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Au: El rey consorte Daemon (Pt.1)

—¿Cómo permitieron esto? —exigió saber Viserys.

—Los príncipes deberían estar en la cama —intentó defenderse sir Westerling.

—¿Quién tenía la guardia? —cuestionó Rhaenys.

—El príncipe fue atacado por sus primos.

—¡Juraron proteger a mi sangre!

—Lo lamento majestad, pero no prometimos cuidar a un príncipe de otro príncipe.

—Esa no es una respuesta, sir —dijo la reina.

—¿Mi hijo va a sanar? —preguntó desesperadamente Alicent.

—La piel sanará, pero el ojo está perdido.

La princesa soltó un jadeo de horror, Viserys cerro los ojos.

Rhaenys se acercó a sus nietos mayores y los abrazo mientras Corlys y su esposa corrían para abrazar a sus nietas.

Rhaenyra entró luciendo desesperada, tenía el vestido cubierto de arena, detrás de ella venía Daemon.

El príncipe canalla observó a su esposa con renovado interés al ver la furia ardiente de sus ojos, por lo que lenta y sigilosamente se acercó a ella.

—¿Cómo sucedió esto? —preguntó la princesa peliblanca.

—¡Ellos me atacaron!

Todos los niños empezaron a gritar, y el rey pareció perder la paciencia luego de pedir más de 3 veces atención.

—¡SILENCIO! —Todos en la sala callaron al escuchar el grito del monarca.

—Nos llamó bastardos —susurró Jacaerys a su madre.

—Aemond, quiero la verdad de lo sucedido, ahora.

—Qué más hay que ver, a mi hijo se le fue arrancado su ojo —dijo Alicent desesperada.

—Fue un accidente —intentó defender Rhaenyra.

Daemon frunció el ceño, podía ser muchas cosas, pero no iba a permitir que le faltaran el respeto así intentando hacer que los culpables salieran ilesos.

—¿Accidente? —cuestionó la pelirroja enfurecida—. Alguien por alguna razón llevó una daga y con esta mutilaron a Aemond, ¡pudieron haber matado a mi hijo!

—¡Mis hijos también fueron atacados y obligados a defenderse, los agredieron con horribles insultos!

Daemon se burló, tal vez espero mucho de Rhaenyra.

—¿Qué insultos?

Rhaenys frunció el ceño, Viserys estaba más preocupado por palabras que por acciones.

—La legitimidad de mis hijos fue cuestionada.

—¿Qué?

—Nos llamó bastardos —dijo Jace.

Alicent miró a su hijo, horrorizada. La reina cerró los ojos.

—Mis hijos son herederos al trono de hierro, majestad, esta es la más grande de las traiciones, el príncipe Aemond debe ser duramente cuestionado para saber donde escucho esas mentiras.

Ese fue el punto de quiebre para el príncipe canalla.

—MI hijo también forma parte de la línea de sucesión al trono, espero que comprenda princesa Rhaenyra que sus intentos de acusar y "cuestionar" también son traición.

La peliblanca retrocedió al darse cuenta de como se giraron las cosas, Alicent observó a su esposo por un instante antes de girarse hacia su prima.

—Dime, Aemond, ¿Dónde escuchaste esas mentiras? —exigió saber el rey.