Jeongin miró su reloj, las manecillas marcaban las cinco de la tarde, hora en la que Hyunjin ya se encontraba de camino al departamento que compartían. Miró sus manos, sus uñas no se veían bien debido a que pasó la mayoría de la tarde mordiéndolas por los nervios, esa mañana, Hyunjin le había escrito diciéndole que debían hablar.
Sabía lo que se avecinaba, el dolor en su pecho no desapareció durante todo el día, su tiempo fue consumido por sus pensamientos en los que ideaba mil respuestas diferentes para hacerlo cambiar de opinión, tratando de convencerse de que funcionaría porque según él, un discurso sobre lo mucho que lo amaba y mil ideas de cómo mejorar iban a ser suficientes, por lo menos es lo que esperaba con todas sus fuerzas.
Las cinco y quince, el tiempo no se detenía, sus ansias iban en aumento. Se levantó de la cama, arregló su habitación a pesar de que no estaba desordenada, necesitaba algo para distraerse. Se miró en el espejo, lucía un poco cansado porque no pudo dormir bien la noche anterior sabiendo que Hyunjin había preferido irse a la habitación extra, dejándolo solo y con un amargo sentimiento, no quiso seguirlo, sintió que lo iba a molestar, por lo que decidió quedarse en su amplia cama con el deseo de poder dormir para no seguir pensando en eso.
Cuando escuchó la puerta principal abrirse, su corazón empezó a latir aún más rápido, se quedó sentado con sus piernas encogidas, pegadas a su pecho. Los pasos resonaban en todo el departamento, haciéndolo sentir cada vez más nervioso y ansioso, hasta que por fin entró a la habitación, y sin querer, sus ojos brillaron automáticamente con la felicidad de saber que estaba bien, que había llegado sin ningún problema, que podía verlo una vez más, pero en los ojos de su adorado novio no veía lo mismo, solo cansancio y tal vez, tristeza.
—Hola, ya estás aquí—sonrió el menor, cruzando sus piernas en posición de indio.
—Si... ¿Has estado bien?
—Si, eso creo—dijo en voz baja.
El silencio era incómodo, Jeongin no tenía silencios incómodos con Hyunjin, pero en ese momento, era realmente insoportable, solo veía como el pelinegro miraba hacia todos lados menos a él.
—Así que... ¿Qué te parece si vamos a comer?—sugirió tímidamente, evitando a toda costa lo que fuera que Hyunjin tenía que decirle.
—No, debemos hablar.
Fracasó.
Jeongin asintió lentamente sin quitarle la vista al más alto que había tomado asiento en la orilla de la cama, sin mirarlo.
—Mira, seré directo, no tengo la intención de darle tanta vuelta al asunto—habló Hyunjin, cortando el horrible silencio de la habitación. Puso sus ojos en el menor, dándole una mirada seria—Tú y yo no estamos funcionando más, y sé que estás al tanto de eso—apartó la mirada, los ojos de Jeongin se miraban tristes, cristalizados, y sabía que si seguía viéndolo, podría dudar de su decisión.
—Min, no lo hagas...
—No podemos pretender que estamos bien cuando no es así, hemos estado juntos por mucho tiempo—
—¡Detente! ¡No sigas! —las lágrimas se hicieron presentes, mojando sus mejillas
—Debemos terminar ahora mismo—dijo por fin.
Hyunjin no se detuvo en discursos inútiles para darle más vueltas a la situación, no quiso ni siquiera adornarlo con palabras sutiles para que a Jeongin le doliera menos, simplemente fue directo, no quería alargar todo, de esa forma sería más difícil, y aunque no lo demostrara, él también estaba dolido, le dolía aceptar que Jeongin ya no era para él.
Jeongin hizo puños sus manos, arrugando las sábanas de su cama. No quería eso, escucharlo de la boca del pelinegro que tanto amaba, era mucho peor que imaginarlo. Su corazón estaba roto, el dolor en su pecho era inmenso, y no era para menos, estaba perdiendo al amor de su vida.
—No—negó con la cabeza repetidamente, cerrando sus ojos con fuerza—No podemos terminar.
