Culpa Y Odio

parte 2/2

El aire frío golpeaba sus rostros, el de túnicas blancas atrajo más hacía a sí mismo a su acompañante quien apoyó la espalda cómodamente en su pecho. Por inercia propia sus manos rodearon la cintura ajena y su nariz se fundió en el cabello del otro, aún se encontraba húmedo por el baño recién y su olor natural ocasionó que apretara más para sí mismo al hombre que tenía en sus brazos.

—Lan Huan tengo sueño y hace demasiado frío —gruñó en modo de protesta el de ojos violeta.

—WanYin solo un poco más, quiero que veas algo —el de ojos violeta hizo un puchero mientras arrugaba su entrecejo. El Lan levanto sus comisuras y besó su mejilla.

Pequeños destellos anaranjados y rojizos empezaron a verse en el horizonte, las montañas fueron bañadas con la luz del amanecer, las nubes tenían un contraste hermoso.

—Quisiera estar toda una eternidad así contigo —la voz del Lan despertó al joven de su asombro, nunca había visto un amanecer tan hermoso como ese. Giró su rostro y el amor que expresaba esos ojos avellana no tenían precio— si después de esta vida existen otras quisiera acompañarte en cada una y vivamos experiencias juntos— el de sonrisa dulce gira el cuerpo del menor y sostiene sus manos—. WanYin , ¿me acompañarías en todas nuestras vidas?

Una tierna sonrisa llegó al rostro del mencionado, quien asintió animadamente— mi alma está enlazada a la tuya desde el momento en que nacimos A-Huan.

—Esto es una promesa de vida WanYin... WanYin, ¡Corre Wanyin!

Un grito espeluznante despertó a Jiang Cheng, parpadeo varias veces y miró a su alrededor ¡Que había sido eso!

Ese rostro que se retorcía al final del pasillo era el mismo que había visto en esa especie de visión. Aquel hombre de túnicas blancas se retorcía de dolor mientras se agarraba el rostro y una aura negra empezaba a rodearlo a medida que los gritos iban en aumento.

Había lamentos, muchos lamentos que le provocaban escalofríos y náuseas al Jiang.

Su cerebro obligó a sus piernas correr, después de ver cómo el otro empezó a moverse en su dirección pegó una carrera hasta las escaleras, sería muy pero muy mala idea irse por el ascensor.

—Huye de mi WanYin...

Su pecho empezó a arder cuando escucho ese nombre que no le pertenecía. Sus manos temblaban mientras corría despavorido ¿¡Porque le pasaban tantas mierdas locas!? Al llegar al último piso el guardia le preguntó si el ascensor estaba bien pero le dijo que andaba apurado.

Llegando al estacionamiento otra vez le costó meter la llave en el cerrojo, pero finalmente lo logró.

Las calles se encontraban completamente vacías y eso le facilitaba el paso, después de todo era más de la una de la mañana. Algo dentro le el le decía que volteara mientras pasaba el túnel para finalmente llegar a la otra ciudad, miro por los espejos retrovisor y una masa oscura estaba muy al fondo mientras que las luces empezaban a parpadear.

El motor rugió con fuerza ¡Tenía que alejarse de eso! Volviendo su vista al frente ya había salido del túnel, la mansión Jiang no estaba muy lejos era una mansión súper privada que se encontraba en las montañas de esa ciudad. La clínica estaba prácticamente a la vuelta de la esquina.

....

Cuando se apartó, miró para todos lados, cualquiera que lo viera diría que era un paranoico, pero lo que DIJERA la gente no le importaba.

—A-Cheng si viniste —Wei Ying que se encontraba en la entrada de urgencias esperándolo corrió hasta él.

El joven alegre se tiró encima de él y dejó un sonoro beso en la mejilla de Jiang Cheng quien lo apartó mientras se limpiaba el beso. La respiración del Jiang empezó a fallar y sus latidos fueron en aumento, jala la mano de Wei Ying y lo colocó detrás de él.