GR | ❝Todo el mundo se pregunta cómo sería amarte.❞
Donquixote Dulcinea vio una vez el infierno en la tierra; había sido una diosa que cayó en la miseria por la ingenuidad de sus progenitores, escalando desde entonces al lado de su hermano en e...
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Spider Miles, North Blue 📍
Año 1501 de la Era del Mar
LA INTENCIÓN DE DULCINEA NUNCA FUE SER UNA NIÑERA, de hecho, prefería relegar sus deberes cuando podía, sin embargo, cuando existían asuntos que consideraba de gran importancia, los cuales no la dejaban tranquila hasta asegurarse que estuviera hechos de la forma correcta, es decir: la suya.
Un embarazo humano duraba un promedio de 37 a 42 semanas, nueve meses podrían considerarse como un tiempo adecuado para el desarrollo del bebé, pero dentro de ese lapso, la madre sufría muchos cambios físicos, mentales y emocionales según la etapa de gestación en la que estuviera. Dulcinea no recordaba nada de su madre embarazada de Rosinante, por lo que tuvo que buscar un médico, ya que la tripulación conocía los primeros auxilios para tratar con pequeños cortes o si era algo más grave, Doflamingo los cosía con sus hilos hasta encontrar ayuda real, pero esta vez necesitaban no solamente a un profesional, sino a alguien que brindara la confianza necesaria.
Para su buena fortuna, el alcalde Crane se apresuró a buscar a un doctor a las pocas semanas de la boda cuando su hija le confesó durante un desayuno que estaba embarazada; el hombre lo tomo muy bien al igual que el resto de la familia Donquixote. Hubo una gran celebración ese día dentro de la mansión Moody dónde Dulcinea logró mudarse con la excusa de acompañar a Lavender. Sus ejecutivos y oficiales aún dormían en el Numancia o en el almacén, pero estaba claro que eso pronto cambiaría.
—Mi padre quiere un niño y estoy seguro que Doffy también, pero... algo me dice que no lo será— Lavender tenía unos cinco meses, su vientre ya estaba hinchado y las visitas del médico eran al menos tres veces por semana, ya que sus calambres y dolores en la cadera sobrepasaban su umbral del dolor por momentos.
Dulcinea había tenido tiempo para pensarlo, y entre más pasaba el tiempo, no concebía como Doflamingo se le había ocurrido la idea de que ella tuviera un hijo a su edad, la chica era demasiado joven, su cuerpo aún estaba creciendo. Entendía lo básico sobre cómo su hermano había querido un seguro como los Moody, pero no tenía porque aprobarlo y su mal humor era evidencia de ello.