—¿Necesitas razones? Puedo dártelas.
—¿Cómo puedes solo decirlo así? —lo miró con tristeza.
Todo el discurso que había preparado simplemente desapareció de su mente, ya no tenía como responder, solo sabía llorar.
Hyunjin suspiró fuertemente, estaba siendo difícil con Jeongin llorando de esa manera que tanto odiaba, nunca le gustó verlo sufrir, era de las cosas que más detestaba, pero ahí estaba, haciéndolo llorar con sus palabras.
—Innie, es la realidad, esto ya no funciona—repitió con voz tranquila—Estuvimos juntos casi cinco años, y créeme que es difícil, hemos pasado y vivido muchas cosas—agachó la cabeza, incapaz de verlo—Pero creo que es lo mejor, no puedo seguir teniéndote conmigo cuando...—se detuvo, pensando en si debía decirlo, sintiendo que no era correcto hacerlo.
—¿Cuándo qué? —limpió su rostro con el dorso de su mano—Mírame al menos.
Hyunjin puso su mirada en Jeongin con mucha tristeza, no quería decirlo en voz alta.
De repente ya no estaba tan seguro.
—Cuando ya no siento lo mismo.
Y entonces, el reloj marcaba las cinco y cincuenta, el tiempo seguía sin parar, pero para Jeongin, todo su mundo se detuvo, las palabras haciendo un eco interminable en su cabeza.
"Ya no siento lo mismo, ya no siento lo mismo, ya no siento lo mismo..."
—Tú... ¿Ya no me amas? —la voz de Jeongin salió temblorosa, sintiendo como su peor pesadilla se hacía realidad—Después de todo, ¿ya no me amas?
Hyunjin se levantó de la cama, no podía responder, las palabras simplemente no salían, estaban atrapadas entre lo que quería decir y lo que sentía, causándole un conflicto que no pensó que tendría en ese momento.
—Me quedaré unos días con Félix en lo que encuentro otro lugar para quedarme—dijo Hyunjin, caminando hacia la puerta.
—¿Solo vas a irte?
—Si, no podemos quedarnos juntos.
—Está la habitación extra, puedes quedarte ahí.
—Por favor entiende, no es fácil para mí tampoco.
—Pues sí parece demasiado fácil solo dejarme.
—No lo es, eres lo que más he querido por mucho tiempo, aún te adoro, Jeongin.
—Entonces no me dejes—empezó a llorar de nuevo—Solo quédate y busquemos otra solución, podemos arreglarlo.
—Ya no podemos.
—Tú no quieres, eso es todo, no quieres otra solución más que dejarme. ¿Acaso estás viendo a alguien más?
—No es eso, simplemente ya no es lo mismo, no sé qué más quieres que te diga.
Jeongin lo miró, estaba enojado, enojado con Hyunjin, enojado consigo mismo, solo quería tirar todo para poder descargar lo que estaba reteniendo. No podía simplemente darse por vencido, quizás Hyunjin no tenía una mejor solución, pero estaba dispuesto a demostrarle que aún lo amaba, por lo menos hasta que ya no haya más opción.
—Bien, entonces vete—se resignó, agachando la cabeza con decepción.
—Mañana vendré por mis cosas.
Jeongin simplemente asintió sin mirarlo, no pasó ni una hora y sus ánimos estaban por los suelos, sabía que sería difícil, que tener a Hyunjin devuelta no sería sencillo porque siempre fue muy decidido con sus acciones, pero no estaba de más intentarlo una última vez, podía tratar de seguir en su vida, aunque sea de forma mínima, teniendo la esperanza de que con eso, Hyunjin quisiera quedarse con él, y si eso no funcionaba, lo dejaría ir, estaba decidido.
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We can try again ❁ HyunIn
FanfictionEn donde Hyunjin hace un recorrido por los momentos más especiales y significativos de su vida para darse cuenta de que su decisión de terminar con Jeongin, fue la peor. (˖۪❀) Todos los créditos a su autora original ©minsungxhyunin. (˖۪❀) Drama y r...