—¡Adelante!
Al oír esa voz, Mike entró en aquel despacho del fondo del pasillo. Nunca le habían gustado los psicólogos. Creía que no servían para nada. De hecho, lo seguía creyendo.
Pero no pudo negarse a las indicaciones de la profesora de su hermana. Había sido muy insistente las últimas semanas. Una nueva psicóloga había entrado al colegio, y parecía que esta vez sería la definitiva. Ya había hablado con otras psicólogas de su hermana: ninguna le había solucionado nada.
El despacho era amarillo, relajante. Todo estaba decorado con dibujos de niños. En la mesa del centro había una joven a la que no había visto nunca. Estaba concentrada en su ordenador, pero al verle sonrió.
—Por favor, siéntese.
Ante la orden, Mike se sentó en una de las sillas algo nervioso. No se le daba bien hablar con desconocidos. Peor se le daba ser agradable.
—H-hola, soy..
—El hermano de Abby, Mike, ¿cierto?— le interrumpió ella aún sonriéndole —Disculpa la interrupción.
—No pasa nada, no... se preocupe
—Por favor, tutéame. Tendré menos edad que tú: no hace falta que me hables con ese respeto— ella se rió, agitando su mano para restarle importancia —. Soy Annalyse Jones, pero prefiero que me llamen Anna.
—Encantado entonces, Anna— Mike intentó sonreír, algo abrumado por la amabilidad
—Igualmente. Ahora que ya nos conocemos, hablemos de lo importante: Abby— volvió su vista al ordenador durante un instante —. Cuéntame.
—No se que contar, sinceramente.
—Entiendo. A primera vista puede parecer complicado, pero quiero que sepas que estoy intentando ayudar a Abby, y ayudarte a ti, claro. Me gustaría saber cómo estáis en casa, en qué situación vivís. Ya he hablado con Abby, que por cierto es un amor de niña. Me ha dicho que estáis solos.
—Si, es cierto. Hubo un... accidente en mi familia y quedamos solos, pero hacemos lo que podemos.
—¿Y tú trabajo? ¿Qué haces?
—Para ser sincero, ahora mismo nada. He tenido varios trabajos pero... simplemente ahora nada. Estoy en búsqueda de encontrar algo.
—Entiendo— ella apuntó en su ordenador rápidamente. —. Veras Mike, se que te han expulsado de varios puestos. Y también se lo de vuestra tía. Y se que todo el mundo te dirá que lo mejor es ceder y entregar la custodia de Abby.
Mike suspiró, frotando su sien. No solo esta chica sabía sus fracasos profesionales, sino que ahora también iba a intentar hacer que renunciase a su hermana.
—Es una situación muy complicada, pero quiero que sepas que cuentas con mi ayuda para todo. Abby me ha contado sobre vuestra tía: no la quiere, la detesta. No sería lo más óptimo para ella irse a vivir a su casa. Si quieres luchar por Abby, vas a tener mi ayuda.
—Oye, no quiero ofenderte. Pero de verdad, lo que ocurra con mi familia es mi asunto, y lo que haga con mi hermana también es mi asunto. No creo que tú, que llevas aquí una semana, sepas lo que es o no es mejor para una niña. Así que, si me disculpas —recogió sus cosas de la silla y se levantó—, me marcho.
—Wow, no quería ofenderte Mike, lo siento. Comprendo, lamento sonar como una pesada. Perdóname.
—No pasa nada, no te disculpes— dijo Mike cerca de la puerta
—Si, discúlpame. De verdad, piénsalo. Si necesitas mi ayuda, ven de nuevo sobre esta hora. Nunca tengo gente.
Sin respuesta, Mike salió del despacho dando un ligero portazo. Anna suspiró, sintiéndose mal consigo misma. Cerró el ordenador que tenía delante y se dispuso a recoger sus cosas. Había sido un día duro de trabajo.
✶✶✶
Mike llegó a su casa poco después, aún pensando en la charla que había mantenido con aquella psicóloga. ¿Se había pasado al hablarle en ese tono?
Pero estos pensamientos se le olvidaron cuando vio a Abby dibujando sentada en el suelo del salón.
—Ya estoy en casa— dijo mirándola, pero ella no le miró. Como siempre.
Era su rutina de todos los días: Abby le ignoraba. Solo se dedicaba a pintar. Él no tenía paciencia. Nunca se vio asimismo criando a una niña. Le quedaba demasiado grande. Abby preferiría estar con cualquiera en lugar de con él, ya que él solo era un bruto.
—¿Max ya se ha marchado?— la niña asintió tomando otra de sus ceras de colores
Mike suspiró. Aunque él fuera un insensible, su hermana nunca se lo ponía fácil.
—He estado hablando con tu psicóloga— dijo él finalmente, suspirando.
—¿Con Anna?— Abby levantó la cabeza con una sonrisa —Es muy buena conmigo: siempre dibujamos durante el recreo. ¿Qué te ha dicho?
—Hemos estado hablando poco. No me ha dicho nada importante.
La niña hizo un puchero volviendo a agarrar sus pinturas. Mike dio una ojeada al dibujo que había en el suelo: unos niños en un bosque. Nada extraño.
—Voy a hacer la cena, puedes ir sentándote— dijo él, siendo de nuevo ignorado por la niña.
Mientras calentaba la cena, sintió la presencia de Abby detrás de él.
—Oye Mike
—¿Sí?
—¿A que Anna es muy guapa?
—¿Q-qué?— se giró a ver a su hermana, mientras ella reía
—Te estoy preguntando si es guapa, Mike— la pequeña le miraba con obviedad
—¿A qué viene esto?— rió nervioso, mientras movía la sartén y sentía el calor del fuego acariciar su mano —Solo siéntate en la mesa, la sopa ya casi está.
—¡Eso es que te gusta!— Abby rió sentándose en la mesa, con una sonrisa en la cara.
Mike, negando con la cabeza gracioso, se sentó en frente de su hermana. Ambos comenzaron a comer en silencio, pero esta vez no era incómodo. El adulto estaba pensando en cómo iba a conseguir su siguiente trabajo, mientras que la niña trazaba un plan para que su hermano y la psicóloga de su colegia se encontraran de nuevo.
✶✶✶
Por otro lado, Anna llegó a su casa cansada. Siempre había sido la clase de persona que se implica en su trabajo. Pero esta vez estaba demasiado cansada. No había dormido la noche anterior: se la había pasado leyendo informes. Odiaba obsesionarse con los casos. Pero había uno esta vez que la llamaba la atención.
Le había pedido a la niña ese dibujo. No otro. Ese en especifico. Algo la inquietaba y quería mirarlo con más detenimiento. Una vez se sentó en el sofá, tomó el dibujo entre sus manos. Cinco niños y un coche. Le era familiar, pero la pregunta era: ¿qué tenía que ver eso con ella? ¿Por qué tenía la necesidad de mirarlo?
—Ann, ¿piensas quedarte hoy hasta tarde también?— una voz sonó tras ella mientras sonreía —Tengo sueño.
—No, hoy no será el día— Annalyse se levantó, dejando el extraño dibujo en la mesa —. Vamos a dormir ya, Vanessa.
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in the middle of the night. mike shcmidt
Fanficdonde mike necesita la ayuda de anna para poder cuidar de su hermana o donde anna trata de no perder la cabeza cuando se entera de todo lo que oculta mike