[Borrador - MARCELO - El Amo de las Tinieblas]

Jueves 02:30

El trío permanece en la oscura habitación, con un sentido de urgencia y resolución. Don Aurelio, todavía consciente de la amenaza que las sombras representan, toma la delantera para guiar a Esteban y Marcelo.

Don Aurelio: Debemos ser extremadamente cuidadosos, Esteban. Las sombras en este lugar son persistentes y peligrosas. No sabemos cuándo podrían volver a intentar atraparnos en sus pesadillas.

Esteban asiente con una mirada determinada en sus ojos. Marcelo, el gato, permanece alerta y protector a su lado, como si hubiera asumido la misión de vigilar y cuidar a Esteban.

Deciden continuar explorando la mansión, pero ahora están más conscientes de la oscuridad que acecha en cada esquina. Mientras avanzan por los pasillos, las sombras parecen retroceder ante la determinación del grupo, como si fueran sensibles a la valentía que despliegan.

Don Aurelio: Es evidente que esta edificio está impregnado de energías oscuras. Si queremos descubrir la verdad detrás de los sucesos misteriosos que ocurrieron aquí, debemos proceder con cautela y preparación.

Esteban: Esta información podría ser clave para entender lo que ocurrió aquí. Necesitamos seguir investigando y descubrir la verdad detrás de este lugar.

Don Aurelio: Tienes razón, Esteban. Pero debemos recordar que estamos tratando con fuerzas misteriosas y peligrosas. Mantengámonos unidos y sigamos avanzando con precaución.

El grupo avanza por los pasillos de la mansión, con cada paso que dan, la oscuridad parece espesarse, y las sombras continúan susurrando palabras inquietantes en sus oídos. A medida que exploran más profundamente la casa, comienzan a ver visiones espeluznantes que desafían la lógica y la razón.

En una de las habitaciones, encuentran un espejo antiguo cubierto de polvo. Cuando Esteban se acerca para limpiarlo, su reflejo comienza a distorsionarse de manera grotesca. Ve una versión de sí mismo retorcida y demacrada, con ojos que brillan con una malicia inhumana. El reflejo sonríe de manera siniestra y le susurra palabras de locura.

Esteban retrocede con horror, pero las sombras parecen atraparlo en un trance hipnótico, y el espejo continúa mostrándole terribles visiones de su propio sufrimiento.

Marcelo, el gato, comienza a gruñir y arquear su espalda en respuesta a las perturbadoras apariciones. Don Aurelio intenta liberar a Esteban de la influencia del espejo, pero las sombras parecen resistir sus esfuerzos, volviéndose más densas y amenazadoras.

Don Aurelio: ¡Esteban, mantén la calma! No te dejes llevar por las ilusiones de las sombras. ¡Debemos luchar contra ellas!

Esteban lucha por recuperar el control de su mente mientras las visiones del espejo continúan atormentándolo. Finalmente, con un esfuerzo sobrehumano, logra apartarse del espejo y cae al suelo, temblando.

Esteban: ¡No puedo soportarlo más! Estas sombras, estas visiones... son demasiado aterradoras.

Don Aurelio: No estamos solos en esta lucha, Esteban. Juntos, podemos vencer a la oscuridad. Pero debemos ser fuertes y mantenernos unidos.

Esteban, todavía temblando por la experiencia en el espejo, se levanta con la ayuda de Don Aurelio. Marcelo, el gato, se acerca a él, ronroneando suavemente como si tratara de consolarlo. El grupo decide dejar atrás la inquietante habitación y continuar explorando la mansión en busca de respuestas.

Mientras avanzan, Don Aurelio y Esteban siguen conversando sobre lo que han presenciado.

Esteban: No puedo evitar sentir que estas sombras y visiones están conectadas de alguna manera con los sucesos misteriosos que ocurrieron aquí. ¿Qué crees que está pasando, Don Aurelio?

Don Aurelio: Es difícil decirlo con certeza, Esteban. Pero estoy seguro de que este edifico alberga secretos oscuros que han permanecido ocultos durante mucho tiempo. Las sombras y las visiones que hemos presenciado pueden ser manifestaciones de esa oscuridad. Debemos seguir adelante y descubrir la verdad detrás de todo esto.

Mientras exploran más habitaciones, encuentran pistas que sugieren un pasado trágico para la antigua mansión. Fotografías antiguas de una familia feliz ahora destrozada, notas escritas con desesperación y objetos que parecen haber sido abandonados apresuradamente. Esteban y Don Aurelio intentan reconstruir la historia de la casa mientras se mantienen alerta ante las sombras acechantes.

En una de las habitaciones, encuentran la foto del diario antiguo. Esteban la levanta y comienza a leer en voz alta el capitulo que aparecía ahí.

Esteban: Hoy, las sombras se hicieron más fuertes. Mi familia ya no es la misma. Han cambiado, y no sé si podré proteger a mis seres queridos de lo que acecha en esta mansión...

Esteban continúa leyendo el diario, mientras la voz susurrante y la brisa fría llenan la habitación. Las sombras se agitan y comienzan a tomar formas espeluznantes a su alrededor.

Esteban: Las noches en esta mansión se han vuelto un tormento. Las sombras que acechan los pasillos parecen desear apoderarse de nuestras almas. Mi madre, que una vez fue tan cariñosa, ahora está poseída por una oscuridad insondable...

La voz susurrante se hace más intensa, y las sombras parecen converger en una figura etérea en el rincón de la habitación. La figura toma la forma de una mujer pálida, con ojos oscuros y penetrantes que miran directamente a Esteban.

Figura fantasmal: (con voz melancólica) ¿Por qué siguen explorando lo que no deben? Este lugar es un calabozo de pesadillas, y ustedes no deberían estar aquí.

Don Aurelio: (firme) Estamos aquí para ayudar a las almas atormentadas y para liberar esta casa de la oscuridad que la aflige. Por favor, cuéntanos tu historia y ayúdanos a entender lo que sucedió.

La figura oscura suspira y su voz se llena de tristeza mientras narra la historia de su vida en la mansión. Resulta que fue una madre que perdió a su hijo en circunstancias trágicas y, en su dolor, se volvió vulnerable a las sombras que acechaban la casa.

Figura fantasmal: (con pesar) Las sombras se aprovecharon de mi dolor y me consumieron. Ahora estoy atrapada en este lugar, incapaz de reunirme con mi hijo en el más allá.

Esteban: (compasivo) Entendemos tu sufrimiento, pero queremos ayudar a todos los que están atrapados aquí. ¿Qué podemos hacer para liberar a las almas y poner fin a esta maldición?

La figura oscura se acerca lentamente a Esteban y extiende su mano, tocándolo con suavidad. En ese momento, las sombras se disipan, y la habitación recupera su calma.

Figura fantasmal: (con gratitud) Deben encontrar el objeto que representa la fuente de mi dolor y de las sombras que sirven a este lugar. Solo al destruirlo podrán liberar a esta casa y a las almas atormentadas, deben tener cuidado con Ramiro y Fulgencia, ellos fueron parte de las desgracias de esta familia y sus descendientes.