la clase entera presenciaba divertidos la escena que había protagonizado kim yeonjun y él como había sido echado por parte de la maestra de la clase de química.
el menor salió por la puerta del aula con una sonrisa en su rostro, había logrado su cometido y la oficina del subdirector de su escuela lo esperaba.
camino por los pasillos arreglándose el cabello y acomodándose la ropa, conocía el camino perfectamente gracias a las incontables veces que había sido enviado a la oficina del señor choi.
recordar su nombre provocó que sintiera un revoltijo en su estómago, e instantáneamente la sonrisa burlona en su rostro fue reemplazada por un gesto de nerviosismo. sacudió ligeramente su cabeza, pues yeonjun era un fiel creyente de que si los nervios se apoderaban de su mente, no podría lograr aquello que tanto deseaba.
se detuvo justo en frente del mostrador de la secretaria de la escuela, quien apenas lo vio, rodó los ojos. estaba cansado de su presencia todas las semanas en la oficina del señor choi y seguía preguntándose como es que el subdirector no tomaba cartas en el asunto con el revoltoso rubio.
—pasa, está desocupado —habló la secretaria, restándole interés a su presencia y volvió a retomar los cientos de papeles por terminar en su escritorio.
yeonjun caminó con pasos decididos y abrió la puerta sin tocar, ya que no lo creyó necesario.
ahí estaba él, con su elegante traje y su oscuro cabello que caía sobre su precioso rostro de finas y masculinas facciones. ojeaba unos papeles en sus manos y el semblante concentrado lo hacía lucir atractivo y seductor.
instintivamente, el rubio mordió su labio y aclaró su garganta para que el mayor notara que se encontraba ahí.
soobin dejó los papeles de lado para dedicarle la debida atención a su concurrente estudiante y soltó una profunda exhalación.
—¿qué te trae por aquí esta vez, yeon? —inquirió con confianza e intentado no sonar descortés.
el menor jugó con la corbata perteneciente a su uniforme, sabiendo de sobra que sus gestos y actos de seducción ponían nervioso de sobremanera a su mayor.
—la profesora de química me envio, señaló que mi comportamiento es cada vez más intolerable y que usted debe darme una lección —fingió una mueca de aflicción. el puchero en sus labios permitía a soobin ver a simple vista un lado tierno del menor.
—pues ella tiene mucha razón yeonjun, ¿cuentas veces te han enviado acá en lo que va del mes? —cuestionó. era obvio que no recibiría una respuesta a aquella pregunta, ninguno de los dos o de los profesores llevaban la cuenta; siendo incapaces de contar las situaciones en las que el rubio había sido enviado a dirección por su comportamiento hostil.
—¿a caso quieres que llame a tus padres para luego suspenderte por unos días? —volvió a indagar y el rubio abrió sus ojitos de par en par, sus mejillas tornándose de un color carmesí, ¿realmente el señor choi era capaz de hacer tal cosa?
—¡no, no! —chilló el pequeño, inflando sus mejillas. aquello se había vuelto común en él cuando algo le desagradaba.
la autoridad en la oficina reprimió la acción de morderse los labios debido a la ternura de su menor, y en vez de eso, relamió sus labios.
—¿entonces dime qué debería hacer contigo, yeonjun?
«este es mi momento» pensó el rubio y se maravilló de tan solo pensarlo.
caminó hasta estar frente al pelinegro, siendo observado con una ceja arqueada y con confusión. aquella mañana, soobin no llevaba puesta una de sus tantas finas corbatas, por lo que le resultó fácil a yeon el admirar las deseosas clavículas del contrario.
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mr. choi - soojun
القصة القصيرة" a yeonjun le gustaba meterse en problemas para así poder seducir al subdirector de su escuela. " two shot . minúsculas intencionales adaptación ! todos los créditos a @palettekook