IV: "HwaSa"

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- Si pudieras describir tu vida en una palabra, ¿cual sería?

Mi vida...

Hace tanto deje de pensar y preocuparme por cómo vivía. Estaba acostumbrada a las sonrisas falsas, al esfuerzo en vano y todo ese "amor" a medias.

- Sofocante... – respondí en un susurro apenas comprensible.

- ¿Perdón? – aún sin dejar caer la sonrisa amable.

- Brillante. – carraspeé para después mostrar una de mis típicas sonrisas. Esas que guardan gritos y llantos desesperados.

El reloj en la pared mostraba 10:10pm y yo solo oraba por que los 20 minutos restantes de entrevista se fueran lento.

Mientras veía a Lee MinHo, un joven periodista que me entrevistaba para el canal KBN, podía notar su inexperiencia. Sus manos temblorosas, el sudor corriendo por los lados de su rostro, y aún nervioso trataba de dar todo de sí. Me recordaba a mi cuando recién comencé.

- ¿La vida de HwaSa siempre fue brillante? – pregunto algo titubeante.

- No siempre. – voltee a ver a mi manager.

SooYeon siempre fue de postura firme y sombría. Ella escuchaba cuidadosamente lo que decía. Como mi manager ella debía cuidar mi imagen y que la suya no saliera dañada.

- Pero todos pasamos por malos momentos, ¿no? Mis días malos son como cualquier lunes por la mañana. – reí levemente provocando que MinHo me siguiera y se aligerara el ambiente tenso.

Después de eso terminamos la entrevista tranquilamente. Al entrar a mi camerino, docenas de arreglos florales estaban por doquier.

- "Mi eterna luz y mi único amor" Atte: J – sonreí levemente.

El sentirse amada me sienta bien. Aunque este amor no sea real. Aunque este amor pertenezca a otra persona. La persona que visto, más sin embargo no soy.

- ¿Puedo pasar? – el joven MinHo esperaba detrás de la puerta.

- Claro. – apresurada, guarde la nota de las flores dentro de mi sostén.

- Ah... yo solo, hum... quería agradecer el que me haya concedido la entrevista de hoy. – balbuceó al apenas poner un paso en la habitación.

Extendí mi mano hacia él para que la tomase. Al principio se vio indeciso, le vi con ternura cuando limpio sus manos al tallarse en su pantalón de vestir y por fin sujeto mi mano. Lo lleve conmigo hacia un sofá y viéndolo fijamente y sin soltar su mano dije:

- Huye.

En sus ojos se veía la confusión. Entonces titubeé si hablarlo o no. El es un niño, tarde o temprano le harán un mal... eso si no es que ya lo paso.

MinHo esperaba confundido y su mirada empezaba a reflejar cierto miedo. Sostuve sus manos con más fuerza y aclaré.

- Es la nueva película en la que voy a sacar un Ost. Espero tener tu apoyo. Eres al primero que se lo digo.

- Ah... – suspiró aliviado y soltó una leve carcajada. – ¿Quiere decir que yo tengo la primicia?

- Será mi regalo como tu madrina ahora que debutes. – declare en una sonrisa al ver el rostro esperanzado del castaño.

- ¿¡Es en serio!? – se mostró sorprendido a lo cual asentí. – le prometo que daré lo mejor de mi sunbaenim.

- Lo sé.

Unos leves toques en la puerta me pusieron alerta. Ya era hora de regresar a "casa."

- HwaSa, ¿estás lista? – era SooYeon.

- Si, solo dame un minuto. – alce la voz lo suficientemente más alto. Después volví mi mirada a MinHo. – fue un placer ser tu invitada el día de hoy, espero grandes cosas de ti en un futuro. Si en algún momento necesitas algo no dudes en llamarme. Recuerda que seré tu madrina.

MinHo asintió entusiasmado. Como despedida le di un cálido abrazo, probablemente sería una de las últimas veces que lo vería tan inocente, brillante y esperanzado. Se me formó un nudo en la garganta.

Al salir del camerino, SooYeon me esperaba con el mismo semblante serio, casi aburrida.

- Si tanto te fastidia el venir pudiste haberte quedado en casa. – masculle irritada mientras me subía al auto.

- ¿Y dejar que hicieras un desastre? No gracias. – cerró la puerta del auto de un portazo. – por poco empiezas a contar tu misera vida una vez más.

No dije nada al respecto. Solo pude morderme la lengua y desviar mi atención a lo que pasaba detrás de la ventana del auto.

- ¿Crees que es divertido venir a cuidarte? Ya eres adulta, deberías comportarte como tal.

- ¿Y según tu que es lo que hago? – levante la voz casi tan fastidiada como ella.

- El querer quedar como una víctima, triste y ridícula. No necesitamos entrar en controversias innecesarias de tu pasado pobre mientras tu fama va en aumento. ¿Que acaso no te interesa? – no respondí. – Claro que no te interesa. – masculló desviando su mirada furiosa de mí hacia la ventanilla.

- ¿A donde vamos? – cambie el tema. Mis ojos no topaban algo conocido en el barrio que estábamos. SooYeon no me contestó. – Nona, ¿a donde vamos?

Mi miedo se iba incrementando cuando llegamos a una residencia privada, con bastantes guardias y rejas negras enormes.

- El ministro invirtió millones wones para la siguiente película, con esa cantidad podemos sacar una producción más decente de...

- ¿Qué estamos haciendo aquí? – sentía que el oxígeno empezaba a escasear. – Nona quiero ir a casa. Por favor, no me siento bien. – SooYeon sin dejar de ver la ventanilla de su lado cerró sus ojos con fuerza sin siquiera dirigirme la palabra.

Estábamos frente una mansión de altas paredes blancas, que era vigilada por muchos guardias. De los cuales dos se aproximaron a nuestro auto.

- Nona, por favor... – me ignoró. Los dos guardias abrieron mi puerta y me tomaron de los brazos intentando sacarme. – ¡Prometo que lo haré bien, nona! ¡Por favor! ¡No me dejes aquí! ¡SooYeon!

Grite, patalee, nunca deje de pelear.
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⏰ Última actualización: Nov 18, 2023 ⏰

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