𝐃 𝐄 𝐒 𝐄 𝐎 | One Shots [Harry Potter Saga]

𝐈𝐈 | Fred Weasley

(+18)  Capítulo con contenido y lenguaje explícito, se recomienda discreción.

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Tener una relación con Fred Weasley implicaba mucha paciencia, además de comprender su sentido del humor. Rosaline Evergreen llevaba una relación con el pelirrojo luego de que este abandonara Hogwarts junto a su hermano gemelo George para abrir su tienda de sortilegios en el Callejón Diagon. Al año siguiente la Ravenclaw se graduó de Hogwarts, comenzó a trabajar en la tienda de bromas de los gemelos y seguía manteniendo su relación con Fred, a pesar de verse sólo en vacaciones y comunicarse por medio de cartas mientras ella seguía siendo una estudiante.

Trabajar en Sortilegios Weasley fue una propuesta dada por George la cual ella aceptó de inmediato. Era emocionante, cada día era una experiencia nueva, los chicos la incluían en las juntas de nuevos productos para la tienda, volviéndose un gran equipo. Le hacía recordar los momentos cuando estaban en el colegio y la chica les ayudaba en sus nuevos productos.

Además de trabajar como vendedora en la tienda la chica se había mudado con Fred luego de graduarse, volviendo su relación mucho más fuerte. El segundo piso fue estructurado para que todos vivieran cómodamente y la pareja tuviese sus momentos de privacidad.

── Ross, hace falta un galeón en la caja. ── Expresó George, quien contaba las ganancias del día luego de haber cerrado la tienda.

── ¿Revisaste hasta el fondo de la caja? Las monedas luego se atoran. ── Respondió la castaña, concentrada en colocar en la estantería pequeños frascos con pociones de amor. 

Al terminar se acercó al chico que seguía haciendo las cuentas de la tienda, tenía varios recibos esparcidos en la mesa y bolsas con monedas de diverso valor.

Luego de escuchar un par de quejidos por parte del pelirrojo peleando con la caja registradora, en sus manos se encontraba el galeón perdido. ── No quería salir. Seguiré haciendo corte, ya puedes irte a descansar. ──

Dicho eso la chica se despidió del gemelo para subir las escaleras del segundo piso donde los tres vivían, dispuesta a buscar a su pelirrojo favorito.

 

*

 

Abrió la puerta del despacho de los dueños, encontrándose con Fred sentado en su escritorio. El pelirrojo se veía concentrado en un pedazo de pergamino, apoyando su cabeza en el respaldo de la silla acolchonada, se trataba de una carta de su madre preguntando por el estado de los tres. El ruido de la puerta hizo que saliera de su trance, dirigiendo sus ojos a la persona que había entrado sin avisar, una sonrisa se formó en sus labios mientras dejaba la carta en el escritorio.