Alone •Chloe Angst•

×3×

Querido diario.

Parece que el mundo quiere verme sufrir porque hoy me ocurrió inconvenientes.

Recibí una nota de agresión en mi taquilla diciendo lo siguiente:

<< Te esperamos en la salida para darte una gran paliza, prepárate para la diversión, Bourgeois >>

No sabía quién me lo había escrito, pero tenía miedo.

Aquí en Nueva York, el bullying puede llegar a extremos fuertes.

Eso lo sé por la misma situación que Zoe pasó.

Le llegaron a poner cucarachas en su taquilla y la insultaban sin parar.

Ahora estoy sufriendo peor que ella, pero en parte me lo merezco.

Supongo que es un castigo que Dios me está dando para que yo sepa las consecuencias que tiene mi antigua actitud.

Pero bueno, creo que me estoy saliendo del tema.

Quería decírselo a algún profesor, pero nadie me va a escuchar.

Si los maestros en París no detenían el bullying, mucho menos los profesores e Nueva York.

Pasaron las clases y me fui hacia la otra salida para ver si mis compañeros no me esperaban ahí.

Pero tuve mala suerte...

Ahí mismo me esperaban, intenté huir, pero uno de ellos me agarró por atrás y me llevaron a un oscuro callejón.

No pararon de agredirme, mientras me decían insultos que me dolían:

"Eres una pedazo de débil"

"Ojalá te hayan abortado, así todos están más felices sin tu existencia"

"¿Por qué no te suicidas? Tu vida es tan miserable que nadie te quiere"

"Tú fuiste peor que Hawk Moth, desearíamos que hayas muerto en un accidente de avión"

Hasta que se cansaron y me dejaron herida en ese terrible callejón.

Nadie se dio cuenta que me dieron una paliza, pero si alguien llegará a ver esa escena simplemente le restaría importancia.

No me sorprendería porque todos me odian...

Llegué a casa y mi madre ni siquiera se dio cuenta de mi presencia.

Ella solamente le echaba cuenta a una puta revista de celebridades.

Me encerré en el baño y tuve que curar mis heridas hasta hay algunas que no paraban de sangrar.

Los moretones lo cubrí con maquillaje, mientras que con los cortes me los limpié con una toalla que la llené de agua fría.

No tenía mucha hambre, así que me preparé un sándwich vegetal y luego me metí en mi habitación.

Hoy fue otro día de mierda y de seguro mañana se pondrá peor que el anterior...

Así es mi destino, querido diario.