Capítulo dos

1 0 0
                                    

— Saben, me siento pésimo —me quejé, tecleando frente a la pantalla con los pocos ánimos que me restaban—. No voy a beber nunca más, Joao,

Joao asintió, rellenando con expresión moribunda un archivo que parecía eterno. 

El día siguiente a la desenfrenada fiesta corporativa, la mitad de la compañía faltó; algunos por dolor de estómago —alias, intoxicación por exceso de licor—, otros por dolor de cabeza y la mayoría por haber dormido menos de tres horas.

De mi departamento, "Marketing", fui la única valiente que se atrevió a ir a la oficina. Y como no deseaba estar sentada sola, no hallé una mejor idea que sentarme a un costado de Joao, un querido compañero que pertenecía al equipo de vendedores de "Quantum". 

— Ésta chica hizo el ridículo ayer, Joao, ¿sabías?

Me estremecí. Era él.

Volteé a verlo con desprecio y vergüenza al mismo tiempo.

— Cállate, por favor —respondí, observando con pesar al chico de lentes que se reía frente a mí—. No quiero recordarlo, ¿vale?

— Incluso me pidió mi Instagram —me ignoró con descaro, contándole a Joao mis momentos más sinsentidos de la noche—. Yo creo que está coqueteando conmigo.

— Ay, dios mío, ¡yo ni te conozco! —me defendí con torpeza, volviendo a mi trabajo entretanto él se sentaba a un costado de Joao.

No creí que me hablaría tan pronto, y menos con esa confianza que yo jamás le había dado. Por lo menos, no en mis cinco sentidos. 

Giovanni Scaglione era lo contrario a un diplomático, sin embargo, en su arrogancia yo vi a un hombre encantador, carismático e increíblemente astuto. Tanto así que, cuando él me escribió por primera vez a través del chat, no pude evitar emocionarme.

Sus mensajes eran fríos, pero aún así era un as manteniendo la conversación en llamas. 

Sophie: ¿Cuándo naciste, Gio? Y también la hora, si no es mucha molesta.

Giovanni: 24 de agosto, Providence, 15:43.

¡Bingo! Su carta astral ya estaba en mis manos.

Sophie: Uff, querido, ¿eres un témpano de hielo o qué?

Gio: ¿Por qué lo dices?

Le expliqué, cual bruja en su momento prime, lo que significaba ser un hombre virgo, con ascendente tauro y luna en virgo.

Gio: Bueno, honestamente, sí le acertó a varias cosas...

Sophie: Esto es totalmente cierto. Te lo digo como periodista y astróloga profesional.

Y él rio, dándome la razón. 

En ese momento, avanzó más de cien puntos conmigo, y es que al no criticar abiertamente mis grandes pasiones y, por el contrario, darles una oportunidad, me resultó irresistible no sentir más y más interés por él. 

Tenía un talento innato para ser encantador. Como un príncipe.

...

Sophie: Hey, estudiaste ingeniería, de seguro eres millonario.

Por más de dos semanas, nuestro chat se mantuvo activo día y noche. No podíamos parar de hablar.

Mi teléfono vibró, como siempre durante los últimos días. Era él.

Gio: Quizás, quizás. Una margarita y lo hablamos.

Sophie: JAJAJA, ¿y tengo que invitar yo?

Gio: ¿ES UNA INVITACIÓN?

Sophie:  ¿De ti para mí? ACEPTO, OBVIO.

"Qué respuestas más ingeniosas que me envía este hombre", pensé.

Gio: Mh, me parece. ¿Próximo viernes?

Me asusté. ¿Cómo escaló tanto esta conversación?

Sophie: ¿Es en serio?

Gio: Sí, a las 21:00 PM en "Tiramisú".

Incluso me propuso un horario y un lugar. ¿De dónde salió este hombre perfecto 2023?

Pero la cita nunca llegó, y en su lugar, aquel mismo viernes un increíble mensaje se asomó entre mis varias notificaciones: "Se me olvidó reservar el lugar, pero tengo una pregunta rápida para ti: ¿Quieres ir al "Tiramisú" por el lugar o por la compañía?".

Dios, ¿qué se creía?

Incómoda por el descaro y la nula preparación de la cita que él mismo propuso, le respondí que por él. Lógico. A cualquier lugar podría ir cuando yo quisiera, sin embargo, esta vez lo estaba conociendo a él. 

Le cuestioné lo mismo, y sin ningún tapujo me soltó que por el lugar. Obvio; era su lugar favorito.

— Sabes, dejémoslo hasta aquí —alerta de red flag con pies. ¡Adiós!

No podía permitirme aceptar una salida con alguien así. Jamás. Pero tras varias insistencias, cedí a volver a intentar tener una cita la próxima semana, sin imaginarme que terminaríamos en el Mc Donald's, oyéndolo hablar de cuán tormentosa fue su relación de cinco años con es su ex, a quien le terminó por exigirle más de lo que él podía —y quería— entregarle. 



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 01, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Despreciando al príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora