Stella

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Bueno, la vida trata de darnos rocíos de felicidad, eso fue el, eso digo ahora en la madurez más profunda que puedo dar, y es que pensar como era todo un día como hoy, quiero decir un 6 de enero pero de diferente año, es inverosímil.

Aún recuerdo ese 6 de enero 4 años atrás...

- No puede ser............., como amo a Jack ross- dije en voz alta en media sala de mi casa, leía el grandioso libro de joana marcus y una nueva escritora que estoy conociendo, mis padres habían viajado con mis hermanos , tenia para mi sola la casa, era grandiosa, comida chatarra mientras veo películas de romance en el sofá o leer y expresar mis emociones sin miedo. Camino hacia la gigante ventana de la sala que da vista a la calle principal.

Esta nevando, la gente camina de un lado a otro con sus pendientes, a pesar de que las temperaturas están un poco bajas y dan deseo de café con algún aperitivo......un.......¿café?..............

Ahora camino de un lado a otro queriendo un café, tomando la decisión de si salir o no.

Quiero el café lo quiero, pero no quiero salir.....................

- si, si voy a ir - digo tomando mi cárdigan- pero y ¿si llaman mis padres a casa y no estoy? - digo dudando y viendo la nevada ligera que se ve por el ventanal, es un día peculiar.

La razón por la que hago tanto drama para salir es que no salgo, a ningún lado que no sea la universidad o mi casa o la universidad, bueno entienden el punto.

- Aggggggg, de una vez- digo mientras me pongo el cárdigan y los botines para salir tomo mi mochila y las llaves y salgo.

Montreal, es lindo , me encanta, las casas las calles las personas muy amables , y las cafeterías ni que hablar , son mi lugar preferido, tiene una estética tan vintage que amo.

Llego a mi cafetería prefería que está a 8 cuadras de mi casa, al entrar se percibe el aroma del café y me acerco a la cajera.

- Que puis-je vous offrir ?- dice la cajera.

¿Qué le puedo ofrecer?

- bon après-midi, je voudrais un cappuccino, s'il vous plaît. (buenas tardes, quisiera un capuchino, por favor)- digo mirando el tablero de opciones.

- Oui biensur. (si, claro)

- Merci- dije mientras esperaba que me lo entregaran.

Veía el paisaje que daba por la ventana, veía pasar a la gente riendo, preocupados, enojados, hablando por teléfono, me gustaba mirara a la gente.

Mis ojos se detuvieron en unos ojos oscuros, eran intensos que intimidaban, era abrumador o eso pienso cuando sentí que mis pulsaciones se habían elevado más de lo normal, al encontrarse con los míos sonrió y siguió su camino.

Que le pasa al tipo.

- señorita stella - gritan para que recoja mi café y reacciono.

- ici, merci. (aquí, gracias)- recojo mi café, saco mis audífonos gigantes (uno de mis mucho audífonos, yo sin audífonos nunca)pongo a la querida Taylor Swift( cruel summer) y Salí.

A unas cuadras estaba la librería y la verdad debería esperar a terminar el libro que leia, pero me falta poco que hoy a las 11 la termino, asi que comprarme uno no estaría mal..., decido entrar, como siempre no es un lugar aglomerado y eso me encanta.

El ambiente es rustico, alfombrado, con luces amarillas con estanterías de madera oscura que dan pasillos, y algunos estudiando en los escritorios que están al centro de todo.

Camino pasillo por pasillo, metida en mi mundo escuchando música hasta que llego al colorido estante de libros juveniles de romance, mi emoción se hace gigante.

Agarro un libro sigue mi voz de ariana Godoy, una de mis autoras favoritas, veo el libro y mi ser se alegra, decido comprarlo , estoy tan centrada viendo la tapa del libro y.......

- Linda portada pero eso no es literatura.

- ¿Perdona? - digo porque, no creo haber escuchado eso, además llevo audífonos, me los saco, y volteo a ver quien fue el ignorante que dijo eso y solo veo oscuridad, esos ojos oscuros.

MontrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora