Relato por: Nefilim_624
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A ojos de un niño, Halloween es la mejor fiesta del año. Aunque no si debes pasarlo en el hospital.Llevaba horas allí, esperando en los incómodos asientos de la sala de espera, oyendo de lejos el alboroto de los ocupados médicos y las toses de los pacientes que esperaban junto a ellos. Todo empezó apenas unas horas antes.
Había estado trabajando desde muy temprano en su disfraz -que consistía en un montón de ropa negra y un maquillaje que trataba de imitar un esqueleto, pero que no resultaba muy creíble al estar realizado por un niño-, tal vez por eso no se enteró de cuando su madre llegó.
La mujer llegó resoplando y se quitó los zapatos para dejarse caer en el sofá, completamente agotada. Cuando el niño salió del baño descubrió que ya se había servido una copa de vino y se encontraba cambiando de canal sin dar con nada interesante para ver. No le dirigió una sola mirada hasta que este no se acercó, entonces entornó los ojos y suspiró.
—No sé si vamos a ir a por caramelos esta noche, estoy muy cansada.
—Pero me dijiste que... —comenzó a protestar el pequeño mientras meneaba su calabaza de Halloween con pesar, pero fue interrumpido por el sonido del teléfono.
Su madre se apresuró a responder y, antes de poder darse cuenta, estaban en el coche camino del hospital. Su madre tenía que cubrir una baja y él la esperaría pacientemente en la sala de espera, con la esperanza de que al acabar pudiesen visitar una casa o dos y obtener algunos dulces.
Las horas pasaban lentamente para un niño que se aburría; las revistas -viejas y descoloridas- no le interesaban y las únicas personas que había en la sala no parecían tener interés en hablar -algo lógico tratándose de familiares de gente enferma-.
El chico suspiró antes de levantarse y caminar con lentitud, necesitaba hacer algo, cualquier cosa, para ocupar su mente. Desde hacía horas el maquillaje que cubría su cara le picaba de una forma espantosa y cada vez le resultaba más difícil no sucumbir a la tentación de retirarlo por completo de su cara. Era como si ese maquillaje representase su última esperanza de un Halloween apasionante, no podía renunciar a él.
Se encontraba dando una quinta -o tal vez sexta- vuelta a las sillas situadas en el centro de la sala cuando algo llamó su atención; una niña, como él, que paseaba por el pasillo.
Llevaba solo una bata blanca de hospital y su larga melena negra casi parecía flotar tras ella, una de sus manos estaba alzada como si sostuviese la de otra persona, pero paseaba sola. Avanzó por el inmaculado pasillo con pasos firmes pero lentos, como si estuviese disfrutando de su travesía. Fue entonces cuando, justo antes de desaparecer tras la pared que delimitaba la sala de espera, que dejó caer algo al suelo.
El chico se apresuró a llamarla pero, cuando se asomó al pasillo, la chica ya no estaba. Intrigado, tomó el objeto entre sus manos.
Se trataba de un peluche, un oso que en su día fue de un suave tono marrón, pero que ahora se encontraba oscurecido por el paso del tiempo y la suciedad. Alzó al pequeño animal de tela y este casi pareció devolverle una mirada triste con su único y brillante ojo negro. No tardó en comprender el significado de dicho pesar.

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𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒│HALLOWEEN
Random⭒𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎́𝐍: Aquí hallarás oneshots especiales, para la noche de Halloween. 🎃👻 🏆➝❩ Ganadores de la dinámica realizada en nuestro grupo privado de whatsApp.✓ 📝➝❩ Si deseas participar y aparecer en este o en los otros apartados de...