⚠️ Capitulo 8

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La puerta se abre de golpe y en un instante de polvo de hormigón y hierro tembloroso, todo el cuerpo de Lena pasa de estar semiconsciente a estar alerta y vivo.

Su agonía la había estado devorando por completo, sólo unos segundos antes. Náuseas, calambres, dolores y molestias febriles y, sobre todo, un vacío constante y horrible. Un sentimiento vacío. Nada lo satisfaría. Nada lo disminuiría, ni siquiera por un momento.

Y todo eso termina en un destello cuando Kara derriba la puerta.

Ni siquiera se da cuenta de que está arrodillada en la cama, llena de una repentina energía anticipatoria y emoción retumbando a lo largo de su columna, hasta que Kara cruza la habitación a velocidad de teletransportación y están cara a cara. Lena sabe que está sudada y que tiene el pelo pegado al cuello. Sabe que se ve totalmente diferente a ella misma, cruda y salvaje, y puede ver el anhelo desesperado y abierto por lo que está a punto de suceder escrito en todo su rostro reflejado en los ojos de Kara antes de que el alfa la tome por la mandíbula y le bese dejándola sin aliento.

Es un beso con riesgo de incendio. Un polvorín. Todo detona.

Hay advertencias, sirenas que suenan en el fondo de su mente, pero están silenciadas, sin importancia. Kara la está besando con autoridad e intención, y sus labios son rápidos, atrapando los de Lena una y otra vez. Es implacable y a Lena le emociona pensar en esa misma intensidad aplicada en otros lugares. Y claramente, Kara también está pensando en eso, y piensa con bastante atención, a juzgar por la forma en que sus manos inquietas recorren arriba y abajo la espalda desnuda de Lena.

Kara interrumpe el beso para modelar el cuello y la mandíbula de Lena con besos mordiscos y chupadores, y tiene que dejar escapar una serie de gemidos poco elegantes, inclinándose hacia atrás en las garras del alfa. Sus caderas se levantan hacia adelante, sin pensar, pero Kara le responde con un gruñido que vibra a través de su clavícula y hasta sus dientes posteriores. Es estremecedor. Está atrapada en lo delicioso que se siente dejar que la fuerza de Kara guíe el camino. Es un sentimiento que nunca le habría confesado a nadie, apenas unas horas antes, pero ahora, con una mano segura frotando su pezón entre dedos callosos, Lena se siente inclinada a revelar todos sus secretos.

Es deslumbrante lo rápido que la abandonan el dolor, el miedo y la enfermedad. Es preocupante. El dolor la mantuvo sobria, despierta, consciente de las consecuencias de aquellas malditas acciones. Pero ahora todo eso se acabó y Lena ha quedado reducida a una criatura de puro omega. Ella no está pensando en las consecuencias. ¿Cómo puede ella? Kara es dura contra su vientre y el alfa es deliciosamente áspero con sus manos, tal como le gusta a Lena. Es como si Kara supiera exactamente dónde tocarla, con qué fuerza o con qué suavidad, y eso la adormece con una sensación de que está bien. Ya no está segura de recordar que incluso hay una amenaza hacia su pareja.

Lo único que puede pensar es en lo bien que se siente ahora.

Y oh, se siente tan bien cuando Kara la inclina hacia la cama y trepa por su cuerpo caído con ojos como un dios conquistador. Abre las piernas de Lena con una mano rápida y brusca y desliza su cuerpo entre ellas, suspirando de satisfacción cuando las piernas de Lena instintivamente se elevan para bloquearse alrededor de su cintura.

Kara le toca el cuello y exhala contra su pulso. "¿Quieres esto?" Muerde ligeramente y Lena gime con un ritmo tremendamente acelerado. "Quiero que lo hagas. Quiero que me quieras como yo te quiero a ti".

"Sí." Lena admite por fin. Ella cierra los ojos ante la honestidad. Inclina la cabeza hacia atrás y acepta lo que venga después. "Yo te quiero. Yo te-"

Deambulando por tus pensamientos (Supercorp) Kara G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora