01. Descontrol

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La música retumbaba en todo el lugar, volviéndose imposible escuchar fácilmente a los demás

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La música retumbaba en todo el lugar, volviéndose imposible escuchar fácilmente a los demás. Por eso cuando sentí a alguien acercarse a mi por atrás y susurrarme algo, mi primera reacción fue alejarlo con las manos.

— Pasó algo, veni seguime — Diego "Dogo" Kavanagh, me agarro del brazo y no me dio chance a reprocharlo cuando me obligó a ir con él.

Cuando llegamos a la salida de la joda, me baje lo que quedaba en mi lata de cerveza de un sorbo. Me sentí repentinamente mareada, pero fue cosa de un segundo.

Dogo me indicó que subiera a su camioneta. Mi grupo de amigos se encontraba ahí dentro, mirándonos a Dogo y a mi llegar. Ellos eran, Camila, Angie, Yoni, Zeta y... ¿Chino?

No tarde en girarme en dirección al último chico para brindarle un abrazo por los hombros, ya que se encontraba en el asiento delante de mi, feliz por su llegada. Al Chino no lo veíamos hace bastante tiempo, cuando decidió irse a Estados Unidos, pausando su vida en Argentina.

— Te extrañe, ¿porque nadie me dijo que habías llegado?

— Llegue recién, y ya nos vamos... — Chino se alejó lentamente de mi abrazo, y giro el cuello para mirarme, luciendo preocupado.

— ¿Que pasó? — inquirí.

— Por algo te fui a buscar — se quejó Dogo.

Lo ignoré deliberadamente.

— Eme llamo llorando a Yoni, pidiendo que vayamos a buscarla a un lugar que no conocemos — explicó Angie, la pelinegra del grupo, con bonitos ojos claros.

— Entonces apareció un amigo de Yoni, ese negro cabeza de ahí atrás, ofreciéndose a guiarnos — Dogo explicó, claramente fastidiado.

Gire mi cuerpo hacia la derecha, detallando a un chico que hasta ese momento no había visto. A Eme y Yoni los conocía, eran los hermanos de nuestro grupo de amigos, pero a ese pibe no lo conocía de nada.

— ¿Que onda, amiga? — sonrió, dándome un repaso.

— ¿Y este quien es? — le di una rápida mirada a mis amigos, antes de volver mi atención al chico.

— Giovani, pero para vos puedo ser lo que quieras — empujó nuestros hombros con diversión. lo mire despectivamente —. ¿Cómo te llamas? Acá no presentan a nadie, che.

— Malena — murmure.

Con incomodidad me aleje lo más posible, chocando mi cuerpo contra el de Zeta, quien se quejó. Por lo que volví a mi lugar inicial, dispuesta a ignorar al tal desconocido.

No era seguro confiar en ese chico, pero por la manera en la que guiaba a Dogo, el cual manejaba, parecía conocer aquellos barrios mucho mejor que nosotros.

Me revolví incomoda en mi asiento. Debido al espacio reducido en la camioneta, Giovani no dejaba de chocar su hombro con el mío.

—En la próxima a la derecha, amigo — Giovani le indico a Dogo. Se reacomodo en su lugar, volviendo a chocar su cuerpo con el mío. Dogo doblo en una esquina y el chico volvió a hablar —. Ahí a una cuadra más, es el rincón, perri.

AÑOS LUZ; buenos chicos . . . (🇦🇷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora