpos, abrazados con sus pies entrelazados en uno al otro

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora