Se terminan las pruebas y salvando vidas

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Pasaron varias semanas y nos volvemos a situar en Bahía Aventura, justo en la consulta de Skye que también era su casa, después de un día de varias consultas llegaba la última sesión del día, cuando un bulldog llama a la puerta, Skye fue a abrirla y este paso, se sentaron en el sofá y se notaba como Rubble venía desanimado, como si hubiera pasado algo que le afectara...

Skye: Hey Rubble, que tal? *pregunta al ver su desanimado rostro*

Rubble: Mal, por eso estoy aquí no? *pregunta con sarcasmo*

Skye: Bueno, cuéntame cómo has estado esta semana *dice sacando una libreta*

Rubble: Pues digamos que ha sido una semana completa, el trauma de mi abuelo no se va y me echaron del trabajo, estoy un poco de bajón *dice triste*

Skye: Y en que trabajas? De eso no me hablaste.

Rubble: En el sector de la construcción haciendo obras menores.

Skye: Imagino que te pagaban bien no?

Rubble: No muy bien pero como me mantienen mis padres me daba un poco igual.

Skye: Te entiendo, a mí también me mantienen.

Rubble: Estoy pensando en independizarme, tu crees que es buena idea? *pregunta indeciso*

Skye: Pues... como tú psicóloga no te lo recomiendo, no estás muy bien como para vivir solo, lo siento por ser tan tajante pero así es.

Rubble: No te preocupes en parte lo agradezco, tus terapias me ayudan mucho.

Skye: Me alegro *dice contenta*

Mientras tanto en NY...

Marshall: *mira los pacientes que tiene hoy y le llama la atención un nombre en concreto, alegrandose al instante y llama a ese paciente* Buenos días, sr. Davis.

John: Buenos días, vengo a la revisión *dice sonriéndole*

Marshall: Claro, colóquese en la camilla y vamos a revisar la cicatrización *se coloca unos guantes y coge el estetoscopio*

John *se quita la camiseta* Yo creo que está bien.

Marshall: *revisa la herida* Está cicatrizando bien, solo me falta quitarte los puntos.

John: Me va a doler? *pregunta asustado*

Marshall: Que va, vas a sentir como te tira un poco pero ya está *dice para tranquilizarlo*

John: Vale, cuando quieras *dice manteniendo el aire*

Marshall: *saca el bisturí y corta un extremo de los puntos para tirar del otro extremo con cuidado* Ya está.

John: Pues tenías razón, no duele *dice aliviado*

Marshall: Claro *se dirige a un cajón y saca unas gasas con esparadrapo* te tapo la herida y ya estarías, solo la tienes que lavar cada 24 horas.

John: Sin problema.

Marshall: *termina de taparle la herida y apunta en su ordenador el procedimiento* Pues ya estaría, en una semana vienes para comprobar que cicatrizó del todo.

John: Pues muchas gracias Marshall *dice agradecido*

Marshall: A tí, pase un buen día *le estrecha la pata*

John: *corresponde* igualmente *se acerca a la puerta para salir* gracias de verdad.

Marshall: Espera! antes de que te vayas *al oír al dálmata John se para en seco*

John: *cierra la puerta y mira a Marshall* Si, que pasa?

Marshall: Haces algo esta noche? *pregunta nervioso*

Un mundo sin la patrullaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora